/ lunes 14 de diciembre de 2020

Tiempos de Democracia | No será fácil

A las limitaciones del sector salud y a la dificultad logística inherente a vacunar millones de personas en un plazo perentorio, ha de añadirse su coincidencia con la realización del mayor proceso electoral de la historia de México... con todo lo que ello implica

Quizá sean la sensatez, la ética y la honestidad las virtudes humanas que más se echan en falta durante los procesos electorales. Puede haber más, lo sé, pero basta con citar esas tres. Las pasiones, lo sabemos, se suelen desbordar en los periodos que la ley establece para que los pueblos elijan democráticamente a sus gobernantes. Eso, amigo lector, no es novedad; lo que sí va a serlo es que, esta vez, sus distintas etapas coincidirán con el arribo a México de las vacunas contra el coronavirus con que se espera controlar la pandemia que tan duramente ha lastimado al mundo. El gobierno federal, y los estatales también, tienen ante sí el reto de evitar que el influyentismo y los intereses político-electorales del momento se entrometan y estorben las pautas estrictamente tecno-sanitarias con que debe realizarse la inmunización de la población. Las vacunas no son despensas ni láminas de cartón que se regalen a cambio de votos o de favores de cualquier otra índole; esas prácticas, si ocurriesen, tendrán que ser castigadas con rigor excepcional. Quien se atreva a condicionar la aplicación de la vacuna con el propósito de comprar la voluntad de una persona atenta contra un derecho humano fundamental y estaría cometiendo, a mi juicio, un delito de lesa humanidad.

Las dimensiones del desafío

Se ha dicho que la aplicación de las vacunas será gratuita y universal, y que se llevará al cabo conforme a un plan que considera los distintos grados de vulnerabilidad de los grupos poblacionales de una pirámide social que tiene en su anchísimo basamento a la mayoría pobre del país. Mas esos buenos propósitos son meras hipótesis que la realidad puede encargarse de deformar si no se toman las debidas medidas precautorias. La geografía de México es compleja, y su distribución demográfica, irregular y muy dispersa; por ende, la distribución y aplicación de la vacuna a 90 de las 127 millones personas que poblamos esta extensa república de 2 millones de kilómetros cuadrados -orográficamente abrupta y mal comunicada- plantea problemas de difícil solución. Añádase a lo anterior que las autoridades federales de salud, manifiestamente contradictorias, erráticas y con frecuencia carentes de razón, no han probado disponer de un proyecto que contemple las variables que a buen seguro se irán encontrando conforme la campaña de vacunación deje atrás los grandes centros urbanos y se aproxime a zonas de penoso acceso y seguridad más que incierta.

Dudas mas que razonables

El cronograma de esa gigantesca cruzada no estará condicionado sólo por la complicada logística inherente a su masividad y urgencia; lo estará también por el hecho de que el abasto del inmunizante será gradual y dependerá de los programas de fabricación y suministro de las diferentes farmacéuticas internacionales que lo producen. Pese a que México suscribió compromisos de compra con tres de ellas en cantidades que teóricamente satisfacen la totalidad de la demanda nacional, y a que su reparto ha sido encomendado a las fuerzas armadas y su aplicación al personal de salud que ha venido cumpliendo una destacadísima y esforzada labor hace ya ocho meses; no obstante ello, repito, existen comprensibles reservas de que ambos pasos -la distribución del fármaco hasta los centros de acopio y su inoculación en las personas por proteger- vayan a ser operados de manera eficiente y transparente, prevaleciendo en todas y cada una de sus fases criterios de equidad y justicia. Por lo demás, a estas alturas estamos ciertos de que el despegue de la economía dependerá de la efectividad y prontitud con que el gobierno federal cumpla su cometido.

Los extremos de la ignorancia

Renglón aparte merecen incrédulos y timoratos, que de ambos hay en nuestra sociedad. No son pocos los que no creen en la existencia real de la enfermedad, atribuyéndole al gobierno su invención. Y tampoco son raros los que no se vacunarán por miedo a ser inoculados con creencias y/o ideologías ajenas y contrarias a las propias, o con sustancias capaces de anular sus facultades reproductivas. Según Consulta Mitofsky, uno de cada nueve ciudadanos no se pondrán el inmunizante hasta tener la certeza de su eficacia, es decir, hasta ver la suerte de quienes decidan ponérsela. En fin, es de llamar la atención la poca confianza que tenemos en México en la ciencia y en los científicos.

ANTENA ESTATAL

Matrimonio igualitario en Tlaxcala

Tras años de lucha, el activismo social de Eréndira Jiménez al frente en Tlaxcala de Nosotrxs, sumado al de otras organizaciones civiles igualmente progresistas, conoció al fin el fruto de su empeño el pasado martes 8 de diciembre cuando el Congreso del Estado aprobó la reforma al Código Civil que reconoce el matrimonio igualitario. Nuestra entidad federativa se agregó así a otras veintiuna en las que la unión entre personas del mismo sexo es legal. La punta de lanza, hay que decirlo, fue el antiguo Distrito Federal -hoy Ciudad de México- que, desde diciembre del 2009, rompió la coraza conservadora que se oponía a un avance aceptado en la mayor parte del mundo liberal occidental. Mi mas cordial enhorabuena a todas aquellas y aquellos ciudadanos que impulsan a Tlaxcala hacia adelante.

  • P.D. El autor de Tiempos de Democracia disfrutará, a partir de hoy, del acostumbrado receso de fin de año, y reanudará sus colaboraciones con El Sol de Tlaxcala el lunes 4 de enero próximo. Hasta entonces.

A las limitaciones del sector salud y a la dificultad logística inherente a vacunar millones de personas en un plazo perentorio, ha de añadirse su coincidencia con la realización del mayor proceso electoral de la historia de México... con todo lo que ello implica

Quizá sean la sensatez, la ética y la honestidad las virtudes humanas que más se echan en falta durante los procesos electorales. Puede haber más, lo sé, pero basta con citar esas tres. Las pasiones, lo sabemos, se suelen desbordar en los periodos que la ley establece para que los pueblos elijan democráticamente a sus gobernantes. Eso, amigo lector, no es novedad; lo que sí va a serlo es que, esta vez, sus distintas etapas coincidirán con el arribo a México de las vacunas contra el coronavirus con que se espera controlar la pandemia que tan duramente ha lastimado al mundo. El gobierno federal, y los estatales también, tienen ante sí el reto de evitar que el influyentismo y los intereses político-electorales del momento se entrometan y estorben las pautas estrictamente tecno-sanitarias con que debe realizarse la inmunización de la población. Las vacunas no son despensas ni láminas de cartón que se regalen a cambio de votos o de favores de cualquier otra índole; esas prácticas, si ocurriesen, tendrán que ser castigadas con rigor excepcional. Quien se atreva a condicionar la aplicación de la vacuna con el propósito de comprar la voluntad de una persona atenta contra un derecho humano fundamental y estaría cometiendo, a mi juicio, un delito de lesa humanidad.

Las dimensiones del desafío

Se ha dicho que la aplicación de las vacunas será gratuita y universal, y que se llevará al cabo conforme a un plan que considera los distintos grados de vulnerabilidad de los grupos poblacionales de una pirámide social que tiene en su anchísimo basamento a la mayoría pobre del país. Mas esos buenos propósitos son meras hipótesis que la realidad puede encargarse de deformar si no se toman las debidas medidas precautorias. La geografía de México es compleja, y su distribución demográfica, irregular y muy dispersa; por ende, la distribución y aplicación de la vacuna a 90 de las 127 millones personas que poblamos esta extensa república de 2 millones de kilómetros cuadrados -orográficamente abrupta y mal comunicada- plantea problemas de difícil solución. Añádase a lo anterior que las autoridades federales de salud, manifiestamente contradictorias, erráticas y con frecuencia carentes de razón, no han probado disponer de un proyecto que contemple las variables que a buen seguro se irán encontrando conforme la campaña de vacunación deje atrás los grandes centros urbanos y se aproxime a zonas de penoso acceso y seguridad más que incierta.

Dudas mas que razonables

El cronograma de esa gigantesca cruzada no estará condicionado sólo por la complicada logística inherente a su masividad y urgencia; lo estará también por el hecho de que el abasto del inmunizante será gradual y dependerá de los programas de fabricación y suministro de las diferentes farmacéuticas internacionales que lo producen. Pese a que México suscribió compromisos de compra con tres de ellas en cantidades que teóricamente satisfacen la totalidad de la demanda nacional, y a que su reparto ha sido encomendado a las fuerzas armadas y su aplicación al personal de salud que ha venido cumpliendo una destacadísima y esforzada labor hace ya ocho meses; no obstante ello, repito, existen comprensibles reservas de que ambos pasos -la distribución del fármaco hasta los centros de acopio y su inoculación en las personas por proteger- vayan a ser operados de manera eficiente y transparente, prevaleciendo en todas y cada una de sus fases criterios de equidad y justicia. Por lo demás, a estas alturas estamos ciertos de que el despegue de la economía dependerá de la efectividad y prontitud con que el gobierno federal cumpla su cometido.

Los extremos de la ignorancia

Renglón aparte merecen incrédulos y timoratos, que de ambos hay en nuestra sociedad. No son pocos los que no creen en la existencia real de la enfermedad, atribuyéndole al gobierno su invención. Y tampoco son raros los que no se vacunarán por miedo a ser inoculados con creencias y/o ideologías ajenas y contrarias a las propias, o con sustancias capaces de anular sus facultades reproductivas. Según Consulta Mitofsky, uno de cada nueve ciudadanos no se pondrán el inmunizante hasta tener la certeza de su eficacia, es decir, hasta ver la suerte de quienes decidan ponérsela. En fin, es de llamar la atención la poca confianza que tenemos en México en la ciencia y en los científicos.

ANTENA ESTATAL

Matrimonio igualitario en Tlaxcala

Tras años de lucha, el activismo social de Eréndira Jiménez al frente en Tlaxcala de Nosotrxs, sumado al de otras organizaciones civiles igualmente progresistas, conoció al fin el fruto de su empeño el pasado martes 8 de diciembre cuando el Congreso del Estado aprobó la reforma al Código Civil que reconoce el matrimonio igualitario. Nuestra entidad federativa se agregó así a otras veintiuna en las que la unión entre personas del mismo sexo es legal. La punta de lanza, hay que decirlo, fue el antiguo Distrito Federal -hoy Ciudad de México- que, desde diciembre del 2009, rompió la coraza conservadora que se oponía a un avance aceptado en la mayor parte del mundo liberal occidental. Mi mas cordial enhorabuena a todas aquellas y aquellos ciudadanos que impulsan a Tlaxcala hacia adelante.

  • P.D. El autor de Tiempos de Democracia disfrutará, a partir de hoy, del acostumbrado receso de fin de año, y reanudará sus colaboraciones con El Sol de Tlaxcala el lunes 4 de enero próximo. Hasta entonces.