De 2003 a 2017 el PIB mexicano creció solo a una tasa media anual de 2.5 %, mientras el producto per cápita solo creció 1.3 %, así la economía mexicana se rezagó respecto de casi todos los países de América Latina.
Para explicar este comportamiento de la economía mexicana tenemos que revisar algunos aspectos estructurales, en este caso vamos a comentar solo los siguientes: distribución del ingreso, la pobreza y la movilidad social relacionados con las políticas públicas en materia social que cada gobierno determina.
En relación a la distribución del ingreso, el gobierno federal ha determinado criterios que lejos de resolver la pobreza, la han incrementado en los últimos cinco sexenios.
Uno de los efectos más notorios es la pérdida del 75 % de la capacidad adquisitiva del salario mínimo en los últimos 30 años para acá, como lo demuestran las estadísticas oficiales (INEGI).
Así, los lamentos de que fallaron las políticas públicas en materia social es una charada, al contrario, fueron tan eficientes que lograron puntualmente su cometido; mantener la actual distribución de la riqueza, esto es: aumentar la pobreza y concentrar aún más la riqueza, en la última década la riqueza de pocas familias en México creció un 30 %, mientras que el salario mínimo no aumentó lo suficiente para adquirir la canasta básica.
La movilidad social casi permanece inmóvil, esto es la población por más que se esfuerce y ahorre, no puede subir o mejorar su nivel de vida, ¿tiene que ver el bajo nivel educativo? Por supuesto, pero ese es solo un elemento, la mayoría se determinan por el modelo de distribución de la riqueza, que se potencia aún más cuando dejas de cobrar impuestos a las grandes empresas o privilegias gravar el consumo en lugar del ingreso.
La falta de crecimiento de la economía impide que existan más y mejores empleos, por esta razón los jóvenes no encuentran oportunidades de emplearse y esta ineficiencia gubernamental los hace proclives al crimen organizado.
Al parecer el grupo económico más poderoso del país no entiende que para seguir creciendo debe distribuir mejor la riqueza, crear mejores empleos y fortalecer el mercado interno, si hace lo contrario el mercado interno se contrae, se dejan de generar oportunidades de empleo, la economía no crece y dependemos del exterior para poder crecer y la violencia prolifera, este panorama solo demuestra un gobierno federal disfuncional.
A mejor distribución de la riqueza habría mayor crecimiento, ahora que lo entiendan y que presionen al gobierno para que modifique la política económica y que lo entienda también el Congreso, bueno las élites de los partidos políticos instruyen a sus bancadas para aprobar los programas de gobierno actuales y seguir aumentando la pobreza.
El fracaso del gobierno respecto al desapego al Estado de Derecho se demuestra con estadística, el 94 % de los litigios no pasan de la primera instancia (los ministerios públicos) el tramo más corrupto de la justicia nacional.
Estos resultados son la causa principal de que los partidos políticos hayan descendido en 30 % su votación en 2015 respecto de la del 2012, es indispensable que el gobierno federal haga cambios para revertir el aumento de la pobreza y atacar de frente la corrupción y la impunidad porque de lo contrario, podría arriesgar la elección del 2018, además debe otorgar al sector económico y social la garantía del apego irrestricto al estado de Derecho.
Urge modernizar el diseño del gobierno federal, los ejemplos no sólo son la corrupción, la impunidad y el aumento de la pobreza, como ejemplo hay que asomarse al ISSSTE, con procedimientos de la época de la colonia, la burocracia somete a los afiliados a juntar sus hojas de servicio (tarea que es obligación del ISSSTE).
Descuido del nuevo titular del ISSSTE, desconocimiento, hace mucho que podían haber modernizado este organismo que se dice al servicio de los trabajadores y es todo lo contrario, bueno en abono hay que decir que los servicios médicos en el primer nivel, son muy eficientes.
Ni los diputados, ni los supuestos líderes de los trabajadores que hace años se olvidaron de responder por sus representados y sólo se dedican a lucrar de sus cargos; esta es otra causa también del hartazgo social de partidos, representantes, gobierno y administración.
El salario mínimo aumentó en 2014 dos pesos con ochenta centavos, con el pretexto de no incrementar la inflación, así siempre hay una razón, una justificación, el caso es que la pobreza debe seguir aumentando, ¿usted les cree? solo se sigue deteriorando el poder adquisitivo de los trabajadores que han perdido en los últimos 30 años más del 70 %, es inexplicable sólo por la defensa a ultranza la sobre concentración de la riqueza en las élites económicas del país.
Hay estudios serios que documentan que un aumento del 20 o 30 % al salario, fortalecería la capacidad adquisitiva de los trabajadores y fortalecería también el mercado interno.
La realidad del fracaso de todos los programas sociales, incapaces de revertir el aumento de la pobreza en este país, con los 73 mil millones de pesos de Prospera, antes Oportunidades, más los casi trecientos programas sociales tan caros como ineficaces. Sin embargo, el tema es modificar la distribución del ingreso, esta es la única forma de atemperar la desigualdad social.
Pueden aplicar la teoría del economista francés Thomas Picketty que propone gravar la riqueza en todas sus facetas o cobrar los impuestos que no pagan, para evitar tanta desigualdad que nos acerca a la tercera guerra mundial.
Gravar impuestos al consumo, a la renta, a la riqueza, al patrimonio, diseñan programas de compensación eficientes, que se demuestren que pueden revertir el aumento de la pobreza, que nos lleven ya no a la igualdad pero, al menos, a acotar la enorme brecha de desigualdad socioeconómica existente en México.
Esto son los riegos para la elección del 2018, si los líderes del partido en el poder y los gobiernos no lo quieren ver y actuar en consecuencia, dijera Gabrielito Lima Cerón, cornista de la ciudad de Huamantla en los años 60's, “Allá ellos”.
Este análisis fue escrito y publicado hace 9 años, algo de cierto tuvo o, usted, amable lector ¿qué piensa?