Las dos naves de cinco mil metros cuadrados cada una de plantas de rosas que en 2009 la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), entregó a través de un programa al rancho Aquilpa de Guadalupe en Tetlatlahuca, están abandonadas.
El mal manejo financiero y la pandemia del coronavirus, llevó al nuevo administrador al fracaso, hay plantas de hace años que se pudrieron.
A propósito del Día del Amor y la Amistad que se celebra cada 14 de febrero, el principal distribuidor de rosas al comercio local no tendrá producción.
Con el fallecimiento de Moisés Serrano Cervantes, propietario del rancho, uno de los hijos dejó caer el rentable proyecto.
Previo al Día de San Valentín, si bien a las plantas les afectaba las heladas de enero, al final, con poco trabajo a las variedades de rosas les dejaba una utilidad.
“Me da tristeza ver tirado un proyecto lleno de vida, de aroma y de colores, varios cientos de miles de pesos a la basura, si don Moy viviera otra cosa sería”, expresó un comprador.
En la comunidad de Santa Cruz Aquiahuac, solo hay algunas rosas que crecieron entre la maleza, no hay nuevos injertos para la ocasión ni aplicación de fertilizante para las ventas de mayo.
Ascensión Matamoros, productor de rosales de San Juan Tetla, municipio de Texmelucan Puebla, era el que daba vida a la floricultura.
Hasta 150 paquetes producía, los comerciaba en 180 pesos cada uno y generaba 10 empleos.
Me da tristeza ver tirado un proyecto lleno de vida, de aroma y de colores, varios cientos de miles de pesos a la basura, si don Moy viviera otra cosa sería
JUAN N. / Comprador
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