La senadora Ana Lilia Rivera Rivera propuso ante el Senado de la República inscribir en el Muro de Honor una leyenda en memoria del guerrero tlaxcalteca Xicohténcatl Axayacatzin.
Durante la sesión ordinaria de este martes, la legisladora tlaxcalteca emanada del partido Movimiento Regeneración Nacional habló del joven guerrero y de cómo su sacrificio quedará grabado en la memoria de todos los pueblos del mundo como un símbolo de libertad, valor y patriotismo.
Afirmó que personajes que hoy lo reconocen constituirán siempre en él uno de los mayores orgullos de la raza americana; y que su rebeldía y elevación moral, en contraste absoluto con el servilismo y la traición, servirán de gran ejemplo a los pueblos oprimidos por el despotismo de todos los tiempos y lugares.
"Deseo que la figura y el nombre que se instaure como símbolo de resistencia y orgullo de nuestro México se plasme con letras de oro en el Senado de la República.
Esta resistencia se llama Xicohténcatl y sigue ardiendo en nuestros corazones, inspirando a guardianes de la libertad y defensores de la justicia", expresó.
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Al leer la iniciativa, Rivera Rivera aseveró que la reivindicación tlaxcalteca es esencial para comprender la complejidad de la historia de México, y reconocer el legado de Xicohténcatl es esencial.
Detalló que la lectura de la historia no es una labor sencilla, pero sí necesaria, al indicar que el inmerecido olvido y la enredada tergiversación de los hechos han pesado como densas lápidas sobre la espalda de pueblos enteros, incluido Tlaxcala, cuya alianza con los españoles sigue interpretándose bajo la luz de una visión hegemónica y unilateral.
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"Sin embargo, como lo muestran las nuevas aproximaciones históricas a la Conquista, aquella alianza fue en realidad un pacto pragmático y estratégico para liberarse del dominio Azteca, cuyo poderío amenazaba la autonomía y el desarrollo", destacó.
Consideró que despojar a los tlaxcaltecas de los estigmas de traidores implica apreciar la peculiaridad de las circunstancias históricas y reconocer sus aportaciones a la configuración del México colonial.
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Y una de las figuras que encarnan plenamente la complejidad de ese pasaje histórico es la de Xicohténcatl, capitán y general tlaxcalteca que enfrentó a las huestes de Hernán Cortés durante las incursiones de los españoles a la provincia de Tlaxcala en septiembre de 1519.
Al defender su propuesta, la senadora de Tlaxcala mencionó que Xicohténcatl Axayacatzin nació en una época de cambios tumultuosos, por lo que su vida se tejió entre la lealtad a su pueblo y la resistencia frente a la invasión española.
Aseveró que con aguerrido espíritu se erigió como un símbolo de la autodeterminación de los pueblos, y que su legado perdura como un recordatorio de la fuerza y la resistencia de aquellos que defienden sus raíces con inquebrantable convicción.
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LA HISTORIA DE XICOHTÉNCATL
Rivera Rivera relató que con la llegada de los españoles el guerrero de 35 años ya sospechaba que su religión, costumbres y civilizaciones estaban gravemente amenazados y que, contrario a lo que cuenta la historia dominante, la alianza hispano tlaxcalteca no fue un asunto fácil de consumar.
Indicó que en la decisión poco tuvieron que ver la supuesta mayor tecnología, la estrategia militar española y los temores inspirados en imágenes fantásticas acerca de los recién llegados, sino que recayó en factores de índole económica y política cuya discusión en la Asamblea Tlaxcalteca hizo patente las contradicciones políticas entre dos fuerzas: la de los guerreros y la de los comerciantes.
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"Ese último grupo fue determinante para cristalizar la alianza, pues vio en dicha unión un modo de afianzar sus privilegios y condiciones ventajosas. Por otro lado el brazo encarnado por Xicohténcatl, el joven que encabezaba la rama guerrera", dijo.
Recalcó que el guerrero fue un acérrimo opositor a la alianza, lo que expresó de manera continua a lo largo de casi dos años porque vio en el pequeño grupo de españoles una fuerza de mayor peligro para los mexicas.
"Y esa valoración pone en perspectiva no solo las razones de Tlaxcala, sino la gallardía de Xicohténcatl en su batalla de resistencia", expresó.
Añadió que los incansables esfuerzos del joven guerrero no impidieron la alianza de los europeos y que, una vez derrotados los mexicas, Cortés ordenó la aprensión y el asesinato de Xicohténcatl, el guerrero que supo ver lo que le deparaba en el futuro a su pueblo y a toda la civilización de estos territorios. Murió ahorcado el 12 de mayo de 1521 como lo afirma Gabriel A. Gómez.