Tal como ocurre con la pandemia por Covid-19, que ha dejado miles de fallecidos en México, la gripe española trajo muerte, hambre y pobreza en las primeras décadas del Siglo XX .
En ese entonces, como no se conocía una cura efectiva, los panteones resultaron insuficientes y los cuerpos de cientos de fallecidos eran arrojados a una fosa común.
Sobre el tema, José Hernández Castillo, cronista de la Ciudad de Huamantla, describió que los síntomas de Covid-19 eran similares a la gripe española, que llegó a México en 1918 y terminó hasta 1920.
El cronista, de 94 años de edad, expuso que Huamantla, un municipio con 153 años de existencia, dejó registrados los hechos de muerte, que a la fecha pueden ser consultados y constatados.
Mi abuela María de Jesús Farfán me platicó que la enfermedad también pegaba a los animales domésticos, comentó y agrega que que era muy parecida al nuevo coronavirus, pues los contagiados presentaban diarrea, fiebre, tos, gripe y cansancio.
EL CREMATORIO DE LEÑA
Como la influenza dejó incontables muertos, al llenarse el pozo donde eran arrojados los cuerpos las autoridades ordenaron la construcción de un horno de leña para la cremación de cadáveres.
Así, en 1918, durante los últimos días de mandato del presidente municipal José María Ortega, fue construido un crematorio en la esquina de la Capilla.
En el invierno de 1919, la acción fue secundada por el alcalde Feliciano Rivera Acosta, con el propósito de incinerar todos los cuerpos contagiados.
Hernández Castillo dijo que fue posible comprobar que, incluso, durante el otoño e invierno los cuerpos sin vida eran abandonados afuera de los domicilios.
“Diariamente, a las 12:00 y 18:00 horas, pasaba una carroza jalada por mulas, cargaban los cuerpos sin vida y los trasladaban a la Capilla El Calvario”.
Como dato extraordinario, reveló que, de acuerdo con la oficina del Registro Civil, Catalina Lima Ortiz, hija de Bernardo Lima, fue declarada muerta en 1919. Sin embargo, mientras era trasladada a la fosa común, sobrevino una tempestad y los panteoneros, por miedo, abandonaron el sitio.
“La muchacha estaba muerta, lista para la fosa. Al caer la tormenta su cuerpo y el de otros se quedaron abandonados en el panteón”, externó.
Mencionó que al cesar la lluvia vino la calma y la joven (ahora se sabe que fue madre del exgobernador de Tlaxcala, José Antonio Álvarez Lima) salió del panteón en busca de ayuda para regresar a su casa. No solo sobrevivió, sino que Catalina Lima Ortiz llegó a los cien años de vida.
Citó que, en 1989, siendo José Hernández Castillo alcalde de esa demarcación, don José Antonio Álvarez Lima, le comentó sobre el fallecimiento de su señora madre.
“Ordené que fuera sepultada en el panteón de Santa Anita, esa era la voluntad y se cumplió, me dijo el exmandatario estatal”.
Años después, el 28 de noviembre de 2001, la periodista Verónica Rascón Córdoba, esposa de Álvarez Lima, falleció a la edad de 55 años, y también fue sepultada a un costado del sepulcro de doña Catalina Lima.
CAPILLA DEL SANTO SEPULCRO QUE NADIE QUIERE ABRIR
Hace cinco semanas falleció don Manuel Hernández, quien fungía como sacristán de la Capilla del Santo Sepulcro, en el barrio El Calvario. El templo, administrado por el párroco Raymundo Muñoz Paredes lleva más de 160 días cerrado y nadie se quiere hacer cargo del inmueble.
El Sol de Tlaxcala constató que el El Calvario, construido a mitad del siglo XVII, está dedicado al Santo Sepulcro, que se encuentra en una urna metálica.
El lugar, donde un sinfín de personas fue a la fosa común y a la incineración, luce lúgubre, hay basura, matorrales y pirules viejos. En el interior, pueden apreciarse textos escritos en arameo, hebreo, latín, griego y español. También existen sepulcros de 81 personajes históricos y otra área con personas momificadas que datan de 1805.
Hacia el costado derecho del templo está ubicado lo que fue un manantial de agua, pero que sirvió como fosa común para los muertos por la gripe española.
Justo en la esquina del templo hacia el sureste, existe el horno de leña; mide seis metros de altitud por seis de largo, en forma triangular.
La construcción del crematorio es de piedra de cantera en la base y paredes, tiene dos accesos por donde abastecían el combustible y en la parte alta una ventana para depositar los cuerpos en féretros o envueltos en cobijas. Del lado sur están los sepulcros de norteamericanos que perecieron durante la toma del municipio de Huamantla, entre las calles Juárez y Abasolo.
JARABE QUE CURABA LA GRIPE
José Hernández contó que mientras el número de decesos aumentaba, doña María de Jesús Farfán (primera mujer en bordar el vestido de la Virgen de la Caridad) preparó un brebaje doméstico con plantas medicinales a fin de prevenir la enfermedad.
“Mi abuela preparaba el jarabe contra esa gripe que estaba matando a muchos… para que las mujeres embarazadas estuvieran protegidas al ingerirlo”, externó.
Explicó que se trata de una bebida cuyos ingredientes son: pencas de maguey pinto, cuatecomate, eucalipto, piloncillo, gordolobo, caña de fístula, higo, tejocote y jerez.
- 81 personajes históricos existen en este sepulcro
153 años de existencia tiene el municipio de Huamantla.
El Calvario construido a mitad del siglo XVII, está dedicado al Santo Sepulcro, que se encuentra en una urna metálica
Continúa leyendo: