/ viernes 3 de noviembre de 2023

Anatomía de lo social | Desastres

La moral se esgrime cuando se está en la

oposición; la política cuando se ha obtenido el poder.

José Luís López Aranguren


Para quienes siguen padeciendo los resabios de una devastadora tragedia ocurrida hace algunos días, en el estado de Guerrero, resultan desalentadoras las condiciones por las que atraviesan muchos de ellos por la pérdida irreparable de un integrante de la familia, o bien de las afectaciones sufridas en su patrimonio, sin embargo, más allá de la tragedia han surgido las polémicas respecto a las formas de proveer a los damnificados, los elementos suficientes para satisfacer las necesidades más importantes para subsistir, es decir, los alimentos, agua y medicamentos, cuya repartición ha sido la causa para las confrontaciones.

De inicio los cuestionamientos en contra de las autoridades de gobierno, al asegurar que hicieron caso omiso a las advertencias del fenómeno iniciado como una tormenta tropical hasta convertirse en un devastador huracán, cuyas afectaciones han dejado en la indefensión a miles de personas; sin embargo, desde el Servicio Meteorológico Nacional, dependencia de la Conagua, se aseguró que de acuerdo con las recepciones de los avisos de los cambios en la intensidad del huracán, de inmediato se difundía la información, luego entonces, pudo ser que el “descuido” ante la gravedad del problema. Se actuó con ligereza tanto de autoridades y de los ciudadanos por minimizar un evento, no ocurrido, con tamañas dimensiones, hacía mucho tiempo atrás.

De alguna manera para los pronósticos de intensidad, la oficina encargada de llevar el registro y control de la información (SMN) aseguró que la forma de darle a conocer al pueblo y autoridades se hizo mediante boletines y llamadas telefónicas en varios canales de comunicación, donde están integradas las instituciones de gobierno -son las que reciben la información para después multiplicarla entre los diferentes auditorios que se conectan en redes sociales y en otros medios informativos.

Justamente, en este orden de ideas que incluye el darle a conocer a la gente sobre las circunstancias respectivas, es cuando se inicia un proceso de politización sobre todo lo que permea cualquier tipo de eventos o fenómenos naturales. Por eso, muchos legisladores opositores al sistema, aprovecharon para asumirse como los adalides y representantes del pueblo; por supuesto, resulta cuestionable la postura, pues en los discursos, en lugar de hacer propuestas de apoyo solidario a los damnificados solo se ocupan de criticar y denostar cualquier tipo de acciones.

Entre otro tantos, como las participaciones en diferentes foros de la senadora panista Kenia López, del Partido de Acción Nacional, usando la palabra solo para llenarse de protagonismo y señalar sin que fuera el tema propiamente que la culpabilidad, en el contexto del multicitado huracán, es del gobierno por no escuchar a los Estados Unidos sobre el peligro que representaba el fenómeno, además se ha manifestado en las diferentes tribunas como el fiscal acusador porque el gobierno, no atendió los llamamientos de los norteamericanos, así como de haberse robado los recursos del Fondo para los desastres naturales (Fonden) por eso la culpa la tienen los gobiernos de los tres niveles de lo que actualmente se vive en Guerrero, particularmente en el puerto de Acapulco.

Después de tantos señalamientos, entran en el escenario otros actores, los periodistas, como aquel que desde su ignorancia y desconocimiento real de los asuntos referidos a los libros de texto, se ha hecho presente para mostrar a los mexicanos que todo está mal y la presencia del huracán Otis es culpa del gobierno; dicho de otra manera, desde la presidencia se decretó que hubiera un desastre natural y que lastimara a los acapulqueños, pero además todo parecía estar planeado desde las entrañas del poder.

A pesar de la tragedia, todavía se pueden encontrar personas solidarias en este tipo de desgracias, estableciendo centros de acopio de productos no perecederos, así como agua embotellada y algunos medicamentos.

Aprovechándose de las posibilidades mediáticas también se ha manipulado a personas con cierto grado de daños sufridos para aparecer en imágenes con el argumento de que no han recibido ningún tipo de apoyo y que solo han beneficiado a unos cuántos, además de que responsabilizan a las fuerzas armadas por no permitir el acceso a la zona del desastre para repartir la ayuda humanitaria. En contrasentido, hay otras que aseguran haber recibido la ayuda de quienes han hecho sus donaciones para ayudar a quien lo necesite.

Evidentemente, la postura de la senadora, junto con otros tantos, nada tiene que ver con la problemática provocada por el huracán "Otis", sus acusaciones y agravios en contra del actual gobierno solo demuestran su parcialidad, tal vez legítima por pertenecer a la oposición, pero que no ayudan en nada, solo a su correligionaria aspirante a la presidencia, así lo parece por tanta palabrería, aquí es donde se le puede demostrar a sus contrincantes políticos, cómo se resuelven los problemas en quince minutos y se pronostican los desastres naturales con las virtudes de vidente con las que cuenta, eso le daría como garantía saber cuál será su futuro político, en su caso, para elaborar programas de ayuda al pueblo que la eligió. Después de las parodias debe dejarse en claro que el trabajo, junto con las acciones, son las que valen para el pueblo, no los cometarios amparados y bajo la tutela de su líder moral, al final ya se verá, será el pueblo el que califique las tareas de sus representantes. Mientras tanto, a seguir apoyando las causas de los damnificados propiciadas por los desastres.

A pesar de la tragedia, todavía se pueden encontrar personas solidarias, en este tipo de desgracias, estableciendo centros de acopio de productos no perecederos, así como agua embotellada y algunos medicamentos.


La moral se esgrime cuando se está en la

oposición; la política cuando se ha obtenido el poder.

José Luís López Aranguren


Para quienes siguen padeciendo los resabios de una devastadora tragedia ocurrida hace algunos días, en el estado de Guerrero, resultan desalentadoras las condiciones por las que atraviesan muchos de ellos por la pérdida irreparable de un integrante de la familia, o bien de las afectaciones sufridas en su patrimonio, sin embargo, más allá de la tragedia han surgido las polémicas respecto a las formas de proveer a los damnificados, los elementos suficientes para satisfacer las necesidades más importantes para subsistir, es decir, los alimentos, agua y medicamentos, cuya repartición ha sido la causa para las confrontaciones.

De inicio los cuestionamientos en contra de las autoridades de gobierno, al asegurar que hicieron caso omiso a las advertencias del fenómeno iniciado como una tormenta tropical hasta convertirse en un devastador huracán, cuyas afectaciones han dejado en la indefensión a miles de personas; sin embargo, desde el Servicio Meteorológico Nacional, dependencia de la Conagua, se aseguró que de acuerdo con las recepciones de los avisos de los cambios en la intensidad del huracán, de inmediato se difundía la información, luego entonces, pudo ser que el “descuido” ante la gravedad del problema. Se actuó con ligereza tanto de autoridades y de los ciudadanos por minimizar un evento, no ocurrido, con tamañas dimensiones, hacía mucho tiempo atrás.

De alguna manera para los pronósticos de intensidad, la oficina encargada de llevar el registro y control de la información (SMN) aseguró que la forma de darle a conocer al pueblo y autoridades se hizo mediante boletines y llamadas telefónicas en varios canales de comunicación, donde están integradas las instituciones de gobierno -son las que reciben la información para después multiplicarla entre los diferentes auditorios que se conectan en redes sociales y en otros medios informativos.

Justamente, en este orden de ideas que incluye el darle a conocer a la gente sobre las circunstancias respectivas, es cuando se inicia un proceso de politización sobre todo lo que permea cualquier tipo de eventos o fenómenos naturales. Por eso, muchos legisladores opositores al sistema, aprovecharon para asumirse como los adalides y representantes del pueblo; por supuesto, resulta cuestionable la postura, pues en los discursos, en lugar de hacer propuestas de apoyo solidario a los damnificados solo se ocupan de criticar y denostar cualquier tipo de acciones.

Entre otro tantos, como las participaciones en diferentes foros de la senadora panista Kenia López, del Partido de Acción Nacional, usando la palabra solo para llenarse de protagonismo y señalar sin que fuera el tema propiamente que la culpabilidad, en el contexto del multicitado huracán, es del gobierno por no escuchar a los Estados Unidos sobre el peligro que representaba el fenómeno, además se ha manifestado en las diferentes tribunas como el fiscal acusador porque el gobierno, no atendió los llamamientos de los norteamericanos, así como de haberse robado los recursos del Fondo para los desastres naturales (Fonden) por eso la culpa la tienen los gobiernos de los tres niveles de lo que actualmente se vive en Guerrero, particularmente en el puerto de Acapulco.

Después de tantos señalamientos, entran en el escenario otros actores, los periodistas, como aquel que desde su ignorancia y desconocimiento real de los asuntos referidos a los libros de texto, se ha hecho presente para mostrar a los mexicanos que todo está mal y la presencia del huracán Otis es culpa del gobierno; dicho de otra manera, desde la presidencia se decretó que hubiera un desastre natural y que lastimara a los acapulqueños, pero además todo parecía estar planeado desde las entrañas del poder.

A pesar de la tragedia, todavía se pueden encontrar personas solidarias en este tipo de desgracias, estableciendo centros de acopio de productos no perecederos, así como agua embotellada y algunos medicamentos.

Aprovechándose de las posibilidades mediáticas también se ha manipulado a personas con cierto grado de daños sufridos para aparecer en imágenes con el argumento de que no han recibido ningún tipo de apoyo y que solo han beneficiado a unos cuántos, además de que responsabilizan a las fuerzas armadas por no permitir el acceso a la zona del desastre para repartir la ayuda humanitaria. En contrasentido, hay otras que aseguran haber recibido la ayuda de quienes han hecho sus donaciones para ayudar a quien lo necesite.

Evidentemente, la postura de la senadora, junto con otros tantos, nada tiene que ver con la problemática provocada por el huracán "Otis", sus acusaciones y agravios en contra del actual gobierno solo demuestran su parcialidad, tal vez legítima por pertenecer a la oposición, pero que no ayudan en nada, solo a su correligionaria aspirante a la presidencia, así lo parece por tanta palabrería, aquí es donde se le puede demostrar a sus contrincantes políticos, cómo se resuelven los problemas en quince minutos y se pronostican los desastres naturales con las virtudes de vidente con las que cuenta, eso le daría como garantía saber cuál será su futuro político, en su caso, para elaborar programas de ayuda al pueblo que la eligió. Después de las parodias debe dejarse en claro que el trabajo, junto con las acciones, son las que valen para el pueblo, no los cometarios amparados y bajo la tutela de su líder moral, al final ya se verá, será el pueblo el que califique las tareas de sus representantes. Mientras tanto, a seguir apoyando las causas de los damnificados propiciadas por los desastres.

A pesar de la tragedia, todavía se pueden encontrar personas solidarias, en este tipo de desgracias, estableciendo centros de acopio de productos no perecederos, así como agua embotellada y algunos medicamentos.