/ miércoles 27 de abril de 2022

Visión Empresarial | La salud, un derecho fundamental

Todos los mexicanos queremos un sistema de salud que funcione eficazmente y que cumpla con su objetivo de lograr la cobertura universal. Urge acabar de una vez por todas con la crisis en el sector salud, desterrar las carencias, demoras, falta de calidad, improvisación, corrupción, y todos aquellos males que son un obstáculo para cumplir con el derecho fundamental de toda persona: el acceso a la salud.

En este sentido, el 1 de abril de este año se dió un golpe de timón, inició una nueva etapa de implementación del programa IMSS-Bienestar que pretende brindar servicios médicos a los mexicanos sin seguridad social. Sin embargo, surgen dudas que ponen en entredicho la aspiración que tenemos todos: lograr la universalización de los servicios de salud y que estos sean de calidad.

Ahora bien, si recapitulamos, el IMSS-Bienestar no es un programa nuevo. Se creó en 1979 bajo el nombre de IMSS-Coplamar para llevar a todo el país los servicios del IMSS a la población no protegida por los sistemas de seguridad social, mucha de esa población en extrema pobreza y profunda marginación.

Actualmente, IMSS-Bienestar opera en 19 entidades del país otorgando servicios de salud a 11.6 millones de personas, servicios médicos de primer y segundo niveles de forma gratuita. Su red médica se encuentra conformada por 3,622 Unidades Médicas Rurales, 45 centros de atención rural obstétrica, 140 Unidades Médicas Móviles, y 184 brigadas de salud en el primer nivel de atención; y de 80 hospitales rurales en el segundo nivel donde se cubren las especialidades de Pediatría, Gineco-Obstetricia, Medicina Interna y Cirugía General.

Ahora, el renovado programa IMSS-Bienestar busca llegar en este 2022 a 13 entidades: Baja California Sur, Campeche, Colima, CDMX, Durango, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Sonora, Sinaloa, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. Nuestro estado junto con Nayarit y Colima ya firmaron el convenio para la federalización de sus servicios de salud.

Por otra parte, si revisamos las cifras, tenemos que de acuerdo con el Coneval en el 2018 había 20.1 millones de personas que no contaban con acceso a servicios de salud, esa cifra para el 2020 se incrementó a 35.7 millones de mexicanos. Por lo que existe una enorme tarea pendiente para conseguir que todos contemos con atención médica y medicamentos.

Primero el INSABI y ahora el IMSS-Bienestar se han presentado como alternativas al Seguro Popular que demostró logros en la cobertura de la población, de enfermedades que ocasionan gastos catastróficos y en la disminución de enfermedades transmisibles, aunque también con casos de desviación de recursos e inconsistencias que fueron reportadas por la Auditoría Superior de la Federación.

En este contexto, se estima de vital importancia tratar de alcanzar la cobertura universal de los servicios de salud, por esa razón tenemos que observar el desarrollo e impacto de la implementación de este modelo, pues aún hay muchas dudas sobre la conveniencia del cambio y las funciones que por Ley debería realizar el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).

Por tanto, hay elementos que pueden afectar la viabilidad de la propuesta. En primer lugar, la propuesta se anuncia sin una estructura jurídica o una guía clara que determine la ruta de implementación. Esto se traduce en un riesgo alto de improvisación (lo cual ocurrió con INSABI). Además, no se ha aclarado qué pasará con la atención de tercer nivel, ya que se ha expresado que el nuevo esquema está centrado en el primer y segundo nivel, con enfoque en prevención. Al parecer no se está incluyendo la atención de alta especialidad. Es poco claro si el presupuesto otorgado a IMSS-Bienestar es suficiente para operar la infraestructura y cubrir el pago a trabajadores en cada entidad incorporada.

Ante lo expuesto, en el sector patronal nos pronunciamos a favor de un sistema de salud que aspire a la universalización de los servicios, ponga al paciente al centro y le brinde calidad en la atención, con indicadores realistas y transparentes sobre aspectos cualitativos y cuantitativos, dotado de recursos suficientes, eficaz en la prevención y promoción de la salud; y con capacidad para brindar atención especializada. Si todo esto sucede, se estará hablando de un verdadero sistema que vele por la protección de la salud de todos los mexicanos.

  • * Presidente de la COPARMEX Tlaxcala.

Todos los mexicanos queremos un sistema de salud que funcione eficazmente y que cumpla con su objetivo de lograr la cobertura universal. Urge acabar de una vez por todas con la crisis en el sector salud, desterrar las carencias, demoras, falta de calidad, improvisación, corrupción, y todos aquellos males que son un obstáculo para cumplir con el derecho fundamental de toda persona: el acceso a la salud.

En este sentido, el 1 de abril de este año se dió un golpe de timón, inició una nueva etapa de implementación del programa IMSS-Bienestar que pretende brindar servicios médicos a los mexicanos sin seguridad social. Sin embargo, surgen dudas que ponen en entredicho la aspiración que tenemos todos: lograr la universalización de los servicios de salud y que estos sean de calidad.

Ahora bien, si recapitulamos, el IMSS-Bienestar no es un programa nuevo. Se creó en 1979 bajo el nombre de IMSS-Coplamar para llevar a todo el país los servicios del IMSS a la población no protegida por los sistemas de seguridad social, mucha de esa población en extrema pobreza y profunda marginación.

Actualmente, IMSS-Bienestar opera en 19 entidades del país otorgando servicios de salud a 11.6 millones de personas, servicios médicos de primer y segundo niveles de forma gratuita. Su red médica se encuentra conformada por 3,622 Unidades Médicas Rurales, 45 centros de atención rural obstétrica, 140 Unidades Médicas Móviles, y 184 brigadas de salud en el primer nivel de atención; y de 80 hospitales rurales en el segundo nivel donde se cubren las especialidades de Pediatría, Gineco-Obstetricia, Medicina Interna y Cirugía General.

Ahora, el renovado programa IMSS-Bienestar busca llegar en este 2022 a 13 entidades: Baja California Sur, Campeche, Colima, CDMX, Durango, Michoacán, Nayarit, Oaxaca, Sonora, Sinaloa, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. Nuestro estado junto con Nayarit y Colima ya firmaron el convenio para la federalización de sus servicios de salud.

Por otra parte, si revisamos las cifras, tenemos que de acuerdo con el Coneval en el 2018 había 20.1 millones de personas que no contaban con acceso a servicios de salud, esa cifra para el 2020 se incrementó a 35.7 millones de mexicanos. Por lo que existe una enorme tarea pendiente para conseguir que todos contemos con atención médica y medicamentos.

Primero el INSABI y ahora el IMSS-Bienestar se han presentado como alternativas al Seguro Popular que demostró logros en la cobertura de la población, de enfermedades que ocasionan gastos catastróficos y en la disminución de enfermedades transmisibles, aunque también con casos de desviación de recursos e inconsistencias que fueron reportadas por la Auditoría Superior de la Federación.

En este contexto, se estima de vital importancia tratar de alcanzar la cobertura universal de los servicios de salud, por esa razón tenemos que observar el desarrollo e impacto de la implementación de este modelo, pues aún hay muchas dudas sobre la conveniencia del cambio y las funciones que por Ley debería realizar el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).

Por tanto, hay elementos que pueden afectar la viabilidad de la propuesta. En primer lugar, la propuesta se anuncia sin una estructura jurídica o una guía clara que determine la ruta de implementación. Esto se traduce en un riesgo alto de improvisación (lo cual ocurrió con INSABI). Además, no se ha aclarado qué pasará con la atención de tercer nivel, ya que se ha expresado que el nuevo esquema está centrado en el primer y segundo nivel, con enfoque en prevención. Al parecer no se está incluyendo la atención de alta especialidad. Es poco claro si el presupuesto otorgado a IMSS-Bienestar es suficiente para operar la infraestructura y cubrir el pago a trabajadores en cada entidad incorporada.

Ante lo expuesto, en el sector patronal nos pronunciamos a favor de un sistema de salud que aspire a la universalización de los servicios, ponga al paciente al centro y le brinde calidad en la atención, con indicadores realistas y transparentes sobre aspectos cualitativos y cuantitativos, dotado de recursos suficientes, eficaz en la prevención y promoción de la salud; y con capacidad para brindar atención especializada. Si todo esto sucede, se estará hablando de un verdadero sistema que vele por la protección de la salud de todos los mexicanos.

  • * Presidente de la COPARMEX Tlaxcala.