Condenan a prisión en EE. UU. a cinco integrantes de la familia Rendón Reyes

Los originarios de Tenancingo son acusados del delito de trata de personas y tráfico sexual

Karla MUÑETÓN

  · miércoles 9 de enero de 2019

Foto: Archivo Ilustrativa

La semana pasada cinco miembros de la familia Rendón Reyes, organización de Tenancingo dedicada a la trata de personas y tráfico sexual, fueron condenados a diversas penas de prisión por el Juez del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos, Edward R. Korman.

Se trata de Jovan Rendón Reyes, conocido como Jovani, de 32 años de edad condenado a 20 años de prisión; Saúl Rendón Reyes alias “Satanico”, de 41 años de edad a 15 años de prisión; Félix Rojas, de 48 años de edad sentenciado a 25 años de prisión; Odilón Martínez Rojas, también conocido como “Chino” o Saúl, de 47 años de edad condenado a más de 24 años de prisión y Severiano Martínez Rojas, de 53 años de edad a más de 24 años de prisión.

Los acusados se declararon culpables de los delitos de tráfico y esclavitud sexual con fines de lucro y otros cargos federales, eso luego de sus arrestos en México y los Estados Unidos, donde residían ilegalmente.

Además de esos cinco sujetos hay otros tres acusados por delitos similares, que serán sentenciados el próximo 15 de enero.

De acuerdo con la página oficial de internet del Departamento de Justicia de Estados Unidos de América (EE.UU.), durante más de una década esa organización llevó de contrabando a ese país a muchas mujeres de México y América Central y las obligó a ejercer la prostitución para su beneficio, pues generó cientos de miles de dólares en ganancias criminales que luego fueron lavadas de regreso a México.

Según los documentos presentados ante el tribunal de distrito federal en Brooklyn, Nueva York, entre diciembre de 2004 y noviembre de 2015 los Rendón Reyes se enriquecieron con esas prácticas ilícitas.

La información señala que esa organización se enfocó en mujeres y niñas vulnerables, algunas de apenas 14 años, de áreas empobrecidas de México y América Central, y para ello usaban típicamente falsas promesas de amor y matrimonio para atraer a las víctimas a relaciones románticas fraudulentas, aunque en algunos casos, secuestraron a la fuerza a las víctimas y, en una ocasión, a un hijo de la víctima.

Una vez en los Estados Unidos utilizaron diferentes métodos para obligar a las víctimas a ejercer la prostitución, incluidas palizas severas y repetidas, agresiones sexuales, abortos forzosos, amenazas a las víctimas, sus familias y niños, y daños psicológicos, y las forzaron a realizar hasta 45 actos sexuales por noche y tomaron todas las ganancias de la prostitución, canalizando el dinero de regreso a México.

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