/ viernes 19 de febrero de 2021

Mirador del sur | Desobediencia y rebeldía

Es lamentable encontrar sectores sociales rebeldes que no entienden la peligrosidad de una pandemia y que actúan de forma inconsciente, ignorante y desafiante en contra de la normatividad.

El fin de semana pasado e inicios de éste, en Papalotla y Tenancingo se arriesgaron de más al llevar a cabo presentaciones de carnaval en zonas céntricas y ante decenas de espectadores, que también colaboraron para crear un entorno de posibles contagios del nuevo coronavirus. Lo criticable en estos dos casos es que las autoridades municipales han hecho caso omiso a evitar estos eventos de concentración masiva y, lo más penoso, es que están involucrados personajes que trabajan en ambos gobiernos.

Es claro que el fanatismo y apasionamiento por esta tradición altera comportamientos y es cuando Tlaxcala es observado y mal visto por falta de responsabilidad ante un mal sanitario general, que pone en peligro la vida de todos. Las críticas se han hecho llegar en redes sociales, ya que hay grupos de deportistas, danzantes, de actividades culturales y sociales, que se han limitado y consideran que no es justo que unos cuantos rompan la regla y se atrevan a generar anarquía en tiempos de gravedad en la salud pública.

EL ADIÓS A DON POMPEYO

Zacatelco perdió a su “chivarrudo mayor”, don Pompeyo Ortega Lembrino, quien dio vida al carnaval por varias décadas y su participación le valió para ganar varios reconocimientos.

Su despedida, la que debió realizarse el pasado sábado con limitantes, se vio envuelta con presencia de “chivarrudos”, que atrajeron a muchas personas en el centro del municipio, y que al llevar a cabo una presentación rompieron con las medidas preventivas de no llevar a cabo actos públicos de carnaval.

Este hecho también fue criticado, aunque su fin fue dar vida a la actividad que tanto quiso Pompeyo como la danza de “chivarrudos” y la quema del torito.

MIÉRCOLES DE CENIZA INÉDITO

La Iglesia católica de Zacatelco nuevamente se vio en apuros con la llegada del Miércoles de Ceniza, día que por tradición miles de feligreses acuden a los templos.

Ante esta situación complicada por la Covid-19, en Zacatelco por la tarde fueron colocadas charolas en las puertas del atrio y fue ofrecida ceniza para llevar a casa con el fin de que familiares pudieran colocársela en su frente sin necesidad de salir y mezclarse en la masividad.

Esta medida fue implementada en la Parroquia principal y en las capillas de Xochicalco, Sección Quinta, Niño Doctor y en San Lorenzo Axocomanitla.

EL APAGÓN

El estado de Tlaxcala no se ha visto afectado en un alto porcentaje por los apagones que iniciaron en Estados Unidos de América por las fuertes nevadas. Uno de los poblados que sí lo vivió, el pasado fin de semana, fue San Pablo del Monte en un área de esta comuna.

Es lamentable encontrar sectores sociales rebeldes que no entienden la peligrosidad de una pandemia y que actúan de forma inconsciente, ignorante y desafiante en contra de la normatividad.

El fin de semana pasado e inicios de éste, en Papalotla y Tenancingo se arriesgaron de más al llevar a cabo presentaciones de carnaval en zonas céntricas y ante decenas de espectadores, que también colaboraron para crear un entorno de posibles contagios del nuevo coronavirus. Lo criticable en estos dos casos es que las autoridades municipales han hecho caso omiso a evitar estos eventos de concentración masiva y, lo más penoso, es que están involucrados personajes que trabajan en ambos gobiernos.

Es claro que el fanatismo y apasionamiento por esta tradición altera comportamientos y es cuando Tlaxcala es observado y mal visto por falta de responsabilidad ante un mal sanitario general, que pone en peligro la vida de todos. Las críticas se han hecho llegar en redes sociales, ya que hay grupos de deportistas, danzantes, de actividades culturales y sociales, que se han limitado y consideran que no es justo que unos cuantos rompan la regla y se atrevan a generar anarquía en tiempos de gravedad en la salud pública.

EL ADIÓS A DON POMPEYO

Zacatelco perdió a su “chivarrudo mayor”, don Pompeyo Ortega Lembrino, quien dio vida al carnaval por varias décadas y su participación le valió para ganar varios reconocimientos.

Su despedida, la que debió realizarse el pasado sábado con limitantes, se vio envuelta con presencia de “chivarrudos”, que atrajeron a muchas personas en el centro del municipio, y que al llevar a cabo una presentación rompieron con las medidas preventivas de no llevar a cabo actos públicos de carnaval.

Este hecho también fue criticado, aunque su fin fue dar vida a la actividad que tanto quiso Pompeyo como la danza de “chivarrudos” y la quema del torito.

MIÉRCOLES DE CENIZA INÉDITO

La Iglesia católica de Zacatelco nuevamente se vio en apuros con la llegada del Miércoles de Ceniza, día que por tradición miles de feligreses acuden a los templos.

Ante esta situación complicada por la Covid-19, en Zacatelco por la tarde fueron colocadas charolas en las puertas del atrio y fue ofrecida ceniza para llevar a casa con el fin de que familiares pudieran colocársela en su frente sin necesidad de salir y mezclarse en la masividad.

Esta medida fue implementada en la Parroquia principal y en las capillas de Xochicalco, Sección Quinta, Niño Doctor y en San Lorenzo Axocomanitla.

EL APAGÓN

El estado de Tlaxcala no se ha visto afectado en un alto porcentaje por los apagones que iniciaron en Estados Unidos de América por las fuertes nevadas. Uno de los poblados que sí lo vivió, el pasado fin de semana, fue San Pablo del Monte en un área de esta comuna.