“Lo que da el campo es salud y dignidad para vivir en plenitud”, dijo Valeria Flores Galicia, mujer indígena de 73 años de edad, originaria de la comunidad de San Felipe Cuauhtenco, municipio de Contla.
Hablante de la lengua náhuatl, preserva sus orígenes con mucho orgullo, pues nuestro padres y abuelos nos dejaron un gran legado de cultura y tradiciones, pero sobre todo, nos enseñaron a trabajar el campo con nuestras propias manos, expuso en referencia al próximo Día Internacional de los Pueblos Indígenas que se celebra cada nueve de agosto.
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SUS CULTIVOS
Afirmó que su cosecha de
- Maíz,
- Quelites,
- Flor de calabaza,
- Quintoniles,
- Calabacitas,
- Frijoles, entre otros productos, son para autoconsumo.
La mujer indígena es viuda desde los 48 años, solo tuvo un hijo que, por su trabajo, viaja la mayor parte del tiempo, así que tienen que ser autosuficiente y proveer de alimento a su madre de 93 años de edad.
Mis padres trabajaron toda su vida en el campo, así que yo cuidaba a mis hermanitos, pero cuando crecí, tuve que ir a trabajar la tierra, lo hacíamos descalzos, no conocíamos los suéter y aguantamos el frío con solo un chal, platicó Valeria Flores.
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Explicó que habla español, pero no lo domina a la perfección, por eso prefiere hacerlo en náhuatl cuando platica con sus vecinos, todos de origen indígena.
Asimismo, recordó que antes era muy difícil sobrevivir cuando las inclemencias del tiempo echaban a perder la siembra, no teníamos apoyos, ahora el gobierno nos brinda la ayuda a los adultos mayores y vamos paso a pasito, comentó.
Con azadón en mano y en la tierra que es propiedad de su hijo, doña “Vale”, como la conocen en el lugar, desde temprana hora del día se dedica a deshierbar y cuidar su siembra que cosechará cuando su cuerpo necesite de alimento.
Ya me siento cansada, ahora solo trabajo de dos a tres horas por la mañana, descanso y luego sigo otras dos horas por la tarde; antes trabajaba ajeno (en otras tierras) y ganaba aunque sea para un pan, actualmente ya es más difícil, pero me mantengo activa,señaló la mujer.
Nuestro padres y abuelos nos dejaron un gran legado de cultura y tradiciones, pero sobre todo, nos enseñaron a trabajar el campo con nuestras propias manos
Valeria Flores / Campesina
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