Mujeres campesinas provenientes de diferentes regiones de Puebla solicitaron permiso para instalarse en las calles céntricas del pueblo mágico y vender fruta criolla de temporal.
Ya que la cosecha en Tlaxcala escaseó a causa de las de las heladas registradas en febrero, los frutos -aunque no son de calidad y buen sabor- son comerciados en las calles del centro por este grupo de campesinas migrantes.
Eso sí, cada puesto ambulante que instalan en las inmediaciones del mercado debe pagar impuestos a la dirección de Industria y Comercio del Ayuntamiento.
Frente a la casa donde bordan el vestido de la virgen de la Caridad, el Ayuntamiento le asignó un espacio a la campesina Laura Flores.
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