En su rostro, Patricia Ramírez denota el desvelo continuo por el trabajo que realiza en la venta de tacos a pie de carretera.
Así, cada mañana, estaciona su camioneta americana que adquirió en 1994, en la estación de combustible la Autovía de la carretera Apizaco-Huamantla.
Ella, a sus 56 años, se levanta de madrugada para preparar 13 guisos que los comensales esperan para desayunar desde las 08:30 horas. Así se gana la vida esta mujer para darle vestido y estudios a sus hijos de 17, 21 y 23 años, respectivamente.
PATY TRABAJÓ EN EL MUNICIPIO DE APIZACO
Doña Paty, como ya la conocen, es originaria de Puebla, pero desde los 16 años emigró a Apizaco en busca de trabajo y estudios para salir adelante.
Con el paso del tiempo estudiaba y trabajaba en la ciudad rielera, hasta que se casó con Sebastián Trejo, de oficio mecánico.
Con el paso del tiempo nacieron sus tres hijos: Eliza, Beatriz y Sebastián, sin embargo, los problemas surgieron a flote con el nacimiento de Eliza pues nació enfrentando una epilepsia, esto en 1997.
En esas fechas trabajaba en el Área de Servicios Municipales del ayuntamiento de Apizaco, pero como salía tarde no podía atender a sus hijos. Ya que la separación del matrimonio le trajo pobreza fue que se dedicó a ganarse la vida sola.
Doña Paty ayudó por mucho tiempo a su “consejera de la vida” en la preparación de alimentos, hasta aprenderlo a la perfección.
No obstante, fue en 2013 cuando decidió hacer su propio negocio: vender tacos de guisado en un cajón del estacionamiento de la estación de una gasolinera.
Y poco a poco, lentamente se hizo de clientes potenciales, los maestros rurales, de la Universidad Tecnológica de Tlaxcala, servidores públicos de los tres niveles de gobierno, políticos y hasta policías.
Como Otilio Ramírez, comandante operativo de la Comisaría de Seguridad Pública y Vialidad de Huamantla. “El jefe policiaco viene con sus compañeros a comer, le gustan las mollejas de pollo en salsa de chipotle”.
Ahora, esta mujer sigue ganándose la vida de la venta de tacos de diferentes guisos, en una camioneta Aerostar con la que traslada su mesa desde Apizaco.
Con el mismo vehículo lleva a sus hijos a las escuela y traslada a Eliza de 23 años al chequeó médico donde le suministran medicamento.
Mientras tanto, sigue desvelándose para mantener los estudios de Sebastián y Beatriz “pues son el alma de mi vida y pido a Dios algún día verlos triunfar como unos profesionales”. En la estación de combustible la Autovía, esta mujer que no recibe apoyos del gobierno de la República ya es conocida por sus clientes quienes esperan el cierre de mes para darle su aguinaldo.
DATO:
Patricia Ramírez, taquera “Una señora que me enseñó a guisar por varios años, me recomendó que dejara el trabajo, pues los niños iban a crecer sin el cariño materno”.
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