/ lunes 20 de mayo de 2024

¿De qué me sirve la democracia?

Los mexicanos nos acostumbramos pronto a lo bueno. Se nos olvida el pasado no tan lejano o pensamos que lo conseguido es para siempre y no es necesario defenderlo.

Un poco de historia; las elecciones federales de México de 1988, se llevaron a cabo el miércoles 6 de julio organizadas por la Comisión Federal Electoral, cuyo presidente era el secretario de gobernación. Es decir, las elecciones estaban en manos del gobierno. El presidente palomeaba nombres y lealtades, ponía candidatos a través del partido oficial, organizaba elecciones y ganaba carros completos. ¿Alternancia? ¡Eso con qué se comía!

Las de 1988 fueron elecciones hito en la historia de México pues al secretario Manuel Bartlett Díaz, hoy director general de la Comisión Federal de Electricidad -cuando todos pensábamos que había ganado Cuauhtémoc Cárdenas- “se le cayó el sistema” durante la madrugada y le concedió el triunfo a Carlos Salinas de Gortari, el candidato del oficialismo. La oposición se unió. Fue histórico ver a Manuel Clouthier, candidato presidencial en ese proceso, Luis H. Alvarez y otros destacados panistas protestando junto con Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Heberto Castillo e Ifigenia Martínez Esas serían las últimas elecciones organizadas por el gobierno.

En 1990 se reformó la ley y expidió el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales que mandataba la creación del Instituto Federal Electoral (IFE, hoy INE), una institución imparcial, cuyo objetivo era dotar de certeza, transparencia y legalidad a las elecciones federales. Su primer presidente fue un académico de muy reconocido -hasta la fecha- prestigio: José Woldenberg.

Pero no todo fue miel sobre hojuelas. El IFE aún dependía del secretario de gobernación. No fue sino hasta la reforma de 1996 que se constituyó como organismo autónomo. En 1997 el IFE autónomo organizó la primera elección y desde entonces son las y los ciudadanos quienes dirigen y organizan los comicios. Es la ciudadanía quien cuenta los votos lo que da certeza y confianza en los resultados. También por vez primera el padrón fue confiable pues se utilizó la credencial para votar.

En ese año, el partido en el poder perdería por vez primera la mayoría calificada en la cámara de diputados. El ciudadano fue a la urna y con su voto habló. La democracia real había nacido.

Solo tres años después, en el año 2000, se dio la alternancia en el poder con el triunfo de Vicente Fox. El partido que gobernó desde 1946 hubo de cambiar y a competir realmente. Nuestra democracia tiene 27 años apenas y la damos por sentado, como si no pudiera estar en riesgo. Solo para comparar, los vecinos del norte, los Estados Unidos de América, son demócratas en su estilo desde 1776. Nomás 248 años.

¿Y para que sirve la democracia? Es garante de un valor indispensable para el respeto a la dignidad de las personas: la LIBERTAD. En México, con todos nuestros problemas, somos libres de vestir como queramos, amar a quien queramos, estudiar, trabajar, vivir y desarrollarnos como y donde queramos o dejemos que nos lleve la vida. En los países totalitarios o en los que la democracia se simula, no hay tal. Léase Venezuela, Nicaragua, Cuba, Rusia, Afganistán o Irán, por citar algunos.

Ejemplos de lo que es vivir en democracia y no: nunca verás gente arriesgando la vida para ir a un país totalitario. El talentoso rapero mexicano Bitrio Smoke critica al gobierno y es viral. En Afganistán, Toomaj Salehi, igual rapero, por cantar contra el gobierno fue arrestado y ahora sentenciado a muerte. En México, las mujeres cada vez somos más fuertes, igualitarias e independientes, en Irán mataron a Mahsa Amini de 22 años por supuestamente violentar el uso del velo. En Afganistán está prohibido que las mujeres estudien la media superior y superior; y, en Venezuela el dictador impidió la participación de María Corina Machado, líder de la oposición, en la fantochada de elecciones que están organizando.

En democracia se puede vivir plenamente. En democracia podemos florecer pero la nuestra es aún muy joven y hay que cuidarla. La patria nos exige ir a la urna un día cada tres años para mantenernos libres. Muy bajo costo cuando para llegar a este presente, se derramó tanta sangre y se dieron tantas luchas. Es nuestro deber cívico y moral honrar a los patriotas del pasado y el presente.

Un día cada tres años manda la ciudadanía, mandas tú. Toca el 02 de junio.


Los mexicanos nos acostumbramos pronto a lo bueno. Se nos olvida el pasado no tan lejano o pensamos que lo conseguido es para siempre y no es necesario defenderlo.

Un poco de historia; las elecciones federales de México de 1988, se llevaron a cabo el miércoles 6 de julio organizadas por la Comisión Federal Electoral, cuyo presidente era el secretario de gobernación. Es decir, las elecciones estaban en manos del gobierno. El presidente palomeaba nombres y lealtades, ponía candidatos a través del partido oficial, organizaba elecciones y ganaba carros completos. ¿Alternancia? ¡Eso con qué se comía!

Las de 1988 fueron elecciones hito en la historia de México pues al secretario Manuel Bartlett Díaz, hoy director general de la Comisión Federal de Electricidad -cuando todos pensábamos que había ganado Cuauhtémoc Cárdenas- “se le cayó el sistema” durante la madrugada y le concedió el triunfo a Carlos Salinas de Gortari, el candidato del oficialismo. La oposición se unió. Fue histórico ver a Manuel Clouthier, candidato presidencial en ese proceso, Luis H. Alvarez y otros destacados panistas protestando junto con Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Heberto Castillo e Ifigenia Martínez Esas serían las últimas elecciones organizadas por el gobierno.

En 1990 se reformó la ley y expidió el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales que mandataba la creación del Instituto Federal Electoral (IFE, hoy INE), una institución imparcial, cuyo objetivo era dotar de certeza, transparencia y legalidad a las elecciones federales. Su primer presidente fue un académico de muy reconocido -hasta la fecha- prestigio: José Woldenberg.

Pero no todo fue miel sobre hojuelas. El IFE aún dependía del secretario de gobernación. No fue sino hasta la reforma de 1996 que se constituyó como organismo autónomo. En 1997 el IFE autónomo organizó la primera elección y desde entonces son las y los ciudadanos quienes dirigen y organizan los comicios. Es la ciudadanía quien cuenta los votos lo que da certeza y confianza en los resultados. También por vez primera el padrón fue confiable pues se utilizó la credencial para votar.

En ese año, el partido en el poder perdería por vez primera la mayoría calificada en la cámara de diputados. El ciudadano fue a la urna y con su voto habló. La democracia real había nacido.

Solo tres años después, en el año 2000, se dio la alternancia en el poder con el triunfo de Vicente Fox. El partido que gobernó desde 1946 hubo de cambiar y a competir realmente. Nuestra democracia tiene 27 años apenas y la damos por sentado, como si no pudiera estar en riesgo. Solo para comparar, los vecinos del norte, los Estados Unidos de América, son demócratas en su estilo desde 1776. Nomás 248 años.

¿Y para que sirve la democracia? Es garante de un valor indispensable para el respeto a la dignidad de las personas: la LIBERTAD. En México, con todos nuestros problemas, somos libres de vestir como queramos, amar a quien queramos, estudiar, trabajar, vivir y desarrollarnos como y donde queramos o dejemos que nos lleve la vida. En los países totalitarios o en los que la democracia se simula, no hay tal. Léase Venezuela, Nicaragua, Cuba, Rusia, Afganistán o Irán, por citar algunos.

Ejemplos de lo que es vivir en democracia y no: nunca verás gente arriesgando la vida para ir a un país totalitario. El talentoso rapero mexicano Bitrio Smoke critica al gobierno y es viral. En Afganistán, Toomaj Salehi, igual rapero, por cantar contra el gobierno fue arrestado y ahora sentenciado a muerte. En México, las mujeres cada vez somos más fuertes, igualitarias e independientes, en Irán mataron a Mahsa Amini de 22 años por supuestamente violentar el uso del velo. En Afganistán está prohibido que las mujeres estudien la media superior y superior; y, en Venezuela el dictador impidió la participación de María Corina Machado, líder de la oposición, en la fantochada de elecciones que están organizando.

En democracia se puede vivir plenamente. En democracia podemos florecer pero la nuestra es aún muy joven y hay que cuidarla. La patria nos exige ir a la urna un día cada tres años para mantenernos libres. Muy bajo costo cuando para llegar a este presente, se derramó tanta sangre y se dieron tantas luchas. Es nuestro deber cívico y moral honrar a los patriotas del pasado y el presente.

Un día cada tres años manda la ciudadanía, mandas tú. Toca el 02 de junio.