/ miércoles 24 de marzo de 2021

Resiliencia | Empatía

La empatía es la capacidad que tienen las personas para comprender a los demás, no se nace con ella sino que se requiere de ciertos componentes para su desarrollo, tanto en la formación en el hogar como en el aula, de hecho podemos decir que las experiencias, el contexto, la biología y la herencia también influyen, pero sin duda la importancia de la familia es el referente más adecuado de lo que es el vínculo empático.

Los bebés, desde su nacimiento, desarrollan una primera empatía, casi por imitación, cuando sonríen o lloran porque lo hace otro bebé cercano, según estudios entre los dos y tres años, los niños ya reconocen sus propios sentimientos y son capaces de identificar los de los demás, comienzan a sentir afecto y empatía por el compañero de clase que está triste o por el que se ha caído y lo quieren ayudar, en la adolescencia, ya son capaces de ponerse en el lugar del otro, sin embargo, no todas las personas desarrollan en igual grado esa cualidad que se halla en el cerebro de los seres humanos y es en este punto donde la educación entra en juego, sin duda, la empatía se aprende en el hogar, pero también se enseña a ser empático en el colegio, de hecho para educar en la empatía hay que hacerlo desde la propia empatía, por eso, es fundamental reconocer el papel del educador en el proceso de formación de la personalidad de los niños y adolescentes.

La sociedad actualmente se percibía de manera individual y muchas veces sólo trabaja por sus beneficios personales quizá se podía entender como egoísta pero creo que de manera inconsciente, ya que si tuviera un poco de conciencia sería más empática, por ejemplo, con la pandemia, nos hemos dado cuenta que vivíamos muy deprisa, que no nos dábamos cuenta si afectábamos a los demás, no valorábamos la amistad o tener cerca a la familia, sin embargo, cuando nos detenemos, hacemos conciencia de que estamos haciendo mal, pues al ser más empáticos y vivir sin tanta prisa podemos influir de manera positiva en el entorno.

La pandemia nos ha hecho más fuertes en muchos aspectos, aunque sea solo por vivir un aislamiento largo e impredecible encerrados en casa da para mucha reflexión y que nos ha dejado lecciones positivas como lo es, valorar la salud que hoy en día es lo que todos necesitamos, el hecho de aprender a protegernos cuando tosemos en el codo, el no tocarnos la cara, lavarnos las manos y respetar distancia entre personas; valorar la Igualdad pues el coronavirus también nos ha llevado a ponernos una vez más en los zapatos de otros; cuidar la naturaleza en esta era en la que el cambio climático está llegando a niveles preocupantes por los desastres naturales que están sucediendo.

El antídoto ante las noticias falsas, compañías como Facebook, Google y Twitter se están tomando más en serio que nunca la lucha contra la propagación de la falsedad de noticias, estas tres redes sociales están eliminando todas las noticias falsas o erróneas sobre el coronavirus, en coordinación con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para asegurarse de que la gente obtenga información precisa; el experimento del trabajo desde casa es la oportunidad única para valorar los pros y contras del home office que terminará repercutiendo en la búsqueda del equilibrio perfecto entre productividad y conciliación familiar; la importancia de un "te quiero", nunca nada nos había hecho valorar tanto un beso, una caricia, un abrazo, como lo hace ahora el coronavirus.

Con su imaginación una persona puede ponerse en la posición del enfermo, del afectado o del médico que está siendo juzgado y desde esa posición emitir un juicio del papel que vive la otra persona y al recuperar la posición cambia la mirada sobre la vivencia de esa persona, las personas empáticas saben escuchar con atención lo que el otro tiene que decir y cuenta con la capacidad de escucha sus emociones como alegría, tristeza, miedo, enojo, vergüenza, así como compartir experiencias con las que muchos se sientan identificados.

Educar en la empatía puede contribuir a mejorar la sociedad que nos rodea, a crear personas que sean capaces de comprender, respetar, aceptar e incluso identificarse con los sentimientos de los demás, hacernos preguntas ¿Cómo te sentirías tú si estuvieras en su lugar? ¿Te gustaría que tus amigos se interesaran por ti cuando estás triste? ¿Qué podemos hacer para ayudarlo? con el fin de encaminan hacia una reflexión cognitiva desde el punto de vista de los sentimientos, expertos dicen que la empatía es un instrumento indispensable en el desarrollo de la sociedad.

La empatía es la capacidad que tienen las personas para comprender a los demás, no se nace con ella sino que se requiere de ciertos componentes para su desarrollo, tanto en la formación en el hogar como en el aula, de hecho podemos decir que las experiencias, el contexto, la biología y la herencia también influyen, pero sin duda la importancia de la familia es el referente más adecuado de lo que es el vínculo empático.

Los bebés, desde su nacimiento, desarrollan una primera empatía, casi por imitación, cuando sonríen o lloran porque lo hace otro bebé cercano, según estudios entre los dos y tres años, los niños ya reconocen sus propios sentimientos y son capaces de identificar los de los demás, comienzan a sentir afecto y empatía por el compañero de clase que está triste o por el que se ha caído y lo quieren ayudar, en la adolescencia, ya son capaces de ponerse en el lugar del otro, sin embargo, no todas las personas desarrollan en igual grado esa cualidad que se halla en el cerebro de los seres humanos y es en este punto donde la educación entra en juego, sin duda, la empatía se aprende en el hogar, pero también se enseña a ser empático en el colegio, de hecho para educar en la empatía hay que hacerlo desde la propia empatía, por eso, es fundamental reconocer el papel del educador en el proceso de formación de la personalidad de los niños y adolescentes.

La sociedad actualmente se percibía de manera individual y muchas veces sólo trabaja por sus beneficios personales quizá se podía entender como egoísta pero creo que de manera inconsciente, ya que si tuviera un poco de conciencia sería más empática, por ejemplo, con la pandemia, nos hemos dado cuenta que vivíamos muy deprisa, que no nos dábamos cuenta si afectábamos a los demás, no valorábamos la amistad o tener cerca a la familia, sin embargo, cuando nos detenemos, hacemos conciencia de que estamos haciendo mal, pues al ser más empáticos y vivir sin tanta prisa podemos influir de manera positiva en el entorno.

La pandemia nos ha hecho más fuertes en muchos aspectos, aunque sea solo por vivir un aislamiento largo e impredecible encerrados en casa da para mucha reflexión y que nos ha dejado lecciones positivas como lo es, valorar la salud que hoy en día es lo que todos necesitamos, el hecho de aprender a protegernos cuando tosemos en el codo, el no tocarnos la cara, lavarnos las manos y respetar distancia entre personas; valorar la Igualdad pues el coronavirus también nos ha llevado a ponernos una vez más en los zapatos de otros; cuidar la naturaleza en esta era en la que el cambio climático está llegando a niveles preocupantes por los desastres naturales que están sucediendo.

El antídoto ante las noticias falsas, compañías como Facebook, Google y Twitter se están tomando más en serio que nunca la lucha contra la propagación de la falsedad de noticias, estas tres redes sociales están eliminando todas las noticias falsas o erróneas sobre el coronavirus, en coordinación con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para asegurarse de que la gente obtenga información precisa; el experimento del trabajo desde casa es la oportunidad única para valorar los pros y contras del home office que terminará repercutiendo en la búsqueda del equilibrio perfecto entre productividad y conciliación familiar; la importancia de un "te quiero", nunca nada nos había hecho valorar tanto un beso, una caricia, un abrazo, como lo hace ahora el coronavirus.

Con su imaginación una persona puede ponerse en la posición del enfermo, del afectado o del médico que está siendo juzgado y desde esa posición emitir un juicio del papel que vive la otra persona y al recuperar la posición cambia la mirada sobre la vivencia de esa persona, las personas empáticas saben escuchar con atención lo que el otro tiene que decir y cuenta con la capacidad de escucha sus emociones como alegría, tristeza, miedo, enojo, vergüenza, así como compartir experiencias con las que muchos se sientan identificados.

Educar en la empatía puede contribuir a mejorar la sociedad que nos rodea, a crear personas que sean capaces de comprender, respetar, aceptar e incluso identificarse con los sentimientos de los demás, hacernos preguntas ¿Cómo te sentirías tú si estuvieras en su lugar? ¿Te gustaría que tus amigos se interesaran por ti cuando estás triste? ¿Qué podemos hacer para ayudarlo? con el fin de encaminan hacia una reflexión cognitiva desde el punto de vista de los sentimientos, expertos dicen que la empatía es un instrumento indispensable en el desarrollo de la sociedad.