Rigoberta Menchú: Hemos olvidado que somos una misma especie

La noticia de que Morgan Freeman iba a Guatemala para entrevistarla para el programa Story of Us de Nat Geo, para Rigoberta Menchu significó “un día feliz” y el encuentro, dijo la activista fue “mágico”, pero también sirvió para reflexionar sobre la paz, la tolerancia y el racismo, entre otros temas.

Es en el primer capítulo de esta serie titulado Libertad, donde la Premio Nobel de la Paz 1992 conversa con el actor y tenerlo en su hogar resultó “extraordinario, porque él es una leyenda que ha personificado a hombres como Mandela, a líderes que nos han enaltecido”, comentó emocionada.

Antes de la plática con el histrión Menchú dijo que lo había soñado en alguna ocasión y en la realidad, al abrirle las puertas de su hogar la impactó con su personalidad y él le dijo “Rigoberta, tu y yo somos iguales y le miré los ojos y me quedé muda”.

En conferencia telefónica con medios de América Latina, Rigoberta señaló lo que representa que mediante la televisión se puedan abordar mensajes humanitarios, como en este programa que contiene seis episodios los cuales se transmitirán a partir de hoy en televisión de paga y también el lunes.

 

“Me pareció a mí una tremenda oportunidad de escarbar en lo más profundo de nuestra naturaleza, de la humanidad en particular. Hablamos de dignidad, también de sueños, de oportunidad de volver a empezar y me parece realmente una suerte tener esta tecnología y la fuerza de personajes que han hecho historia y leyenda en todos los campos”.

Al inicio de su intervención en el mencionado programa, la anfitriona recibe a Freeman con un baile típico y al preguntarle cuál es la sensación de mostrar parte de la cultura maya al mundo, Rigoberta Menchú habló del impacto que le causó el histrión.

“Creo que hablar con el señor Morgan fue algo mágico, como cuando uno va a un lugar superior y creo que el movimiento, la fuerza de nuestra marimba nuestra cultura maya no siempre es dolor, aunque sí lo hay en los escombros, en los crímenes de lesa humanidad”.

Durante el documental, Rigoberta narra la tragedia que vivió cuando su fue hermano Víctor fue asesinado y todas las vejaciones que sufrió su familia durante la dictadura guatemalteca y la llevaron a emprender su lucha a favor de los derechos humanos y los indígenas.

Al respecto se le preguntó a la activista su opinión sobre los discursos racistas de Donald Trump: “La lucha por la paz tiene que ver también con la posibilidad de que nosotros los seres humanos cambiemos nuestra actitud y seamos más defensores de nuestras culturas, necesidades, más conciencia social, más protagonismo de las mujeres, los jóvenes, los niños, en una cultura que dé respeto, dé identidades profundas y es así como vamos a conducir a los dirigentes. Mucho de lo que hemos hecho es por cuidar la educación humana y debemos centrarnos en las áreas donde la violencia ha sido la ley, precisamente para derrumbar esas estructuras de hambre y de dominación a las personas”.

 

Posteriormente, Menchú se refirió a la crisis humanitaria en América Latina: “Hay una crisis global, social y económica. El materialismo ha carcomido digamos a las personas espirituales de nuestras comunidades, pero también hay poderes intocables, como los temas de la impunidad, que no solo es el abuso de autoridades menores, sino que llega a los más altos niveles de poder y que la población sigue siendo la víctima mayor y se ven casos de esclavitud contemporánea, los desprecios, los bullyng, la humillación al ser humano”.

Por lo anterior, a la activista le parecen oportunos y valiosos programas como La historia de Nosotros: “Hemos olvidado que somos una misma especie. Nuestros derechos  no son respetados, ya no tenemos autoestima, pero nadie nos va a salvar, luchamos por ejercer nuestros derechos, soñar con un mundo mejor, sin racismo y humillación”.

Respecto a la lucha por los temas indígenas, Menchú refirió: “Hemos  avanzado mucho en las propuestas legislativas que recogen la memoria histórica y eso es muy importante. Todavía hay mucho por hacer, el silencio no ha terminado. El racismo local es impresionante. El silencio ha sido el muro más grande”.