Honraré la Navidad en mi corazón y
procuraré conservarla durante todo el año.
Charles Dickens
Así como se va la vida, dicen algunos, de la misma manera se encuentra a punto de concluir el año corriente solo falta completar el calendario, concluyéndolo con el mes más esperado por la mayoría de las personas, clasificándose en grupos de acuerdo a sus particulares intereses, a sus creencias y necesidades; más allá de lo vivido, así como de los acontecimientos permeados de los asuntos políticos y de los económicos, sin soslayar esa parte de las relaciones sociales, cuyas acciones se incrementan en este periodo del año,
Desde el punto de vista de la religión, en este mes de diciembre, en particular para los católicos, se han realizado los preparativos para esperar el nacimiento del niño Jesús, como preludio para ello se han realizado las populares pre-posadas, las posadas y, al final, será la llegada del mesías, salvador de las almas, por supuesto que todas estas celebraciones también traen consigo los preparativos para la cena de navidad y la del año nuevo aunque, quizá, habrá quienes no tengan las posibilidades para comprar lo que se consume en las cenas respectivas; luego entonces habrán de conformarse con la expresión de los buenos deseos y los abrazos respectivos.
Por supuesto que, el mes de diciembre, también es esperado por las personas que son afortunadas y que cuentan con una fuente de ingresos, pues eso les permite recibir el tan esperado aguinaldo, o bono de fin de año como le llaman en otros lugares, este dinero que viene a contribuir, hasta cierto punto con la economía familiar, pues sirve para solventar algunas deudas contraídas con anterioridad y que, además, trae tranquilidad por haber cubierto ese tipo de compromisos,
El aguinaldo, en muchos casos, se convierte en un obsequio convertido en dulces, cacahuates, galletas de animalitos, colación, obvio este regalo se les da a los niños que van a las actividades que se realizan en los templos, en las calles, o en las casas que fueron elegidas de acuerdo a la organización de los pueblos; también se rompen las piñatas y, en algunos lugares, se le convidan a los mayores, tamales y ponche; todo bajo el supuesto de haber realizado previamente los rezos y los cantos para pedir y dar posada, todo esto forma parte de la Navidad.
Regresando a lo material, la gratificación que se le otorga a los trabajadores, establecido en la Ley Federal del Trabajo y en los contratos colectivos, supone un año de esfuerzos en sus respectivas áreas laborales, y que en esta parte del año debe ser entregada a los trabajadores, sin menoscabo al tiempo de trabajo, es decir, si el trabajador laboró en tiempos parciales de tiempo -anual- se establecen los porcentajes que les corresponden.
Afortunadamente, de acuerdo con la premisa anterior, este “regalo” que en otros tiempos quedaba bajo el arbitrio de la parte patronal, en la actualidad esta prestación que se mantiene vigente desde hace más de cincuenta años se debe considerar como un logro en las luchas por mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, quedando como una evidencia de la disposición entre las autoridades laborales, los patrones y los trabajadores.
A pesar de los beneficios que trae consigo esta prestación, o de los diversos criterios para aplicarlos, también se han construido enormes diferencias en las cantidades que se le otorgan a los trabajadores, de alguna manera queda claro, que las fechas para entregar esta prestación es antes del 20 de diciembre, y deben ser entre 15 y 30 días para establecer el monto para pagarse, según las leyes respectivas.
En otro sentido, la diferencia en las percepciones de los trabajadores tienden a ser en gran parte una injusticia, pues para el caso deberían ajustarse a un tabulador que no rebase los límites de lo prudente; como en el caso de los diputados y senadores, quienes de acuerdo con su grupo parlamentario recibirán una cantidad mayor a los 140 mil pesos, hasta llegar a los 344 mil pesos; por otro lado, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y también los Consejeros de la Judicatura Federal, así como algunos consejeros del Instituto Nacional Electoral estarán recibiendo una cantidad superior que oscila entre los 530 y 580 mil pesos; cantidades exorbitantes que no reflejan el trabajo que realizan, y que demuestra las inequidades de las leyes laborales en este sentido.
Y bueno, a pesar de las circunstancias, entre celebraciones decembrinas y el recibimiento de los aguinaldos, junto con las cenas respectivas estaremos concluyendo un año más, pues a pesar de sus avatares se tiene la gracia de la vida, por ello me permito aprovechar este espacio para agradecer al ser supremo por su generosidad, especialmente de la salud, de la oportunidad de poder expresar un punto de vista particular de acuerdo a mi percepción de lo cotidiano, a las personas que me permiten este espacio, así como a todos aquellos que me distinguen con su lectura, a todos, mis agradecimientos y mis mejores deseos para el siguiente año en que la salud y el bienestar se traduzca en la calidad de vida que todos nos merecemos.