En entrevista, Manuel Camacho Higareda compartió sus reflexiones sobre lo que ha hecho en un año y medio al frente de la Secretaría de Educación Pública del Estado y de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala (Sepe-Uset), lo que corresponde a poco más de un ciclo escolar y al periodo de transición al Nuevo Modelo Educativo.
Expresó que antes de ser secretario, era investigador en materia pedagógica y tenía un conocimiento del sistema educativo, pero desde la perspectiva de alguien que aplica instrumentos, recoge y analiza datos, hace sugerencias, emite conclusiones y publica artículos, y pasar a ser secretario de Educación le dio otra perspectiva porque conoció la educación “desde sus entrañas, es decir: la parte institucional y la parte humana”.
Desglosó que éstos son grandes aprendizajes que le permiten valorar de manera mucho más concreta un fenómeno educativo, “no es, por ejemplo, nada más decir tutoría sí o no, sino ya que estamos adentro, logramos entender los matices de lo que dice la gente, sus deseos y sus expectativas, y sabemos que las respuestas no son dicotómicas, sino que hay muchos puntos a considerar y conocerlos nos permite ser menos categóricos y lapidarios, y ser más considerados de las personas”.
Recalcó que el factor humano en el sector educativo es clave y “es uno de los principales retos: lograr entender a las personas y lograr un equilibro entre sus deseos, anhelos, exigencias y las verdaderas posibilidades de la institución”.
Consideró que lograr ese equilibrio es posible cuando ya se llega a tener un conocimiento tanto del fenómeno educativo como de la naturaleza de los grupos que integran la Secretaría de Educación y el cuerpo docente, “yo creo que esos han sido los principales retos y donde más aprendizaje hemos logrado todos los del equipo, de tal forma que aplicamos ese conocimiento y experiencia no solo en la Secretaría, sino en otros espacios de nuestra vida cotidiana”.
NO SE PUEDE PENSAR EN POESÍA
Lejos quedaron los tiempos de escribir poesía, relató el Secretario con nostalgia, pero con sosiego, toda vez que este trabajo exige “más de 24 horas al día, de más de siete días a la semana, sin embargo necesita algunas válvulas de escape, y si llego a tener algún espacio libre procuro leer mucho, sobre todo procuro leer cosas que me ayuden a entender más mi trabajo, y sí hay ocasiones en las que tengo que hacer anotaciones, lo mismo que en cuestión creativa que en educación, pero son meramente apuntes, como para cuando llegue yo a tener el tiempo suficiente retomarlos y darles forma de unidad propia”.
Aseguró que con la responsabilidad que tiene, que es mucha, difícilmente se puede pensar en poesía, “y cuando digo que es mucha, no digo nada más que es una Secretaría muy grande, que tiene muchos temas, que hay exigencia por parte del gobernador o de la sociedad, no, es mucha en el sentido humano, es la vida de miles y miles de niños, niñas, jóvenes y padres de familia que están esperando que la educación les dé aquello que creen que les puede dar, que es posibilidades de desarrollo, y eso se llega a sentir cuando uno ve la tarea con seriedad”.
COMBINAR DISCIPLINAS, IMPERATIVO
En este ciclo escolar entra en vigor el Nuevo Modelo Educativo, plan que entre sus dinámicas también se enfoca en fomentar el lado sensible y creativo de los alumnos, ante esto, Manuel Camacho explicó que “muchos de los más grandes hombres y mujeres de la historia de la humanidad han sido personas que practican alguna disciplina artística y que tienen un lado creativo y sensible en materia de expresión artística, y trasladados esos principios y esquemas de percepción, razonamiento y apreciación son mucho más eficaces en sus tareas”.
Acentuó que varios de Los Contemporáneos, jóvenes intelectuales mexicanos de los años 40, eran escritores y poetas, pero también eran altos funcionarios en el gobierno y tomaban decisiones muy importantes, “si nos vamos más atrás, grandes escritores de la novela de la Revolución mexicana, como Agustín Yáñez, eran políticos y altos funcionarios y, además, tenían su lado creativo y eso los hacía más potentes como tomadores de decisiones”.
Subrayó que en Tlaxcala el claro ejemplo es Miguel N. Lira, quien fue abogado antes que escritor, pero trascendió en esta última disciplina, “y para mí es un clarísimo ejemplo de que no importa en qué campo del conocimiento la persona se profesionalice, todos y todas deberíamos tener formación básica en materia de artes y expresión”.
Demostró que si un arquitecto o ingeniero civil, además de ser excelente en su campo laboral y tiene una amplia cultura y una sensibilidad no solo artística, sino humanística, “estoy convencido de que va a ser mucho mejor en su quehacer porque va a entender que cada una de sus obras sirve a propósitos humanos y el ser humano es el eje de todas las acciones de cualquier sociedad del mundo, y cada acción de la sociedad tendría que redundar en beneficio para sus integrantes”.
Por lo tanto, aseguró que en definitiva con este modelo los niños, las niñas y los jóvenes serán sujetos formados de manera más completa e integral, “no únicamente en conocimiento o habilidades y competencias específicas, sino en una visión amplia de su ser en el mundo”.
Enfatizó que la ciudadanía no debería renunciar a este factor, “así le llamen de otro modo y llegue a haber otro modelo educativo o curricular, no importa, pero que esas partes que son esenciales en la formación de un sujeto no solo no se pierdan, sino que se potencien, que se hagan más intensas”.
A mí me parece que ese aspecto del Nuevo Modelo Educativo es uno de los más valiosos: el carácter humano que le da a la formación de los niños. Podrá ser perfectible el modelo, desde luego todos lo son, pero este tiene grandes cualidades
Manuel Camacho Higareda / Secretario de Educación Pública del Estado