El colectivo Casa Malintzin, integrado por mujeres del Barrio de la Luz en Contla, mantiene vivo uno de los legados culturales más representativos de los pueblos originarios que es el bordado.
Integrado actualmente por una decena de bordadoras, este proyecto surgió hace 6 años por iniciativa de Violeta Tapia, investigadora de esta actividad alrededor de los pueblos indígenas del país, quien ha compartido con las bordadoras de Contla estos conocimientos para generar un intercambio de saberes y por lo tanto una producción artesanal.
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No vendemos piezas artesanales, compartimos historias porque la intención es conservar los diseños ancestrales que hablan de la cosmovisión de las comunidades indígenas, explicó Tapia, tiaxca de Casa Malintzin.
Las mujeres que integran Casa Malintzin son mujeres encargadas de sus familias, quienes a través de la venta de los tejidos obtienen un sustento económico con la elaboración de piezas con técnicas textiles de bordado con aro y telar de cintura.
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Preservar, proteger y compartir desde la cultura es el objetivo de Casa Malintzin, así como convivir desde una narrativa textil, es por ello que desde la marca registrada Hilos de mi Corazón contamos con un punto tradicional nombrado Quetzal que es una propuesta contemporánea en la preservación de los puntos nahuas del estado de Tlaxcala, afirmó Violeta Tapia.
Los bordados tlaxcaltecas de este colectivo han llegado a otras entidades como Jalisco, Coahuila y Guanajuato e incluso a Estados Unidos, donde el tejido nahua ha encontrado buena aceptación en el mercado; al respecto, Tapia comentó que es una labor importante puesto que no es solo el textil, pues también se acompaña de la cultura que hay detrás de estas técnicas, como lo es la lengua y la forma de organización en la que las mujeres son herederas fundamentales de la tradición de bordar.
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Los textiles son los libros que la Colonia no pudo quemar porque es el legado de las comunidades indígenas que aún sigue vivo y que seguimos portando aseguró la presidenta de este colectivo.
Otro de los puntos que Tapia resaltó en esta charla con El Sol de Tlaxcala es que esta red de mujeres bordadoras de la montaña busca preservar el linaje femenino del bordado, pues ancestralmente han sido las mujeres las herederas de estos conocimientos.
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Esta es una red de empatía y de apoyo entre las mujeres, quienes con nuestro trabajo mantenemos el valor del trabajo textil, finalizó la bordadora.
Casa Malintzin comparte técnicas de bordado de los pueblos originarios de México a través de clases virtuales; para mayor información el colectivo cuenta con redes sociales.
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