“Si el mundo conociera la cocina de Ixtenco, dirían que es la cocina del futuro, a pesar de ser tan antigua”, aseguró el chef e investigador Irad Santacruz al respecto del nombramiento del nuevo Pueblo Mágico de Tlaxcala. “Haber sido declarado Pueblo Mágico es una gran ventana para que el turismo pruebe, saboreé y disfrute Ixtenco”, agregó el especialista.
De acuerdo con el investigador, se trata de una cocina amigable con el medioambiente, que aprovecha los alimentos disponibles por temporada y demuestra que no se necesita proteína animal para preparar un platillo rico y nutritivo.
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Si bien el mole de matuma y el atole agrio son los únicos platillos locales registrados como patrimonio cultural, Ixtenco tiene una vasta producción gastronómica en la cual destacan recetas protagonizadas por el maíz como los burritos, los pinoles, los tlaxcales y los empedrados. Además, según el chef, “tenemos que hablar de toda la cosmovisión en torno a la milpa: las flores de calabaza, el xacualole, el xolostle de habas y los alberjones en blanco”.
Se considera un bien material e inmaterial porque en las recetas se resguarda la transmisión de conocimientos ancestrales a través de los cinco sentidos. En ese aspecto, Irad Santacruz invitó a los tlaxcaltecas a “salvaguardar, apoyar y respetar el tercer nombramiento de Pueblo Mágico”, y reflexionar que el beneficio debe ser para la comunidad, para el campo y para quienes lo trabajan todos los días. “¿De qué sirven los reconocimientos públicos si no hay reconocimiento de la sociedad? Hay que ir, comer, conocer y crear economía local”, sugirió.
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Finalmente, dijo que podemos imaginar una gran ruta mágica en Tlaxcala que parte de los sabores de Ixtenco, sigue por las tradiciones de Huamantla y termina en los colores Tlaxco. Con ella, explicó el investigador, “el turismo está listo para descentralizarse de la capital y llevar la economía a las localidades, generar fuentes de trabajo, así como detonar el placer en nuestro estado”.