Debido a la gran diferencia de clases sociales que existió durante la época virreinal, los antiguos habitantes de San Pablo Apetatitlán, en ese entonces barrio perteneciente a San Bartolomé Tlacaxolloc, decidieron edificar dos iglesias, una para la “gente de razón”, los españoles, y otra para los indígenas.
Actualmente, los templos conservan detalles que denotaban las clases sociales; la primera es de estilo barroco popular y decorado en colores blanco y rojo. Además, tenía hermosos lienzos que adornaban sus muros, los cuales, más tarde, fueron retirados para protegerlos del robo de arte sacro. En su altar, se encuentra la imagen de San Pablo Apóstol. La segunda es de estilo neoclásico; por dentro, esta bellamente decorada con motivos florales; tiene recubrimientos laminados de oro, y en su altar permanece una imagen de Jesús Nazareno cargando una cruz.
También, conserva una torre de estilo mudéjar, con un reloj, y en donde era el coro, se encuentra un llamativo órgano, que data del año 1830.
Hoy, los templos que dividían a sus feligreses por su estatus económico y social, comparten el mismo atrio, y se ofician misas a gente por igual.
IMPOSICIÓN RELIGIOSA
Con el paso del tiempo, la actividad económica que se desarrollaba en el barrio permitió su crecimiento. Lo anterior hizo que los acaudalados y habitantes del lugar pidieran al obispo en turno edificar una Parroquia para Apetatitlán, ya que en esos tiempos pertenecían al curato de Santa Ana Chiautempan.
Al respecto, según relatos de la cronista municipal, Guadalupe Pérez Chamorro, los españoles deseaban que la iglesia de Jesús Nazareno fuera proclamada como parroquia, pero no fue posible debido a que, en el lugar, la advocación hacia San Pablo Apóstol databa desde 1545.
- 1917 Fue el año en que hubo una epidemia de gripe que azotó a habitantes de Apetatitlán, causando la muerte de la mayoría de la población, logrando sobrevivir solo 28 familias
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