La manzanilla se utiliza para tratar padecimientos relacionados con los sistemas respiratorio, nervioso y muscular, pues sus propiedades analgésicas y antiinflamatorias la coronan como una de las plantas estrella de la herbolaria mexicana.
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Si bien se puede infusionar la flor fresca que se adquiere en los mercados o se cultiva en el huerto familiar, lo más común es encontrarla deshidratada, ¿cuál es el secreto para conservarla de esta manera durante un largo tiempo? Te compartimos tres métodos ideales para hacer en casa.
SECADO
Deshidratar las flores de manzanilla es un proceso sencillo. Para empezar, se deben esparcir las flores sobre una superficie plana en un lugar bien ventilado y seco, de preferencia sin luz solar directa.
El proceso para que las plantas finalmente se secuencia es de aproximadamente dos semanas, por lo que se debe tener paciencia. La forma de comprobar que están listas es cuando los pétalos crujen al romperse.
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Cuando se obtiene este resultado, las plantas secas se deben guardar en un recipiente hermético, de preferencia de vidrio oscuro. ¡Listo! La hierba está lista para ser hervida y convertida en infusión.
CONGELADO
El método de congelación funciona casi para cualquier alimento. En el caso de las flores de manzanilla, deben lavarse y secarse cuidadosamente con papel de cocina. Posteriormente se deben colocar en bolsas de congelación o en contenedores herméticos, donde podrían durar años antes de ser utilizados.
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MACERADO
La también llamada camomila puede preservarse en forma de tintura, proceso que implica macerar las flores en un líquido conservante como aceite o alcohol. Este método, además de conservar las propiedades de la manzanilla por un largo período, facilita su uso en diversas aplicaciones.
El aceite se elabora con las flores frescas o secas, las cuales se dejan reposar en aceite de coco en un lugar cálido y oscuro durante varias semanas antes de colarlas y guardarlas en un lugar seco.
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Cada uno de estos métodos de conservación asegura que se mantienen las propiedades y el aroma característico de la manzanilla para su uso posterior, sea en infusiones, tratamientos de belleza o remedios caseros.
PROPIEDADES DE LA MANZANILLA
Además de su exquisito sabor, la manzanilla destaca por sus numerosos beneficios que se conocen en todo el mundo, por eso no hay forma de eliminarla de las farmacias vivas de los hogares.
La infusión de esta planta alivia la fiebre, inflamación, espasmos musculares, desórdenes menstruales, insomnio, úlceras, heridas, dolor reumático y hemorroides. Además, las vaporizaciones con manzanilla son perfectas para descongestionar la nariz.