Productos como galletas, yogurt, pan, refresco y frituras podrían ser muy tentadores por su sabor, pero en realidad son un “veneno silencioso”.
La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha venido alertando que el consumo excesivo de estos productos es dañino para la salud, por una sencilla razón: la mayoría de éstos contienen jarabe de maíz de alta fructuosa (JMAF).
¿QUÉ ES EL JARABE DE MAÍZ DE ALTA FRUCTOSA?
Se trata de un endulcolorante poco nutritivo que proviene de una mezcla altamente purificada de la fécula del maíz, como endulzante principal.
Regularmente es utilizado en la industria alimentaria debido a que facilita la conservación de los alimentos por un precio considerablemente bajo.
¿POR QUÉ NO DE SEBE CONSUMIR?
De acuerdo con la Profeco, el consumo excesivo del JMAF fomenta la producción de la hormona ghrelina que regula el apetito y su sobreproducción retarda la sensación de saciedad e induce el hambre.
Esto quiere decir que las calorías en los alimentos que contienen jarabe no aportan nutrientes, conocidos como “calorías vacías”, las cuales con el tiempo se acumulan en el cuerpo provocando ganancia de peso.
AVANCE
No obstante, desde que la Profeco alertó sobre el consumo del JMAF en 2019, se ha tenido un avance respecto al tema, pues algunas empresas ya han tomado conciencia a favor de la salud; ahora podrás encontrar en los centros comerciales el pan de caja sin el jarabe dañino.
La recomendación es verificar las etiquetas de los alimentos antes de consumirlos.
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