Las faldas de la Malinche albergan toda clase de historias. Algunas de las más antiguas se suscitan en el municipio de San Juan Ixtenco. A continuación, proporcionamos algunos datos de esta tierra, ¡te vas a enamorar!
Último reducto yumhu del altiplano tlaxcalteca
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Este lugar forma parte de los 68 pueblos indígenas que aún existen en México y está considerado como el último bastión de la lengua y cultura yumhu, que en español significa otomí.
En el último censo realizado por el Inegi (2020), registra en el estado 602 hablantes de otomí en Tlaxcala y, según el Catálogo Nacional de Lenguas Indígenas, la mayor representación está en Ixtenco.
Ya no hay niños ni jóvenes hablándola, en dos generaciones tal vez será la pérdida de una lengua nativa de Tlaxcala, señala la lingüista Olimpia Guevara.
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Guardianes del maíz
Los pobladores de Ixtenco son reconocidos a nivel nacional por resguardar una amplia diversidad de maíz nativo y conservarlo activo en su agricultura.
El municipio tiene registro de al menos 28 variedades de grano que configuran la diversidad culinaria, artesanal y económica de Tlaxcala. El maíz azul, morado, rosa, ajo, cacahuazintle, gatito, trigueño y sangre de Cristo son algunos de ellos.
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Tierra de artesanos
Desde 2019, el bordado de pepenado que realizan las mujeres del municipio de Ixtenco está considerado como patrimonio cultural inmaterial de Tlaxcala.
La artesanía observa particularidades únicas en la entidad y con el traje tradicional, las mujeres de esta localidad han ganado concursos nacionales y estatales, el cual es portado en las festividades tradicionales del municipio, así como uniforme de gala en las dos escuelas bilingües que existen en el municipio.
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Menú de puro maíz
El mole “de matuma” o “de ladrillo” es la especialidad de Ixtenco. Este platillo ancestral es otomí y está elaborado a base de guajillo, masa de maíz, semillas de cilantro, canela y carne de res.
En cuanto a la bebida, no hay comparación con el atole agrio, cuyo ingrediente estrella es el maíz negro. A pesar de requerir más de 36 horas para su preparación, las mujeres lo elaboran el 24 de cada mes en honor a San Juan Bautista.
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Si los visitantes quieren disfrutar esta bebida, deben llevar su “jarrito” a la procesión del 24 de junio, pues ese día es la fiesta mayor del pueblo.
- 602 hablantes de otomí hay en Tlaxcala y, según el Catálogo Nacional de Lenguas Indígenas, la mayor representación está en Ixtenco.
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