Rincones Sagrados | Atestiguó parroquia de Santa Inés la simbiosis cultural

La parroquia de Santa Inés Zacatelco es una de las edificaciones eclesiásticas más antiguas de la entidad, es por ello que guarda un sinfín de historias que nos muestran las grandes transformaciones culturales de las cuales este templo ha sido testigo.

Sus antecedentes se remontan al siglo X, mucho tiempo antes de la llegada de los españoles a Mesoamérica, pues de acuerdo con investigaciones de la asociación Apoyo al Desarrollo de Archivos y Bibliotecas de México (Adabi), justo en este poblado, ahora municipio de Zacatelco, en aquella época los prehispánicos adoraron a Xilonenteotl, diosa del maíz.

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En el libro “Inventario del archivo parroquial de Santa Inés Zacatelco”, se explica que este lugar fue evangelizado por frailes franciscanos en el siglo XVI, quienes inicialmente eligieron a Santa Catarina como patrona del poblado, alrededor del año 1524. Sería en 1529 cuando fue reemplazada por Santa Inés, ya que en esta figura encontraron mayor semejanza con Xilonenteotl, deidad que los prehispánicos veneraron en tiempos previos a la Conquista en la misma fecha que ahora celebran a Santa Inés, el 21 de enero.

HISTORIA PREHISPÁNICA

En tiempos prehispánicos, Zacatelco fue un conjunto de barrios sujetos al ahora territorio de Tepeyanco, y fue en 1529 cuando el tecuhtli (como se llamaba a los dirigentes que ejercían funciones militares, judiciales y administrativas) Agustín Castañeda se apropió de la zona y fundó Zacatelco.

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Santa Inés Zacatelco se convirtió en parroquia entre 1641 y 1642, de acuerdo con los documentos encontrados en el Archivo Parroquial.

Su edificación pasó por diversas etapas, pues la construcción del arco de la fachada del templo, elaborada por canteros, se terminó alrededor del año 1711 y se estima que su construcción concluyó completamente en 1775.

CONSERVA JOYAS DE ARTE SACRO

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El templo, ubicado al norte del municipio, resguarda una serie de joyas de arte sacro como retablos, esculturas y pinturas que se conservan hasta la actualidad y que han sido objeto de estudio de los historiadores debido a su antigüedad de alrededor de tres siglos.

En un recorrido que realizó El Sol de Tlaxcala -guiado por el párroco de este templo, Sergio Pérez Hernández- pudimos apreciar los lienzos que aún forman parte de la ornamentación de las capillas al interior de la parroquia.

Se trata de pinturas, fechadas en 1760, en las que se pueden leer textos en español y en náhuatl, que narran de forma visual y escrita algunos episodios de la construcción de este recinto.

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Una de las piezas, ubicada en la capilla del Santísimo Sacramento en esta parroquia, muestra a mujeres produciendo hilo y entregando las madejas; mientras que a los hombres se les observa trabajando en el campo. Lo cual representa la forma en que los pobladores del municipio contribuyeron activamente en la edificación y decorado del templo.

Otra de las pinturas que se conservan en Zacatelco es una obra de gran formato ubicada en la sacristía que muestra a Cristo en la cruz, de cuyas heridas brota la sangre que se acumula en un estanque del cual beben siete corderos que representan a los siete sacramentos: bautismo, confirmación, eucaristía, penitencia, unción de los enfermos, orden sacerdotal y matrimonio.

Otra de las joyas de arte sacro son las 13 pinturas con la imagen de Jesús y los 12 apóstoles que, de acuerdo con el párroco, datan del siglo XVIII y muestran con claridad el estilo renacentista de la época, que se caracteriza por el manejo de los claroscuros.

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Mención aparte merece el retablo mayor, en el altar, que resulta sumamente llamativo por su gran tamaño y por estar elaborado con madera totalmente recubierta por un reluciente color dorado. En el punto más alto del retablo se encuentra una figura del Padre Eterno que bendice desde lo alto; al centro, San Miguel Arcángel, luego se encuentra la Virgen de Guadalupe y más abajo Cristo y finalmente Santa Inés.

SANTA INÉS CONSERVA SU ÓRGANO ORIGINAL, DATA DE 1650

Este rincón sagrado conserva su órgano original que aún se encuentra en buen estado y funcional para ser tocado en las eucaristías.

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De acuerdo con los archivos parroquiales, fue adquirido en 1650 por los fiscales del templo. Así es como lo narran estos documentos antiguos: “Viendo la necesidad que padecía la iglesia de dicho pueblo del órgano para su lustre por no tener hicieron diligencia de comprarlo y con efecto Diego Sandoval maestro de órganos les vendió uno en mil trescientos pesos por cuya cuenta le pagaron trescientos y veinte pesos y le restan debiendo novecientos y ochenta que le han de pagar a ciertos plazos”.

Dicen los documentos, que se conservan en el archivo del templo, que este órgano fue terminado de pagar en el año 1658.

ARCHIVO PARROQUIAL ALBERGA DOCUMENTOS ANTIGUOS

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El documento de mayor longevidad que se encuentra en el Archivo Parroquial de Santa Inés, fechado el 7 de julio de 1646, es el primer registro de bautismo en esta iglesia y es el de Juana, hija de Francisco Cuautli e Isabel Coxtilan Xochitl. En este archivo se encuentran actas y oficios desde esa fecha hasta la actualidad.

Como dato curioso es que entre estos documentos se encuentra el acta de bautismo de Domingo Arenas, destacado militar oriundo de Zacatelco que participó en la Revolución Mexicana, fechada en 1888.

SU ATRIO FUE REDISEÑADO POR DESIDERIO H. XOCHITIOTZIN

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A la belleza estética del templo, que exalta el sincretismo indígena e hispano, se suma el aporte del gran artista tlaxcalteca Desiderio Hernández Xochitiotzin, que entre 1958 y 1959 dirigió la remodelación del atrio, tomando en cuenta los elementos arquitectónicos originales de la fachada para crear un atrio sobrio, construido con cantera rosa y gris, además de hierro forjado.

A casi 400 años de su existencia, la parroquia de Santa Inés Zacatelco sigue siendo epicentro del catolicismo en nuestro estado, pues diariamente recibe a sus fieles quienes con su fe mantienen con gran vida y esplendor a este templo.

• La parroquia posee lienzos fechados en 1760, en los que se pueden leer textos en español y en náhuatl.

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• Los antecedentes de la parroquia de Santa Inés se remontan al siglo X, mucho tiempo antes de la llegada de los españoles a Mesoamérica,