La vacunación, aunque no ha alcanzado el ritmo de cobertura deseado en México, ha generado una enorme esperanza entre los ciudadanos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó su pronóstico de recuperación de nuestro PIB a 5 por ciento para este 2021, y explicó que gran parte se debe al desempeño de la economía de Estados Unidos, país con quien tenemos una estrecha relación comercial y que en las últimas semanas implementó un paquete fiscal adicional que permitió acelerar su recuperación económica y mejorar el ingreso de las familias, dando así pasos agigantados en el proceso de vacunación con más de 200 millones de dosis aplicadas, lo que significa que poco menos del 40 por ciento de su población ya recibió al menos una dosis.
Sin embargo, hay un factor que no debemos perder de vista, el impacto social y la caída en el ingreso de las familias ha sido muy profundo, tanto que hoy tenemos 9.8 millones de nuevas personas en situación de pobreza. Mientras que el PIB puede recuperarse a un ritmo más acelerado en cuestión de meses, la grave situación de estos millones de personas puede tomarles años para superarla.
Los datos de consumo y de inversión en el mercado interno mexicano aún muestran muy lentas señales de recuperación. Más aún, el crecimiento económico prospectado para México sólo significa un rebote después de la caída del año anterior.
Los impactos sociales que ha tenido la emergencia siguen prácticamente sin cambio, entre ellos el aumento en la pobreza, el deterioro del mercado laboral, la precarización de los empleos, los rezagos educativos, y el crecimiento de las brechas y desigualdades.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima para México que ha retrocedido dos décadas en materia del combate a la pobreza. Estimaron que al cierre del 2020, el nivel de pobreza en el país alcanzaba al 50.6 por ciento de la población, con el 18.3 por ciento en pobreza extrema. Estas cifras son las mayores que se presentan desde el año 2000, cuando la pobreza en nuestro territorio se ubicó en 48.8 por ciento y desde 1996 para el caso de la pobreza extrema cuando se ubicó en 16 por ciento.
Además, la emergencia sanitaria deja una crisis de empleo, pues según la Organización Internacional del Trabajo, nuestra región ha sido la más afectada a nivel mundial en términos de horas trabajadas y de ingresos laborales. En particular, la pérdida de horas en 2020 fue aproximadamente 4 veces más grande que la observada durante la crisis financiera de 2009.
El desempleo que provocó el cierre de negocios empujó a la pobreza laboral a 4.7 millones de personas el año pasado. Por ello es que hoy más de 50 millones de mexicanos (cuatro de cada 10) no cuentan con los ingresos suficientes para adquirir la canasta alimentaria. Las proyecciones de mayor desigualdad, pobreza y pobreza extrema demandan la implementación de medidas públicas que permitan amortiguar los impactos de la crisis.
Por ello, creemos valioso que las políticas públicas transformadas en apoyos por la Covid-19 en Tlaxcala fueron cruciales para los tlaxcaltecas, pues el ejecutivo estatal dispuso 275 millones de pesos para el Programa Emergente de Apoyo a la Economía Estatal, con el cual logró conservar miles de empleos. Asimismo, en el combate a la pobreza extrema, implementó el programa Supérate, una estrategia que juega un papel relevante para disminuir dicha condición en 74 mil tlaxcaltecas a partir de sus siete componentes de acción.
En el sector patronal consideramos que para asegurar la salud de toda la población, la vacuna es fundamental y en materia económica es necesaria la intervención pública/privada a favor de los ingresos familiares. Atender y superar la pobreza debe ser una de las máximas prioridades que tenemos como sociedad. Tenemos que actuar de forma decidida para que en todos los hogares haya recursos suficientes. Es posible si sumamos esfuerzos. Desde el sector empresarial volvemos a decir, para colaborar con el gobierno: estamos listos.
- * Presidente de la COPARMEX Tlaxcala.
.jpg "Accidente-(1).jpg")