/ viernes 8 de diciembre de 2023

Anatomía de lo social | Incongruencias

La vida es muy simple, pero

insistimos en hacerla complicada.

Confucio


Un proceso cultural muy arraigado en la sociedad se puede observar cotidianamente en cualquier momento del día a día, aunque hay circunstancias que rebasan la falta de coherencia en las acciones, particularmente cuando de política se refiere, y aunque apenas se está en un proceso de precampañas, hay quienes no han podido establecer una conexión entre lo que se hace y se dice, tal es el caso del recientemente descalificado aspirante a la contienda electoral del 2024. En su prisa por participar, se hicieron evidentes la falta de sensibilidad y de conocimiento de las leyes, aunque, es posible, la responsabilidad de las fallas recaiga en sus asesores, al no considerar que muchas de las arrebatadas decisiones estaban plagadas de irregularidades.


Como antecedente, cuando este personaje asumió la gubernatura de su estado natal, aseguró que cumpliría con su periodo de gobierno para el que fue electo, es decir, los seis años de duración del periodo, sin embargo, sin cumplir con el primer tercio, solicito licencia al cargo para pretender registrarse y contender por la Presidencia de la República; desafortunadamente para él, ante la falta de cumplimiento y de respeto al Congreso que le otorgó la licencia, no aceptando que el gobernador sustituto asumiera el cargo, peor aún, cuando el prospecto de gobernador interino no era de su agrado, ni tampoco era miembro de su partido, obvio, pretendía una imposición, que no se pudo consumar.


En otras opiniones, se dice que su regreso al cargo de gobernador se debía al temor de ser investigado en las finanzas y cuentas públicas, las que tal vez no se mantenían en orden y ante la preocupación mejor desistió a sus aspiraciones, dejando una serie de críticas por tan “inesperada” renuncia a sus proyectos personales. Evidentemente, entre lo dicho y los haceres se notan las incongruencias.


De las cosas, mejor dicho, argumentos usados en su mal habida precampaña, la presunción de logros y proyectos de mejora de su estado natal, así como el muy trillado discurso de que si él hubiera sido el elegido por el pueblo, todo sería diferente, para el bien de todos y, para eso, acabaría con la política desgastada y añeja de los gobiernos anteriores; en este sentido, tenía el respaldo del presidente del partido político del que es integrante, tanto que a ultranza se defendían las “nuevas” posturas para acabar con lo viejo; cuestionables comentarios, pues el defensor primero de la causa ha desempeñado una gran diversidad de cargos públicos y en su haber se encuentran muchos años acumulados, es decir, ya es un hombre que contradice la realidad con solo palabras.


También se llegaron a utilizar comentarios respecto de la imagen del aspirante fallido, pues se le llegó a comparar con el expresidente del pasado reciente, atribuyéndole también algunas características similares, en cuanto a la apariencia, sin considerar las capacidades intelectuales y políticas del gobernador otra vez en funciones.


Se dice, en otros ámbitos, que los “arreglos” cupulares de los partidos opositores al régimen se han propuesto, mediante acuerdos de dinero, que las aspiraciones se van acotando en función de las oportunidades que puedan “agarrar” de los miles de cargos públicos en disputa, pues de lo perdido lo que aparezca.


Dejando la política de lado, en otros ámbitos de la vida pública, más hacia lo local, mucho se ha presumido de que en Tlaxcala todo esta debidamente ordenado, tanto que los que hacen la planeación de las actividades ordinarias también tienden a equivocarse o actuar de manera incongruente, por ejemplo, los vendedores ambulantes que se encuentran alrededor de un supermercado ubicado en la zona centro de la ciudad, vieron con beneplácito con las autoridades municipales mostraron esta actitud, pues después de haberlos retirado de la zona y haberles ofrecido un espacio en otro lugar, no aguantaron las presiones y después de haber asegurado que no se daría marcha atrás, hoy en día se puede ver la invasión de los comerciantes, sin haber tomado una decisión que beneficiara a todos, ante la parcialidad y el ejemplo es seguro que más adelante veamos se vea regresar a los artesanos que fueron desalojados de los espacios turísticos y llevados a un lugar que nadie visita.


Bueno, como el espacio es corto y el tiempo también, otra reflexión se la merece las autoridades de vialidad municipal, pues se puede notar que hay una organización perfecta para controlar el orden en la calles citadinas, los agentes de tránsito que vigilan las vialidades se pueden encontrar en grupos o circulando en sus vehículos automotores, solo que se olvidan de una de las arterias principales, es la esquina de las escalinatas, con la calle Guerrero, con un semáforo descompuesto desde hace mas de un mes, por lo tanto, se comprueba la hipótesis que el discurso no es coherente con las acciones.


La vida es muy simple, pero

insistimos en hacerla complicada.

Confucio


Un proceso cultural muy arraigado en la sociedad se puede observar cotidianamente en cualquier momento del día a día, aunque hay circunstancias que rebasan la falta de coherencia en las acciones, particularmente cuando de política se refiere, y aunque apenas se está en un proceso de precampañas, hay quienes no han podido establecer una conexión entre lo que se hace y se dice, tal es el caso del recientemente descalificado aspirante a la contienda electoral del 2024. En su prisa por participar, se hicieron evidentes la falta de sensibilidad y de conocimiento de las leyes, aunque, es posible, la responsabilidad de las fallas recaiga en sus asesores, al no considerar que muchas de las arrebatadas decisiones estaban plagadas de irregularidades.


Como antecedente, cuando este personaje asumió la gubernatura de su estado natal, aseguró que cumpliría con su periodo de gobierno para el que fue electo, es decir, los seis años de duración del periodo, sin embargo, sin cumplir con el primer tercio, solicito licencia al cargo para pretender registrarse y contender por la Presidencia de la República; desafortunadamente para él, ante la falta de cumplimiento y de respeto al Congreso que le otorgó la licencia, no aceptando que el gobernador sustituto asumiera el cargo, peor aún, cuando el prospecto de gobernador interino no era de su agrado, ni tampoco era miembro de su partido, obvio, pretendía una imposición, que no se pudo consumar.


En otras opiniones, se dice que su regreso al cargo de gobernador se debía al temor de ser investigado en las finanzas y cuentas públicas, las que tal vez no se mantenían en orden y ante la preocupación mejor desistió a sus aspiraciones, dejando una serie de críticas por tan “inesperada” renuncia a sus proyectos personales. Evidentemente, entre lo dicho y los haceres se notan las incongruencias.


De las cosas, mejor dicho, argumentos usados en su mal habida precampaña, la presunción de logros y proyectos de mejora de su estado natal, así como el muy trillado discurso de que si él hubiera sido el elegido por el pueblo, todo sería diferente, para el bien de todos y, para eso, acabaría con la política desgastada y añeja de los gobiernos anteriores; en este sentido, tenía el respaldo del presidente del partido político del que es integrante, tanto que a ultranza se defendían las “nuevas” posturas para acabar con lo viejo; cuestionables comentarios, pues el defensor primero de la causa ha desempeñado una gran diversidad de cargos públicos y en su haber se encuentran muchos años acumulados, es decir, ya es un hombre que contradice la realidad con solo palabras.


También se llegaron a utilizar comentarios respecto de la imagen del aspirante fallido, pues se le llegó a comparar con el expresidente del pasado reciente, atribuyéndole también algunas características similares, en cuanto a la apariencia, sin considerar las capacidades intelectuales y políticas del gobernador otra vez en funciones.


Se dice, en otros ámbitos, que los “arreglos” cupulares de los partidos opositores al régimen se han propuesto, mediante acuerdos de dinero, que las aspiraciones se van acotando en función de las oportunidades que puedan “agarrar” de los miles de cargos públicos en disputa, pues de lo perdido lo que aparezca.


Dejando la política de lado, en otros ámbitos de la vida pública, más hacia lo local, mucho se ha presumido de que en Tlaxcala todo esta debidamente ordenado, tanto que los que hacen la planeación de las actividades ordinarias también tienden a equivocarse o actuar de manera incongruente, por ejemplo, los vendedores ambulantes que se encuentran alrededor de un supermercado ubicado en la zona centro de la ciudad, vieron con beneplácito con las autoridades municipales mostraron esta actitud, pues después de haberlos retirado de la zona y haberles ofrecido un espacio en otro lugar, no aguantaron las presiones y después de haber asegurado que no se daría marcha atrás, hoy en día se puede ver la invasión de los comerciantes, sin haber tomado una decisión que beneficiara a todos, ante la parcialidad y el ejemplo es seguro que más adelante veamos se vea regresar a los artesanos que fueron desalojados de los espacios turísticos y llevados a un lugar que nadie visita.


Bueno, como el espacio es corto y el tiempo también, otra reflexión se la merece las autoridades de vialidad municipal, pues se puede notar que hay una organización perfecta para controlar el orden en la calles citadinas, los agentes de tránsito que vigilan las vialidades se pueden encontrar en grupos o circulando en sus vehículos automotores, solo que se olvidan de una de las arterias principales, es la esquina de las escalinatas, con la calle Guerrero, con un semáforo descompuesto desde hace mas de un mes, por lo tanto, se comprueba la hipótesis que el discurso no es coherente con las acciones.