PARIS, Francia – El presidente francés Emmanuel Macron fue silbado y abucheado ayer al inaugurar el Salón de la Agricultura, una feria que representa un verdadero acontecimiento nacional en el que participan más de mil expositores y que recibe la visita de los principales dirigentes políticos.
Militantes de la asociación sindical Jóvenes Agricultores manifestaron con gritos y pitos su ira contra el presidente francés por los bajos precios de producción y las negociaciones sobre un futuro acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y los cuatro países del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay).
Vestidos con camisetas que proclamaban "¡Cuidado, agricultores indignados!”, los manifestantes increparon al jefe de Estado para pedirle explicaciones. Para calmar la tensión, Macron aprovechó para anunciar un plan de inversión de 5 mil millones de euros destinado a financiar un sistema de prejubilaciones y mejorar las condiciones de los agricultores más jóvenes.
El viernes último, Macron había recibido a 700 jóvenes agricultores en el palacio presidencial del Elíseo, a quienes reiteró su voluntad de construir “la Francia agrícola de los próximos años”.
Francia, con 474 mil explotaciones rurales, es el principal productor agrícola de Europa —delante de Alemania, Italia y España— con una actividad que en 2017 ascendió a 71 mil millones de euros. Ese sector, que emplea casi un millón y medio de personas, representa 3,5% del PIB.
Los ganaderos franceses temen en particular la importación de 70.000 toneladas anuales de carne bovina sudamericana con aranceles aduaneros reducidos. También denuncian la competencia desleal de esa carne producida a muy bajo costo y con criterios sanitarios y de calidad menos exigente que en Europa. Temen en paricular el ingreso de carne tratada con hormonas y sin trazabilidad de su cadena de producción.
La UE y el Mercosur retomaron esta semana en Paraguay las discusiones sobre tratado de libre comercio, negociación iniciada hace casi 20 años.
En 2017, cuando era candidato a la presidencia, Macron recibió el impacto de un huevo arrojado desde un grupo de agricultores hostiles a su programa político. Este año, permaneció más de 12 horas recorriendo la feria sin que se produjeran incidentes de gravedad.
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