/ viernes 17 de abril de 2020

En 1833, despobló el cólera a Santiaguito, Panotla

La enfermedad arrasó con los pobladores y solo sobrevivieron dos mujeres

Describen historiadores que Santiaguito era un pueblo que se dedicaba a la agricultura y se abastecía del río Potrero Hondo. Ubicado a 1.5 kilómetros de San Tadeo Huiloapan, municipio de Panotla, tenía una capilla y las viviendas estaban construídas con piedras de la región y ubicadas alrededor de la iglesia.

Entre árboles frutales, encinales y maguelleras, los pobladores vivían agradecidos por las bondades divinas mientras, con la fertilidad de la tierra, cosechaban su maíz.

En ruinas la capilla de Santiaguito ubicada en San Tadeo Huiloapan/TOMÁS BAÑOS

Pero un día se extendió entre las comunidades de Tlaxcala y Puebla una mortal enfermedad proveniente del Océano Atlántico y contagió a todos. Se trataba del cólera morbus que, en cuestión de días, acabó con todos los habitantes.

Éstos, por más que imploraban a Dios y se hacían “limpias” con plantas medicinales, no pudieron evitar su muerte. Entonces, el valle de Santiaguito se convirtió en un cementerio.

Solo dos mujeres resistieron a fiebres y diarreas, las únicas sobrevivientes, asi que al ser testigos de la epidemia, huyeron: una para San Ambrosio Texantla y la otra para San Tadeo Huiloapan; con el tiempo, cada una contó lo que vivió.

De hecho, narran que semanas después, cuando todo era un silencio sepulcral, lugareños regresaron a la población por una campana de la capilla y se la llevaron a San Ambrosio, mientras que otras dos están en la torre más alta de la iglesia de San Tadeo.

A 187 años de esa terrible bacteria que exterminó a toda la población de la comunidad, aún existen ruinas de las paredes de la capilla despojada de su Santo Patrón, piedras en fila entre los terrenos de labor y algunos vestigios de huesos humanos.

Por eso, cada 25 de julio, en ese lugar, el pueblo celebra una homilía en honor a Santiago Apóstol y organizan peleas de gallos, carrera de caballos, comidas y baile popular.

Inclusive, cuentan que para la celebración eucarística, al inicio los religiosos de San Tadeo colocaban dos campanas en un árbol de zapote; sin embargo, éstas se volvieron pesadas, por lo que decidieron no llevarlas más.

Ahora, los recientes dueños que labran la tierra sobre el cementerio respetan el sitio de alabanzas.

Pero, los que caminan por ese valle, aseguran que todos los días en punto de las 12:00 horas se escucha el repique de campanas desde la capilla de Santiaguito, al mismo tiempo que un gallo canta.

REGISTRO HISTÓRICO

La epidemia que se registró en Santiaguito en 1833, está sustentada en historias que refiere la población de San Tadeo Huiloapan.

Lo mismo historiadores como Senén Briones Briones, estudioso de la Biblia quien camina todos los días en ese lugar.

También, existe una página de Facebook de Huiloapan con documentales de lo que sucedió.Por eso, cada 25 de julio, en ese lugar, el pueblo celebra una homilía en honor a Santiago Apóstol y organizan peleas de gallos, carrera de caballos, comidas y baile popular.

  • CADA 25 de julio, en ese lugar, el pueblo celebra una homilía en honor a Santiago Apóstol y organizan peleas de gallos, carrera de caballos, comidas y baile popular.

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Describen historiadores que Santiaguito era un pueblo que se dedicaba a la agricultura y se abastecía del río Potrero Hondo. Ubicado a 1.5 kilómetros de San Tadeo Huiloapan, municipio de Panotla, tenía una capilla y las viviendas estaban construídas con piedras de la región y ubicadas alrededor de la iglesia.

Entre árboles frutales, encinales y maguelleras, los pobladores vivían agradecidos por las bondades divinas mientras, con la fertilidad de la tierra, cosechaban su maíz.

En ruinas la capilla de Santiaguito ubicada en San Tadeo Huiloapan/TOMÁS BAÑOS

Pero un día se extendió entre las comunidades de Tlaxcala y Puebla una mortal enfermedad proveniente del Océano Atlántico y contagió a todos. Se trataba del cólera morbus que, en cuestión de días, acabó con todos los habitantes.

Éstos, por más que imploraban a Dios y se hacían “limpias” con plantas medicinales, no pudieron evitar su muerte. Entonces, el valle de Santiaguito se convirtió en un cementerio.

Solo dos mujeres resistieron a fiebres y diarreas, las únicas sobrevivientes, asi que al ser testigos de la epidemia, huyeron: una para San Ambrosio Texantla y la otra para San Tadeo Huiloapan; con el tiempo, cada una contó lo que vivió.

De hecho, narran que semanas después, cuando todo era un silencio sepulcral, lugareños regresaron a la población por una campana de la capilla y se la llevaron a San Ambrosio, mientras que otras dos están en la torre más alta de la iglesia de San Tadeo.

A 187 años de esa terrible bacteria que exterminó a toda la población de la comunidad, aún existen ruinas de las paredes de la capilla despojada de su Santo Patrón, piedras en fila entre los terrenos de labor y algunos vestigios de huesos humanos.

Por eso, cada 25 de julio, en ese lugar, el pueblo celebra una homilía en honor a Santiago Apóstol y organizan peleas de gallos, carrera de caballos, comidas y baile popular.

Inclusive, cuentan que para la celebración eucarística, al inicio los religiosos de San Tadeo colocaban dos campanas en un árbol de zapote; sin embargo, éstas se volvieron pesadas, por lo que decidieron no llevarlas más.

Ahora, los recientes dueños que labran la tierra sobre el cementerio respetan el sitio de alabanzas.

Pero, los que caminan por ese valle, aseguran que todos los días en punto de las 12:00 horas se escucha el repique de campanas desde la capilla de Santiaguito, al mismo tiempo que un gallo canta.

REGISTRO HISTÓRICO

La epidemia que se registró en Santiaguito en 1833, está sustentada en historias que refiere la población de San Tadeo Huiloapan.

Lo mismo historiadores como Senén Briones Briones, estudioso de la Biblia quien camina todos los días en ese lugar.

También, existe una página de Facebook de Huiloapan con documentales de lo que sucedió.Por eso, cada 25 de julio, en ese lugar, el pueblo celebra una homilía en honor a Santiago Apóstol y organizan peleas de gallos, carrera de caballos, comidas y baile popular.

  • CADA 25 de julio, en ese lugar, el pueblo celebra una homilía en honor a Santiago Apóstol y organizan peleas de gallos, carrera de caballos, comidas y baile popular.

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