El deporte llanero, sinónimo de garra y pundonor entre los deportistas, tiene un remedio esencial en caso de una lesión, ¡el agua!
Bendita agua que cura todo mal durante un partido, ya sea de basquetbol, futbol, beisbol, etc.
Lo anterior se observa semana a semana en los diferentes campos deportivos del estado, que curiosamente algunos están enclavados entre barrancas, otros son paso de vehículos durante un juego, pero eso no importa para el jugador llanero.
A veces, los mismos desniveles de la cancha son causa de una contusión, otras ocasiones los golpes involuntarios o voluntarios de los rivales hacen que el deportista caiga; en el suelo sufre, se ve en su rostro el dolor intenso que siente.
Empero, ante la falta de servicio médico en la mayoría de las ligas, las “asistencias” hacen su aparición para auxiliar al lesionado, en sus manos solo cargan botellas con agua para esparcir el vital líquido en la región del golpe.
A los pocos segundos ocurre el “milagro”, ¡se acabó el dolor! y se levanta el jugador para seguir su actividad deportiva como si nada hubiera pasado, todo, gracias a la bendita agua.
En caso de que la situación sea más grave y se trate de una lesión que amerite atención inmediata de un “especialista”, las ligas cuentan con convenios con los llamados “hueseros” que cobran 50 pesos por cada servicio, tal es el caso de la liga “Juan Cuamatzi” de Contla.
A veces, sin la bendita agua, solo resta esperar a que pase el dolor, como un caso que se dio en mayo pasado en las canchas de basquetbol del “Ranchito”, en el municipio de Panotla, donde una jugadora registró un fuerte golpe en su rodilla derecha y duró siete minutos postrada en el piso ante la mirada de los árbitros, compañeras y rivales, por fortuna no tuvo consecuencias graves.
LLANO Y PELUDOS
“El llano es como un puesto de tacos, si no hay perros callejeros alrededor, no saben sabrosos”.
Así compara Simón Cocoletzi Flores al deporte llanero, quien domingo a domingo asiste a diferentes campos deportivos del estado a presenciar juegos de futbol soccer y beisbol.
Agrega que “no hay partido de futbol donde no se atraviese un perro, esos momentos son relax, porque a veces los peludos corretean la pelota o al propio jugador, otros solo van de paso”.
LO NEGRO
Recientemente en una final de futbol en el municipio de Contla, a escasos centímetros de la línea lateral del campo, fueron clavadas varias estacas como soporte del escenario donde se llevó a cabo la premiación, que representaban un grave riesgo para los futbolistas en caso de una caída, por fortuna no pasó, pero este tipo de acciones se deben evitar en juegos posteriores en la cancha.
50 PESOS cobra un “huesero” para atender una lesión de un futbolista, precio accesible al tener convenio con las ligas
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