/ jueves 23 de mayo de 2024

Espacio INE / El papel de las encuestas en las elecciones

ANDRÉS CORONA HERNÁNDEZ*

Dicen que las encuestas son de quien las paga, desde hace algunos años se han utilizado estos instrumentos para posicionar a un candidato o candidata a fuerza de repetir el mismo resultado.

No solamente se ve en los países latinoamericanos con poca o nula cultura democrática por más que gritan a los cuatro vientos que son países democráticos, si no que este fenómeno también se presenta en nuestros vecinos del país del norte, quienes también están en campaña para renovar al Poder Ejecutivo. En todas partes las y los candidatos tienen sus medios favoritos, en el caso del candidato Trump la cadena Fox siempre lo pone a la cabeza de las preferencias electorales, y no sólo lo hizo en las elecciones primarias, sino ahora que ya está en representación del Partido Republicano.

Fue en este país en donde iniciaron los ejercicios demoscópicos para medir la preferencia y posicionamiento de aspirantes a un cargo de elección popular, posteriormente se extendió a todos los lugares donde compiten más de dos candidatos. México no escapa a esto, y en los primeros años del siglo XXI las casas encuestadoras tenían más seriedad al publicar los resultados; sin embargo, en la medida que aumentó la competencia electoral por los cargos públicos incrementó también el número de empresas que se dedican a encuestar para proyectar resultados.

Hoy existen infinidad de casas encuestadoras, algunas con registro ante el INE y otras sin registro, que sin ningún pudor publican resultados a la medida o exigencia de quien los contrata. ¿Cuál es el efecto que causa en la ciudadanía? Sí, en un principio fue un elemento de proyección de resultados y se publicaba también la vitrina metodológica con un margen de error alcanzable, en la actualidad hay tantas empresas que sólo publican resultados sin sustento metodológico y para posicionar más a un cliente, que en realidad producto de un ejercicio profesional.

En los últimos procesos electorales las encuestas, más que elemento de proyección de resultados, se utilizan como estrategia política para posicionar en el inconsciente colectivo de la ciudadanía a determinada candidata o candidato, para generar desánimo si la elección ya está definida y participar el día de la Jornada Electoral no tiene sentido, porque ya no influye su voto en el resultado final. El claro ejemplo fue la elección del año pasado en el Estado de México, en la que, desde el inicio de la campaña, se divulgó una diferencia de las candidatas entre 20 y 30 por ciento del primer lugar respecto al segundo, y esto fue durante todo el tiempo que duró la campaña. ¿Qué sucedió en la realidad? El día de la elección, con una participación del 41 por ciento de la lista nominal más grande del país y al término de cómputos, la diferencia entre el primero y segundo lugar fue de 8.1 por ciento.

Esta estrategia no abona a la participación ciudadana, sino que genera desánimo entre la ciudadanía al hacerlos creer que es intrascendente ir a votar el día de la jornada. La indicación a las y los Capacitadores Asistentes Electorales (CAE) es que digan al funcionariado que tiene nombramiento para integrar las Mesas Directivas de Casilla que nadie puede predecir los resultados con certeza y que integrar la casilla, además de una obligación, es un privilegio recibir los votos de los vecinos, amigos y familiares. Independientemente de los resultados que propalen las y los candidatos y sus partidos políticos y coaliciones, y por más que digan que ya hay un claro ganador o ganadora de la elección, eso sólo lo decide la ciudadanía, y como funcionarios estarán para atestiguar el acontecimiento. Esta estrategia también afecta el funcionamiento del Instituto, aunado al ofrecimiento de más dinero a quienes ya fueron capacitados como funcionariado de las Mesas Directivas de Casilla. Afortunadamente el Consejo General tomó un acuerdo para que, quienes resultaron con nombramiento en la segunda insaculación, ya no puedan ser acreditados como representantes generales o ante casillas.

La invitación a la ciudadanía es salir a votar el próximo 2 de junio sin hacer caso a las encuestas y ejercer ese derecho que todos tenemos de elegir a nuestros representantes, que sea el triunfo ciudadano, lo demás se dará por añadidura.


*Vocal Ejecutivo de la 01 Junta Distrital Ejecutiva Instituto Nacional Electoral en Tlaxcala


ANDRÉS CORONA HERNÁNDEZ*

Dicen que las encuestas son de quien las paga, desde hace algunos años se han utilizado estos instrumentos para posicionar a un candidato o candidata a fuerza de repetir el mismo resultado.

No solamente se ve en los países latinoamericanos con poca o nula cultura democrática por más que gritan a los cuatro vientos que son países democráticos, si no que este fenómeno también se presenta en nuestros vecinos del país del norte, quienes también están en campaña para renovar al Poder Ejecutivo. En todas partes las y los candidatos tienen sus medios favoritos, en el caso del candidato Trump la cadena Fox siempre lo pone a la cabeza de las preferencias electorales, y no sólo lo hizo en las elecciones primarias, sino ahora que ya está en representación del Partido Republicano.

Fue en este país en donde iniciaron los ejercicios demoscópicos para medir la preferencia y posicionamiento de aspirantes a un cargo de elección popular, posteriormente se extendió a todos los lugares donde compiten más de dos candidatos. México no escapa a esto, y en los primeros años del siglo XXI las casas encuestadoras tenían más seriedad al publicar los resultados; sin embargo, en la medida que aumentó la competencia electoral por los cargos públicos incrementó también el número de empresas que se dedican a encuestar para proyectar resultados.

Hoy existen infinidad de casas encuestadoras, algunas con registro ante el INE y otras sin registro, que sin ningún pudor publican resultados a la medida o exigencia de quien los contrata. ¿Cuál es el efecto que causa en la ciudadanía? Sí, en un principio fue un elemento de proyección de resultados y se publicaba también la vitrina metodológica con un margen de error alcanzable, en la actualidad hay tantas empresas que sólo publican resultados sin sustento metodológico y para posicionar más a un cliente, que en realidad producto de un ejercicio profesional.

En los últimos procesos electorales las encuestas, más que elemento de proyección de resultados, se utilizan como estrategia política para posicionar en el inconsciente colectivo de la ciudadanía a determinada candidata o candidato, para generar desánimo si la elección ya está definida y participar el día de la Jornada Electoral no tiene sentido, porque ya no influye su voto en el resultado final. El claro ejemplo fue la elección del año pasado en el Estado de México, en la que, desde el inicio de la campaña, se divulgó una diferencia de las candidatas entre 20 y 30 por ciento del primer lugar respecto al segundo, y esto fue durante todo el tiempo que duró la campaña. ¿Qué sucedió en la realidad? El día de la elección, con una participación del 41 por ciento de la lista nominal más grande del país y al término de cómputos, la diferencia entre el primero y segundo lugar fue de 8.1 por ciento.

Esta estrategia no abona a la participación ciudadana, sino que genera desánimo entre la ciudadanía al hacerlos creer que es intrascendente ir a votar el día de la jornada. La indicación a las y los Capacitadores Asistentes Electorales (CAE) es que digan al funcionariado que tiene nombramiento para integrar las Mesas Directivas de Casilla que nadie puede predecir los resultados con certeza y que integrar la casilla, además de una obligación, es un privilegio recibir los votos de los vecinos, amigos y familiares. Independientemente de los resultados que propalen las y los candidatos y sus partidos políticos y coaliciones, y por más que digan que ya hay un claro ganador o ganadora de la elección, eso sólo lo decide la ciudadanía, y como funcionarios estarán para atestiguar el acontecimiento. Esta estrategia también afecta el funcionamiento del Instituto, aunado al ofrecimiento de más dinero a quienes ya fueron capacitados como funcionariado de las Mesas Directivas de Casilla. Afortunadamente el Consejo General tomó un acuerdo para que, quienes resultaron con nombramiento en la segunda insaculación, ya no puedan ser acreditados como representantes generales o ante casillas.

La invitación a la ciudadanía es salir a votar el próximo 2 de junio sin hacer caso a las encuestas y ejercer ese derecho que todos tenemos de elegir a nuestros representantes, que sea el triunfo ciudadano, lo demás se dará por añadidura.


*Vocal Ejecutivo de la 01 Junta Distrital Ejecutiva Instituto Nacional Electoral en Tlaxcala