Como cada años, antes de asomarse los primeros rayos del Sol, don Arturo Hernández, de 70 años de edad, toma su toxácatl y emprende su recorrido por las calles del poblado de San Felipe.
Sin importar la fría mañana, que amortigua con una chamarra desgastada y un sombrero de paja, toca con delicadeza su instrumento- hecho de carrizo y cuerno de res- que lo acompaña desde hace 25 años.
Relata que esta tradición inició con su abuelo Hilario, y luego continuó con su papá, don Guadalupe. Hoy, de la familia, solo él toca el “cuerno” como penitencia por los pecados cometidos durante el año.
Desde que tengo uso de razón, se toca este instrumento en el pueblo (…) antes le llamábamos “chirimía” pero después lo bautizamos como toxácatl.
Comentó que para las personas del pueblo, ubicado al poniente del estado, es una tradición escuchar el “lamento” que anuncia la muerte y pasión de Cristo.
La iglesia “El Calvario” es el primer lugar que visita para iniciar su recorrido por las cinco principales colonias. Algunos vecinos lo reciben en sus hogares, otros solo lo contemplan mientras esparcen flores en las banquetas.
La complejidad de tocar el toxácatl es que, a diferencia de los instrumentos de viento, éste produce su sonido a través de aspiraciones de aire, pero dependerá del sentimiento con el que se toque para provocar un sentimiento de reflexión en la gente.
TRADICIÓN EN PELIGRO DE DESAPARECER
Actualmente, solo cuatro voluntarios ejercen este oficio en Ixtacuixtla, sin paga alguna, solo por devoción a Dios y preservar una tradición que está en potencial peligro de desaparecer, aseguró don Arturo de ocupación campesina.
Detalló que, en la época de su padre, había más personas que se dedicaban a ello, incluso recorrían las poblaciones aledañas, pero hoy en día, los jóvenes muestran desinterés por conservar dicha costumbre.
Lo anterior, lo atribuyó a la poca participación de las nuevas generaciones en temas religiosos, “las iglesias están cada vez más vacías”, lamentó.
TOXÁCATL
Pertenece a un grupo de aerófonos de boquilla, de origen mexicano, cuya peculiar ejecución consiste en ser aspirado en vez de insuflado y no posee boquilla de copa, sino de tubillo de carrizo, hueso o metal.
El toxácatl prehispánico era una vara larga y recta. Posteriormente se crearon varias versiones que adaptaron elementos europeos como el pabellón del cuerno de res, al igual que diversas formas, alargadas, enrolladas en círculo u onduladas. El común denominador de todos ellos es la técnica de aspiración y la boquilla de tubillo.
Crear este instrumento no rebasa el costo de 50 pesos, pues solo se necesita pegamento y cinta adhesiva. Su tiempo de vida de 20 a 30 años.
TRADICIÓN
El cuerno comienza a tocarse desde el Miércoles de Ceniza, posteriormente, todos los viernes de Cuaresma.
Durante el Jueves Santo, los ejecutantes acompañan la representación de la aprehensión de Jesús, luego, la visita de los “siete altares”.
Finalmente, culmina en la tradicional procesión de las Tres Caídas, que recorre gran parte de la localidad hasta llegar al tempo de El Calvario.
CIFRA:
- 55 años lleva conservando dos Arturo esta tradición en Ixtacuixtla.
El toxácatl significa el lamento que anuncia la muerte y pasión de Cristo
Arturo Hernández / Campesino
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