/ lunes 8 de enero de 2024

¿Cómo protejo a mi hijo?

Siempre, al término de una conferencia o plática sobre el tema de las nuevas estructuras legales de protección a mujeres, alguien pregunta: ¿y yo cómo protejo a mi hijo varón?


Hay temor en padres y madres de familia de que aún con una educación fundamentada en valores morales, un error, una creencia equivocada, una mala noche con copas o sin ellas o inclusive un falso señalamiento termine en la acusación de una mujer contra el hombre y por ende en un proceso legal.


El temor es sustentado pues gracias a las nuevas leyes, afortunadamente las mujeres cada vez son más protegidas por la justicia. Aun con ello, solo en 2022 se reportaron 5,524 delitos en razón de género. Uno de esos culpables pudo ser alguien allegado. Los delitos de orden sexual se sancionan con penas que van desde 6 hasta 30 años de prisión. Hay que prevenir.


Entonces, ¿cómo es que un “buen muchacho” puede terminar encarcelado por un delito de género? En nuestra cultura machista y homófoba, se espera que el hombre pruebe su hombría constantemente. “Agarren a sus gallinas que mi gallo anda suelto”, “cuando ella dice no, quiere decir tal vez, si dice tal vez, quiere decir sí”, “la que no enseña no vende” y un sinfín de frases interiorizadas en el lenguaje, van construyendo creencias que obligan socialmente a algunos hombres a seguirlas a pie juntillas. Habrá que comenzar a enseñarles distinto.


Algunos ejemplos: un hombre ve una mujer que le parece atractiva en un antro. Antes que otra cosa, debe pedir la INE y, de preferencia, tomarle foto (ya sé, el establecimiento es responsable de no admitir menores de edad pero en lo que se averigua, habrá daños). Si ella ha bebido de más, él puede poner en su bolso su número telefónico con una nota para invitarla al día siguiente a salir y de esa forma asegurar su consentimiento. Así pues, una nueva frase a aprender sería “más vale ridículo que preso”.


Un hombre ve en un restaurante una mujer que le gusta. Para contactarle, pide al mesero llevarle algo de beber. Equivocado totalmente. Nadie tiene derecho a interferir en el espacio vital de alguien más. Acercarse e invitarle personalmente es lo adecuado. Si ella acepta, adelante. “Un hombre educado no necesita intermediarios”.


No es no; menores de edad no se tocan; personas en estado de embriaguez o inconsciencia no se tocan; subir o circular fotos íntimas, material humillante o degradante es delito, poseerlo en el teléfono o redes sociales es delito, utilizar a los hijos, a las mascotas o a los bienes para lastimar a una mujer es delito, ejercer poder para conseguir favores sexuales es delito.


En todos los casos el hombre debe estar seguro que la mujer ha dado consentimiento para una relación y él mismo debe respetarse. “Cuídate a ti mismo” debe ser su frase número uno. Así se protege a los hijos. Así.


Que este 2024 sea abundante en bendiciones es mi deseo para ti, lector, lectora querido.


En 2022 se reportaron 5,524 delitos en razón de género. Uno de esos culpables pudo ser alguien allegado

Siempre, al término de una conferencia o plática sobre el tema de las nuevas estructuras legales de protección a mujeres, alguien pregunta: ¿y yo cómo protejo a mi hijo varón?


Hay temor en padres y madres de familia de que aún con una educación fundamentada en valores morales, un error, una creencia equivocada, una mala noche con copas o sin ellas o inclusive un falso señalamiento termine en la acusación de una mujer contra el hombre y por ende en un proceso legal.


El temor es sustentado pues gracias a las nuevas leyes, afortunadamente las mujeres cada vez son más protegidas por la justicia. Aun con ello, solo en 2022 se reportaron 5,524 delitos en razón de género. Uno de esos culpables pudo ser alguien allegado. Los delitos de orden sexual se sancionan con penas que van desde 6 hasta 30 años de prisión. Hay que prevenir.


Entonces, ¿cómo es que un “buen muchacho” puede terminar encarcelado por un delito de género? En nuestra cultura machista y homófoba, se espera que el hombre pruebe su hombría constantemente. “Agarren a sus gallinas que mi gallo anda suelto”, “cuando ella dice no, quiere decir tal vez, si dice tal vez, quiere decir sí”, “la que no enseña no vende” y un sinfín de frases interiorizadas en el lenguaje, van construyendo creencias que obligan socialmente a algunos hombres a seguirlas a pie juntillas. Habrá que comenzar a enseñarles distinto.


Algunos ejemplos: un hombre ve una mujer que le parece atractiva en un antro. Antes que otra cosa, debe pedir la INE y, de preferencia, tomarle foto (ya sé, el establecimiento es responsable de no admitir menores de edad pero en lo que se averigua, habrá daños). Si ella ha bebido de más, él puede poner en su bolso su número telefónico con una nota para invitarla al día siguiente a salir y de esa forma asegurar su consentimiento. Así pues, una nueva frase a aprender sería “más vale ridículo que preso”.


Un hombre ve en un restaurante una mujer que le gusta. Para contactarle, pide al mesero llevarle algo de beber. Equivocado totalmente. Nadie tiene derecho a interferir en el espacio vital de alguien más. Acercarse e invitarle personalmente es lo adecuado. Si ella acepta, adelante. “Un hombre educado no necesita intermediarios”.


No es no; menores de edad no se tocan; personas en estado de embriaguez o inconsciencia no se tocan; subir o circular fotos íntimas, material humillante o degradante es delito, poseerlo en el teléfono o redes sociales es delito, utilizar a los hijos, a las mascotas o a los bienes para lastimar a una mujer es delito, ejercer poder para conseguir favores sexuales es delito.


En todos los casos el hombre debe estar seguro que la mujer ha dado consentimiento para una relación y él mismo debe respetarse. “Cuídate a ti mismo” debe ser su frase número uno. Así se protege a los hijos. Así.


Que este 2024 sea abundante en bendiciones es mi deseo para ti, lector, lectora querido.


En 2022 se reportaron 5,524 delitos en razón de género. Uno de esos culpables pudo ser alguien allegado