Emotivo momento vivieron ayer familiares y 16 seminaristas durante el rito de la imposición de sotanas, que representa para ellos el inicio de su camino hacia el sacramento del orden sacerdotal.
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El obispo de la Diócesis de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, encabezó la Eucaristía de entrega del también llamado hábito talar a 16 seminaristas, 10 alumnos del curso introductorio y seis del Seminario Menor, quienes de la mano de sus papás, su familia y ministros se formarán en la vida del sacerdocio.
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En la capilla del Seminario de Nuestra Señora de Ocotlán, en Yauhquemehcan, el máximo jerarca de la Iglesia católica en Tlaxcala les solicitó a quienes buscan ser clérigos tener siempre la disponibilidad para servir a Dios y a su pueblo, además de en todo momento escuchar y atender los consejos de sus padres.
Tras señalar que el Señor necesita de más vocaciones, Salcedo Aquino dijo a los seminaristas que ayer, durante la imposición de la sotana, que ese fue su primer “estoy aquí” formal y oficial en una celebración, frase que hace referencia a una disponibilidad total para ejercer el sacerdocio, algo que hicieron con su decisión de atender al llamado de Dios de llegar al Seminario.
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A través del tiempo el Señor los va a ir llevando a los diferentes procesos de su formación para decir 'aquí estoy', y esa frase es necesario renovarla todos los días. Renovarla en los servicios que les piden el Seminario o en el Apostolado y ante las necesidades que hay en los pueblos; tienen que presentar esa disponibilidad a la obra de Dios, expresó ante decenas de asistentes.
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Durante la celebración eucarística que significó también el comienzo de los festejos por el nacimiento de Jesús, insistió en hacer de la frase “aquí estoy” un lema de vida, que se refleje en una disponibilidad y en reconocimiento de que Dios los llamó no por sus cualidades o porque sean los mejores de sus pueblos, sino porque los ama sin pedirles credenciales que demuestren que están preparados para esta labor. El Señor quiere que sigan a la Iglesia, quiere que ustedes pongan sus capacidades que adquirieron en la familia y a través de los procesos del seminario para servir a Dios, y quiere que estén disponibles en la alegría y en la salud, pero también en la oscuridad, en las dificultades y en los problemas, enunció.