¿Alguna vez te has preguntado cómo se elabora el jugo de naranja que venden en las tiendas? O ¿Qué tan saludables son? Aquí te contamos el proceso.
De acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), primero se seleccionan las frutas de acuerdo a su calidad y maduración, éstas separan para exportación, mercado nacional, jugos y conservas.
En el caso del jugo de naranja, se lavan las naranjas y luego son prensadas para extraerles el jugo, con ello, se descarta parte de la pulpa así como restos de corteza y de la piel de los gajos, dando como resultado un jugo sin fibra.
Posteriormente, al pasteurizar la bebida se degrada el sabor de las naranjas y se pierde la vitamina C, a consecuencia de la elevación de temperatura para destruir los microorganismos.
Se reconstruye el jugo al añadir la pulpa procesada previamente para las versiones con pulpa y se añade vitamina C. Ya que el jugo ha sido reconstituido, es empacado.
Sin embargo, ningún sistema de empacado puede prevenir cambios en la calidad del jugo durante su almacenamiento debido a las condiciones de este.
Por lo tanto, el jugo de naranja brinda como producto final un IG más alto que una naranja natural, ya que esta tarda más tiempo en ser digerida, lo que provoca que la liberación de glucosa en sangre sea más lenta.
Así que un litro de jugo procesado puede contener el equivalente a 20 cucharadas cafeteras de azúcar (100 g); mientras que un vaso de 250 ml puede contener 5 cucharadas, equivalente a 25 gramos, los suficientes para NO consumir más azúcares durante el día.
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