Los panteones de Chiautempan y Ocotlán, Tlaxcala, dos de los camposantos más grandes del estado, lucieron prácticamente vacíos durante la mañana de este lunes 10 de mayo, Día de la Madre.
Es esta celebración una de las fechas del año en las que los cementerios son más concurridos, sobre todo para visitar en su última morada a las madres fallecidas.
Sin embargo, la afluencia en esos sitios fue baja, casi nula, solo una que otra persona asistió para repintar las cruces, retirar maleza y colocar desde flores, hasta algún platillo típico de quien yace en ese sitio.
Hoy, en gran parte a consecuencia de la pandemia por Covid-19 que limita el contacto social y congregaciones, tampoco hubo música de viento, banda y mariachi, como tradicionalmente ocurría cada año.
En las inmediaciones de los cementerios tampoco se establecieron los comerciantes de flores y comida.
En 2020, las emergencia sanitaria a causa de esa enfermedad orilló a las autoridades municipales, federales y estatales, al cierre de todos los espacios públicos, en los que fueron incluidos todos los panteones de la entidad.
Y a pesar de que en esta ocasión las autoridades permitieron el ingreso de las personas, pero en apego a las medidas sanitarias establecidas fueron pocos los fieles que visitaron a sus madres difuntas.
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