/ sábado 9 de diciembre de 2023

Retahíla para cinéfilos | “Wonka”: el boleto dorado de la temporada

Dicen que esperar lo peor para no decepcionarse es un mecanismo de defensa que muchos empleamos en el cine, ¿será que el estreno cinematográfico más esperado del mes cumplió esta regla o era una joya desde su concepción misma?


Entrañable, divertida e inesperada: así es “Wonka”, la nueva película musical de Paul King basada en el clásico cuento infantil “Charlie y la fábrica de chocolates” de Roald Dahl.

La cinta de King es propiamente una precuela de aquella conmovedora historia estrenada en pantalla grande a principios de los setenta. En esta reinterpretación, seguimos los primeros años de Willy Wonka, el chocolatero más famoso de todos los tiempos.


Encarnado sorpresiva y espléndidamente por Timothée Chalamet, el joven Wonka nos anima a acompañarlo en su primera aventura fuera de casa. Con el deseo absoluto de abrir su propia industria de golosinas y cumplir el sueño de su madre fallecida, llega a la gran ciudad solitario, pero optimista.


Para cumplir su objetivo, el mago del cacao deberá enfrentarse no solo con el infame cártel del chocolate integrado por tres empresarios avariciosos que lo vetan de la ciudad, sino también a una despiadada arrendataria que lo estafa y luego obliga a trabajar en su hotel con un grupo de lugareños dispuestos a hacer comunidad para salir juntos del opresivo sitio.


Luego de una retahíla de aventuras entretejidas, surge el sencillo y poderoso mensaje de la historia: “el secreto de la felicidad no está en la meta, sino en el camino compartido”. A través de esta premisa ocurre toda la magia (y el chocolate).


Un asunto destacable es que en ningún momento la película cae en lo predecible ni en el humor simple. Cada cuadro está en equilibrio entre su estética y corazón. En ese sentido, el diseño de arte es fenomenal, con una animación digital prudente y vistosa como el vestuario, que es una delicia y se aprovecha en los constantes números musicales que la caracterizan.


En pocas palabras, el filme convirtió lo que pudo haber sido un desastre absoluto a una obra con calidad intachable, apta y recomendable para toda la familia. Contra todo pronóstico, “Wonka” es una de las mejores películas de la temporada y el lado dulce de la cartelera de esta semana.

Dicen que esperar lo peor para no decepcionarse es un mecanismo de defensa que muchos empleamos en el cine, ¿será que el estreno cinematográfico más esperado del mes cumplió esta regla o era una joya desde su concepción misma?


Entrañable, divertida e inesperada: así es “Wonka”, la nueva película musical de Paul King basada en el clásico cuento infantil “Charlie y la fábrica de chocolates” de Roald Dahl.

La cinta de King es propiamente una precuela de aquella conmovedora historia estrenada en pantalla grande a principios de los setenta. En esta reinterpretación, seguimos los primeros años de Willy Wonka, el chocolatero más famoso de todos los tiempos.


Encarnado sorpresiva y espléndidamente por Timothée Chalamet, el joven Wonka nos anima a acompañarlo en su primera aventura fuera de casa. Con el deseo absoluto de abrir su propia industria de golosinas y cumplir el sueño de su madre fallecida, llega a la gran ciudad solitario, pero optimista.


Para cumplir su objetivo, el mago del cacao deberá enfrentarse no solo con el infame cártel del chocolate integrado por tres empresarios avariciosos que lo vetan de la ciudad, sino también a una despiadada arrendataria que lo estafa y luego obliga a trabajar en su hotel con un grupo de lugareños dispuestos a hacer comunidad para salir juntos del opresivo sitio.


Luego de una retahíla de aventuras entretejidas, surge el sencillo y poderoso mensaje de la historia: “el secreto de la felicidad no está en la meta, sino en el camino compartido”. A través de esta premisa ocurre toda la magia (y el chocolate).


Un asunto destacable es que en ningún momento la película cae en lo predecible ni en el humor simple. Cada cuadro está en equilibrio entre su estética y corazón. En ese sentido, el diseño de arte es fenomenal, con una animación digital prudente y vistosa como el vestuario, que es una delicia y se aprovecha en los constantes números musicales que la caracterizan.


En pocas palabras, el filme convirtió lo que pudo haber sido un desastre absoluto a una obra con calidad intachable, apta y recomendable para toda la familia. Contra todo pronóstico, “Wonka” es una de las mejores películas de la temporada y el lado dulce de la cartelera de esta semana.