Los archivos históricos resguardados en el Museo de la Memoria revelan que el puente rojo es un símbolo de progreso decimonónico en Tlaxcala; a pesar del tiempo, sus atributos estructurales e implicaciones sociales siguen favoreciendo a los habitantes de la ciudad capital.
A continuación, compartimos algunos datos curiosos para todos quienes alguna vez lo han cruzado:
1.- Antes de existir el puente rojo que hoy conocemos, sobre el río Zahuapan se extendía un puente provisional llamado “Progreso”, el cual fue colocado por los vecinos de la zona. En 1860 el entonces gobernador Luis León decidió sustituirlo por uno de mejor infraestructura.
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No obstante, la obra se estrenó con una gran celebración hasta enero de 1889 como parte del proyecto de modernización del estado puesto en marcha por el gobernador Próspero Cahuantzi en conveniencia con una empresa de construcción europea. Las placas prefabricadas de acero proveniente de Inglaterra le permitieron una vida larga y duradera que a 133 años testifica también un estudio civil importante.
2.- El nuevo puente permitió a los antiguos habitantes de Tlaxcala cruzar el río sin ningún peligro y dar paso al intercambio de mercancías entre los pueblos cercanos y la capital tlaxcalteca. Antes de existir esta vía, la comunicación era por canoas; pero ante el crecimiento del río, cada vez resultaba más inconveniente su cruce.
3.- A iniciativa del gobernador Adolfo Bonilla, el piso del puente fue reconstruido por el ayuntamiento de Tlaxcala, siendo presidente municipal Emiliano Pineda en junio de 1945, según revela la placa conmemorativa que se encuentra en lo alto de las vigas. Cabe señalar que, previo a la base de concreto, el puente tenía asiento de madera, al ser de exclusivo uso peatonal.
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4.- Por su cercanía al mercado y la zona de comercio municipal, el puente rojo es una de las paradas del transporte público más populares. En una hora pico, más de 200 personas (provenientes de colonias y municipios aledaños) ascienden y descienden en ese punto, según estiman los locatarios colindantes. Además del rojo, existen en Tlaxcala otros puentes de utilidad hasta la fecha para cruzar el afluente Zahuapan; pero, sin duda, con menor significación. Así que, cuando cruces la gran estructura, recuerda también la larga historia que atraviesas.
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