/ miércoles 6 de abril de 2022

Visión Empresarial | Garantizar el abasto de combustible en México

A la capacidad que tiene un país para garantizar la disponibilidad ininterrumpida de energía a precios asequibles, se le conoce como “seguridad energética” según la Agencia Internacional de Energía. Esta seguridad, permite que las familias tengan garantizado el acceso a la energía que necesitan para salir adelante y para realizar todas sus tareas diarias.

Por tanto, es importante saber cuál es la situación de México, cuáles nuestros retos y qué acciones emprender para contar con la energía y combustibles necesarios. Partimos con el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania que ha desestabilizado al mundo, principalmente en materia económica y energética. Los combustibles han alcanzado precios altos no vistos en una década y eso afecta de forma directa la inflación.

México si bien es un exportador de petróleo, es un importador de gasolina, diesel y gas. En 2021 exportamos 28 mil 926 millones de dólares de productos petroleros (petróleo crudo, gasolinas, diesel, gas natural), pero importamos 53 mil 851 millones de dólares. El gobierno ha planteado como solución ser “autosuficientes” (Soberanía energética), es decir, dejar de exportar petróleo para producir la gasolina que necesitamos. Hacer eso según los expertos nos llevaría a terminar importando ya no gasolinas sino petróleo.

Es complejo ir contra las leyes del mercado, si México importa gasolinas es porque es más barato comprarlas a otros países que producirlas aquí. En 2021, según cifras oficiales, el promedio de utilización de las 6 refinerías existentes fue del 44 por ciento de su capacidad; son antiguas, con tecnología obsoleta, que apenas alcanzan a producir en conjunto un promedio de 247 mil barriles diarios de gasolina. Sin embargo, para satisfacer la demanda de gasolinas para autos, se compran en el extranjero casi 300 mil barriles al día.

Por eso se ha cuestionado la construcción de una nueva refinería o la compra de Deer Park en Texas. Son alivios parciales que están lejos de ser una solución de fondo. Lo correcto sería invertir en la mejora de procesos, en tecnología, en generar alianzas con empresas y en buscar elevar la productividad de Pemex para alcanzar la anhelada seguridad energética.

No hay duda, la seguridad energética es relevante porque es un pilar para el desarrollo económico del país, entendida no como producción ni posesión de la energía, sino como la disponibilidad y acceso eficiente a ésta. Todos necesitamos en nuestra vida diaria de los combustibles y la energía eléctrica de forma directa o indirecta , ya sea en nuestras casas, en las escuelas, en los hospitales; o de forma indirecta para que, por ejemplo, los alimentos lleguen a las tiendas, funcionen los refrigeradores de una carnicería o tengamos acceso a internet.

Debemos ser muy cuidadosos en la toma de decisiones. Nadie quiere apagones o desabasto, por el contrario, queremos que el país aproveche el enorme potencial energético que tiene. Al mismo tiempo, debemos ser capaces de contener la inestabilidad como la que hoy sufrimos con precios demasiado altos que impulsan al alza la inflación; todos sabemos que la inflación a quién más afecta es a quienes menos tienen.

Hoy, es urgente erradicar la pobreza energética, es decir, promover la inversión para que todos seamos incluidos y contemos con las mismas oportunidades de acceso a estos insumos. Al mismo tiempo, debemos velar para que nuestra generación y consumo energético no agrave el cambio climático, sea sostenible y responsable con nuestro medio ambiente.

Pemex no puede solo, pero sí puede salir adelante y garantizar la seguridad energética en combustibles del país si trabaja de forma coordinada con las empresas privadas del sector. Sin la participación de privados traería por consecuencia menos proyectos, incremento en el riesgo de suministro, donde si un actor limita su participación, el país podría incluso sufrir desabasto.

México tiene una gran oportunidad de generar confianza y certidumbre, podría atraer inversiones que están percibiendo riesgos en otras regiones del mundo. Es por eso tan necesario que se respete y haga valer el Estado de Derecho para que aprovechemos al máximo nuestra posición geográfica, nuestras reservas y los tratados internacionales que tenemos suscritos.

El llamado es para que entre el gobierno y las empresas privadas cerremos filas en torno a un objetivo: que el país cuente con la energía necesaria para salir adelante. Podrán existir distintas visiones, pero lo importante es que las familias vivan mejor, cuenten con servicios, paguen lo justo y nadie se quede excluido.

  • * Presidente de la COPARMEX Tlaxcala

A la capacidad que tiene un país para garantizar la disponibilidad ininterrumpida de energía a precios asequibles, se le conoce como “seguridad energética” según la Agencia Internacional de Energía. Esta seguridad, permite que las familias tengan garantizado el acceso a la energía que necesitan para salir adelante y para realizar todas sus tareas diarias.

Por tanto, es importante saber cuál es la situación de México, cuáles nuestros retos y qué acciones emprender para contar con la energía y combustibles necesarios. Partimos con el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania que ha desestabilizado al mundo, principalmente en materia económica y energética. Los combustibles han alcanzado precios altos no vistos en una década y eso afecta de forma directa la inflación.

México si bien es un exportador de petróleo, es un importador de gasolina, diesel y gas. En 2021 exportamos 28 mil 926 millones de dólares de productos petroleros (petróleo crudo, gasolinas, diesel, gas natural), pero importamos 53 mil 851 millones de dólares. El gobierno ha planteado como solución ser “autosuficientes” (Soberanía energética), es decir, dejar de exportar petróleo para producir la gasolina que necesitamos. Hacer eso según los expertos nos llevaría a terminar importando ya no gasolinas sino petróleo.

Es complejo ir contra las leyes del mercado, si México importa gasolinas es porque es más barato comprarlas a otros países que producirlas aquí. En 2021, según cifras oficiales, el promedio de utilización de las 6 refinerías existentes fue del 44 por ciento de su capacidad; son antiguas, con tecnología obsoleta, que apenas alcanzan a producir en conjunto un promedio de 247 mil barriles diarios de gasolina. Sin embargo, para satisfacer la demanda de gasolinas para autos, se compran en el extranjero casi 300 mil barriles al día.

Por eso se ha cuestionado la construcción de una nueva refinería o la compra de Deer Park en Texas. Son alivios parciales que están lejos de ser una solución de fondo. Lo correcto sería invertir en la mejora de procesos, en tecnología, en generar alianzas con empresas y en buscar elevar la productividad de Pemex para alcanzar la anhelada seguridad energética.

No hay duda, la seguridad energética es relevante porque es un pilar para el desarrollo económico del país, entendida no como producción ni posesión de la energía, sino como la disponibilidad y acceso eficiente a ésta. Todos necesitamos en nuestra vida diaria de los combustibles y la energía eléctrica de forma directa o indirecta , ya sea en nuestras casas, en las escuelas, en los hospitales; o de forma indirecta para que, por ejemplo, los alimentos lleguen a las tiendas, funcionen los refrigeradores de una carnicería o tengamos acceso a internet.

Debemos ser muy cuidadosos en la toma de decisiones. Nadie quiere apagones o desabasto, por el contrario, queremos que el país aproveche el enorme potencial energético que tiene. Al mismo tiempo, debemos ser capaces de contener la inestabilidad como la que hoy sufrimos con precios demasiado altos que impulsan al alza la inflación; todos sabemos que la inflación a quién más afecta es a quienes menos tienen.

Hoy, es urgente erradicar la pobreza energética, es decir, promover la inversión para que todos seamos incluidos y contemos con las mismas oportunidades de acceso a estos insumos. Al mismo tiempo, debemos velar para que nuestra generación y consumo energético no agrave el cambio climático, sea sostenible y responsable con nuestro medio ambiente.

Pemex no puede solo, pero sí puede salir adelante y garantizar la seguridad energética en combustibles del país si trabaja de forma coordinada con las empresas privadas del sector. Sin la participación de privados traería por consecuencia menos proyectos, incremento en el riesgo de suministro, donde si un actor limita su participación, el país podría incluso sufrir desabasto.

México tiene una gran oportunidad de generar confianza y certidumbre, podría atraer inversiones que están percibiendo riesgos en otras regiones del mundo. Es por eso tan necesario que se respete y haga valer el Estado de Derecho para que aprovechemos al máximo nuestra posición geográfica, nuestras reservas y los tratados internacionales que tenemos suscritos.

El llamado es para que entre el gobierno y las empresas privadas cerremos filas en torno a un objetivo: que el país cuente con la energía necesaria para salir adelante. Podrán existir distintas visiones, pero lo importante es que las familias vivan mejor, cuenten con servicios, paguen lo justo y nadie se quede excluido.

  • * Presidente de la COPARMEX Tlaxcala