El oficio de Sergio Bretón Jiménez consiste en detener el tiempo en las piezas de arte para que su belleza y su narrativa cautiven a las generaciones sin importar el paso de los siglos.
Lee más:➡️¡Fiesta nipona! Celebran la hermandad Tlaxcala-Japón en el Teatro Xicohténcatl
Con 25 años de experiencia como técnico especializado en restauración, Bretón Jiménez forma parte del equipo de trabajo de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural, perteneciente al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El tlaxcalteca ha recorrido gran parte del país restaurando las obras de arte que se encuentran en los museos regionales de los estados, pertenecientes al INAH; joyas que son testimonio tangible de épocas pasadas y que Bretón se encarga de mantenerlas en óptimas condiciones.
De la mano de restauradores y empresas especializadas en esta disciplina, Sergio Bretón ha intervenido a lo largo de su carrera piezas de pintura y escultura no sólo de museos, también de iglesias, las cuales debido al paso del tiempo y a los estragos del clima o un mal manejo, sufren un deterioro.
No dejes de leer:➡️Con la muestra “Ensoñaciones de la Diversidad”, personas con discapacidad se expresan a través del arte
El Sol de Tlaxcala platicó con el especialista quien actualmente se encuentra trabajando en una pintura, fechada en 1827, que muestra la imagen de una joven monja, quien -de acuerdo con la leyenda en la pieza- recién había tomado los hábitos.
Se trata de una pieza que fue donada por un particular para su conservación la cual presentaba varios daños, como la presencia de insectos filófagos en la parte del marco y bastidor, así como presencia de suciedad en la tela de la pintura e incluso la presencia de parches mal colocados.
Lee también:➡️La compañía Toneljuayotl celebrará sus 35 años de trayectoria con una presentación gratuita
Lo primero que se realizó fue la fumigación, pues venía con un ataque de insecto. Se fumigó con el fungicida adecuado y se colocó en una cámara de anoxia, que consiste en meter la pieza en una cámara libre de oxígeno a la cual se le inyecta nitrógeno, esto para matar a los insectos, explicó.
Sigue leyendo:➡️“Tlaxcaltecas debemos sentir orgullo de la alianza con los españoles durante la Conquista”, dice Efrén Minero
Una vez libre de la plaga, la obra pasa a otra etapa que consiste en retirar de la pintura, con químicos especiales, los restos de polvo y otras partículas como células muertas que se desprenden de la piel, al igual que eyecciones de moscas o aves que se depositan en la superficie cromática, ésto con la ayuda de químicos especiales
En el caso de esta pintura también se atendieron desgarros en la tela que en otra época fueron inadecuadamente atendidos con la colocación de parches con pegamento, detalló el especialista.
Más detalles:➡️Gaceta de la Red Nacional de Museos Ferrocarrileros dedica su edición de abril a la Casa de Piedra de Apizaco
La atención a este tipo de piezas puede llevar de uno a dos meses, dependiendo del grado de daño que presenten, pues hay intervenciones con grados más altos de complejidad.
Sergio Bretón Jiménez resaltó su satisfacción por contribuir a que el patrimonio histórico y artístico se mantenga vivo, pues aseguró que este tipo de piezas son las que otorgan identidad a un pueblo.
.jpg "Índice de paz (2).jpg")
.jpeg "chinche roja (1).jpeg")
.jpeg "San Juan Bautista (1).jpeg")
.jpeg "aire acondicionado (2).jpeg")
