A casi un mes de su publicación en el Periódico Oficial, el Decreto que limita el consumo y venta de bebidas alcohólicas en Tlaxcala “no se ha tomado con seriedad”, admitió este lunes el secretario de Gobierno, Sergio González Hernández.
En entrevista, el funcionario refirió que se han observado diversas problemáticas para ponerlo en práctica tal y como se establece en el documento, entre ellas la falta de publicidad y la armonización de la legislación estatal con los Bandos de Policía y Gobierno de los 60 municipios, por lo que continúan los trabajos entre autoridades.
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Sabemos que falta publicidad porque mucha gente todavía no conoce su emisión, los alcances y restricciones del mismo, pero con el trabajo conjunto del Gobierno del Estado, a través de la campaña de difusión y en reuniones con los presidentes municipales, buscaremos la mejor forma de que ya se vaya aplicando este Decreto que es fundamental para contener la ola de violencia que se vive en el estado y también es un tema central para la salud, sobre todo de los jóvenes que últimamente han sido víctimas de la venta de alcohol.
Precisó que el Decreto por el que se establecen las limitantes y los horarios para la operación de los establecimientos destinados a la venta y consumo de bebidas alcohólicas en el estado de Tlaxcala, publicado en el Periódico Oficial el 14 de septiembre pasado, está firmado por los 60 alcaldes y debe asumirse con seriedad, además de que el mismo documento contempla que en 120 días se armonicen los Bandos de Policía y Gobierno, y a partir de ese tiempo ya comenzarán las sanciones.
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Precisó que la indefinición con que se cuenta en zonas limítrofes, por ejemplo en San Pablo del Monte, ha hecho que los establecimientos ubicados en la frontera de ambas entidades argumenten horarios de la vecina entidad, por así convenirles a sus intereses económicos; no obstante, se va a abordar el tema con los alcaldes para dejarlo claro, basados en las licencias de funcionamiento.
El servidor público confió en que con el paso de los meses la población comience a asumir esta nueva cultura para el responsable consumo y venta de bebidas alcohólicas, porque no solo se trata de un tema de salud pública, sino también de un problema intrafamiliar al existir violencia doméstica bajo los influjos de las bebidas embriagantes.
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