/ viernes 15 de septiembre de 2023

Anatomía de lo social | Independencia

La libertad no es simplemente un privilegio

que se otorga; es un hábito que ha de adquirirse

David Lloyd George


Para muchos mexicanos, una de las celebraciones más importantes es el movimiento de independencia, iniciado, según la historia, cuando el pueblo se levantó en armas en contra del virreinato, bajo la arenga del cura Hidalgo, y en convocatoria a través del sonido de las campañas para convencerlos de participar en esa lucha que pretendía, además de la separación de España, otras demandas que permitieran un mejor trato y nivel de vida para la población en lo general.

Se puede decir, además, que al discurso usado para incitar a la rebelión se le denominó el Grito de Dolores o Grito de la Independencia, luego entonces, en este rudimentario comentario se acota la guerra de independencia, cuyo contexto temporal concluyó en 1821, cuando se firma el tratado de Córdoba, ratificando el Plan de Iguala, para en lo posterior, cuando el ejército trigarante entra a la ciudad de México, proclamándose su Independencia.

Esta es la parte sustantiva de las celebraciones, el legado histórico y la oportunidad de vivir en libertad, sin embargo, a pesar de la importancia del acontecimiento, en la actualidad pocos son los interesados en revivir al movimiento y participar en las ceremonias que simbolizan, justamente, la independencia de nuestros país; por eso, sin la intención de cuestionar las decisiones particulares, se puede afirmar que, más allá de la historia, cada quien, a su manera, celebrará esta fecha que, oficialmente, ésta determinada para las celebraciones y conmemoraciones.

Para mantener vigente la lucha de independencia, en la mayoría de las escuelas, especialmente las del nivel básico, realizarán los honores correspondientes, con un discurso dicho por el director o algún alumno destacado, cuya duración de todo el evento será de unos cuantos minutos, reduciendo al máximo todo un proceso del inicio de la independencia,

Desde luego, también muchos con una conciencia patriótica asistirán a los lugares de recreación del Grito de Independencia, en especial el que se da en el Palacio de Gobierno, para después disfrutar de los fuegos artificiales y de la comida que se expende en los alrededores.

Así de sencillo, toda esa parte histórica se ha ido modificando, no en sus hechos, sí en las formas de celebrarlo, desafortunadamente, se puede entender como la pérdida de una identidad nacionalista, al tomar la fecha para realizar cualquier otro tipo de actividades menos el de las remembranzas y de los legados que estuvieron permeados con la sangre de quienes lucharon en esa gesta independentista y que hoy va quedando en el olvido.

Para sustentar el comentario, ya no hay evidencia de ese sentido de pertenencia a un país que, a pesar de sus vicisitudes, todavía da muestras de sensibilidad para mantener vigencia en la búsqueda de la igualdad y la libertad, aunque las dificultades son superiores a las de hace más de dos siglos, mientras tanto, también se sigue luchando para que no se diluyan las formas de enfrentar cualquier dificultad del pueblo.

Desde luego, se necesita la participación de todos para recuperar lo que hasta ahora ya no se hace notable; por ejemplo, quienes por alguna razón tienen la posibilidad de transitar por las comunidades y los pueblos, se pueden percatar de la ausencia de uno de los símbolos más importantes para los mexicanos: la bandera. Dicho de otra manera, en otros tiempos en cada casa colocaban un pendón nacional que ondeaba con un singular movimiento, como si quisiera decir que ese era un hogar de auténticos mexicanos.

Tampoco se puede negar que el interés de la fecha se limita o se considera como una oportunidad para viajar, tomando el puente como unas mini vacaciones, por eso se hace notable el exceso de vehículos que transitan por las carreteras del país, dirigiéndose a los lugares de recreación y descanso; obviamente esto no se discute, al contrario, solo sirve para señalar la indiferencia con que la gente toma con mucha ligereza uno de los acontecimientos más significativos para el pueblo de México.

Por otro lado, muchos de los beneficiados por este evento histórico son los comerciantes, ambulantes o establecidos, que venden listones y trenzas postizas, sombreros, banderines, maquillajes, entre otros tantos objetos que, se supone, son los símbolos de la Independencia, y que también, se supone, los usarán en la ceremonia del Grito.

Otros, con un pensamiento gastronómico, ya se han preparado con las viandas para elaborar el pozole, las tostadas, los tamales, las quesadillas, el atole, el café, infaltables en las mesas de la familia, quienes sin salir festejan y miran, por los medios de información, las ceremonias conmemorativas.

Como quiera que sea, hoy estaremos celebrando nuestra independencia, ya sea viajando, comiendo o vitoreando a los héroes que nos dieron el legado de la libertad, así es que, quedando algunas horas para el Grito, todavía pueden modificar sus planes y celebrar como se debe, gritando desde dentro del alma y corazón: ¡Viva México!


La libertad no es simplemente un privilegio

que se otorga; es un hábito que ha de adquirirse

David Lloyd George


Para muchos mexicanos, una de las celebraciones más importantes es el movimiento de independencia, iniciado, según la historia, cuando el pueblo se levantó en armas en contra del virreinato, bajo la arenga del cura Hidalgo, y en convocatoria a través del sonido de las campañas para convencerlos de participar en esa lucha que pretendía, además de la separación de España, otras demandas que permitieran un mejor trato y nivel de vida para la población en lo general.

Se puede decir, además, que al discurso usado para incitar a la rebelión se le denominó el Grito de Dolores o Grito de la Independencia, luego entonces, en este rudimentario comentario se acota la guerra de independencia, cuyo contexto temporal concluyó en 1821, cuando se firma el tratado de Córdoba, ratificando el Plan de Iguala, para en lo posterior, cuando el ejército trigarante entra a la ciudad de México, proclamándose su Independencia.

Esta es la parte sustantiva de las celebraciones, el legado histórico y la oportunidad de vivir en libertad, sin embargo, a pesar de la importancia del acontecimiento, en la actualidad pocos son los interesados en revivir al movimiento y participar en las ceremonias que simbolizan, justamente, la independencia de nuestros país; por eso, sin la intención de cuestionar las decisiones particulares, se puede afirmar que, más allá de la historia, cada quien, a su manera, celebrará esta fecha que, oficialmente, ésta determinada para las celebraciones y conmemoraciones.

Para mantener vigente la lucha de independencia, en la mayoría de las escuelas, especialmente las del nivel básico, realizarán los honores correspondientes, con un discurso dicho por el director o algún alumno destacado, cuya duración de todo el evento será de unos cuantos minutos, reduciendo al máximo todo un proceso del inicio de la independencia,

Desde luego, también muchos con una conciencia patriótica asistirán a los lugares de recreación del Grito de Independencia, en especial el que se da en el Palacio de Gobierno, para después disfrutar de los fuegos artificiales y de la comida que se expende en los alrededores.

Así de sencillo, toda esa parte histórica se ha ido modificando, no en sus hechos, sí en las formas de celebrarlo, desafortunadamente, se puede entender como la pérdida de una identidad nacionalista, al tomar la fecha para realizar cualquier otro tipo de actividades menos el de las remembranzas y de los legados que estuvieron permeados con la sangre de quienes lucharon en esa gesta independentista y que hoy va quedando en el olvido.

Para sustentar el comentario, ya no hay evidencia de ese sentido de pertenencia a un país que, a pesar de sus vicisitudes, todavía da muestras de sensibilidad para mantener vigencia en la búsqueda de la igualdad y la libertad, aunque las dificultades son superiores a las de hace más de dos siglos, mientras tanto, también se sigue luchando para que no se diluyan las formas de enfrentar cualquier dificultad del pueblo.

Desde luego, se necesita la participación de todos para recuperar lo que hasta ahora ya no se hace notable; por ejemplo, quienes por alguna razón tienen la posibilidad de transitar por las comunidades y los pueblos, se pueden percatar de la ausencia de uno de los símbolos más importantes para los mexicanos: la bandera. Dicho de otra manera, en otros tiempos en cada casa colocaban un pendón nacional que ondeaba con un singular movimiento, como si quisiera decir que ese era un hogar de auténticos mexicanos.

Tampoco se puede negar que el interés de la fecha se limita o se considera como una oportunidad para viajar, tomando el puente como unas mini vacaciones, por eso se hace notable el exceso de vehículos que transitan por las carreteras del país, dirigiéndose a los lugares de recreación y descanso; obviamente esto no se discute, al contrario, solo sirve para señalar la indiferencia con que la gente toma con mucha ligereza uno de los acontecimientos más significativos para el pueblo de México.

Por otro lado, muchos de los beneficiados por este evento histórico son los comerciantes, ambulantes o establecidos, que venden listones y trenzas postizas, sombreros, banderines, maquillajes, entre otros tantos objetos que, se supone, son los símbolos de la Independencia, y que también, se supone, los usarán en la ceremonia del Grito.

Otros, con un pensamiento gastronómico, ya se han preparado con las viandas para elaborar el pozole, las tostadas, los tamales, las quesadillas, el atole, el café, infaltables en las mesas de la familia, quienes sin salir festejan y miran, por los medios de información, las ceremonias conmemorativas.

Como quiera que sea, hoy estaremos celebrando nuestra independencia, ya sea viajando, comiendo o vitoreando a los héroes que nos dieron el legado de la libertad, así es que, quedando algunas horas para el Grito, todavía pueden modificar sus planes y celebrar como se debe, gritando desde dentro del alma y corazón: ¡Viva México!