En la entrada de la primavera cuando todos creen en el renacimiento de la vida natural, en los bosques de este lugar de Tlacaxolo, municipio de Terrenate, huele a muerte.
El hábitat de frondosos oyameles y el nicho de reptiles, mamíferos, insectos y aves, ya no existe.
Una parte del bosque que por siglos proporcionó servicios ambientales a los habitantes de la zona serrana de Tlaxcala, desapareció.
En la cumbre de la comuna se distingue la reserva natural del área calcinada, al que pobladores llaman zona de tinieblas.
Solitarias aves que buscan a sus polluelos entre cientos de árboles calcinados; sobre la ceniza de pastizales y arbustos, algunas huellas de patas de mamíferos que huyeron de la lumbre.
Se trata del incendio forestal de seis días, con más daños a las reservas naturales, solo detrás del registrado en abril de 2001 en Calpulalpan, y Santo Tomás Apipilhuasco, ubicado en el Estado de México, pues arrasó dos mil hectáreas de macizo forestal.
Una quemazón similar a la de este año fue la de abril de 2016 en el mismo municipio, cuando el fuego consumió unas 500 hectáreas en Rancho Viejo.
Esos bosques hoy están infectados de gusano descortezador, que se propaga en forma acelerada a ocotes sanos.
EL RECORRIDO
En la zona devastada, la temperatura es mayor, todavía hay troncos de madera con fuego en el cerro Tlacaxolo.
Por decenas de hectáreas, no hay sombra donde protegerse de los rayos solares; los tallos de árboles, literalmente brillan, pues están carbonizados.
Caminar sobre la ceniza es un riesgo, un paso en falso puede conducir a una quemazón entre los rescoldos.
Todavía existen humaredas activas en una extensión de cinco kilómetros lineales en las inmediaciones del que fue un volcán activo.
Con la fuerza del viento fue imposible combatir el fuego en zonas de barrancas donde el acceso solo es con rapel.
Las llamas alcanzaron la cumbre y en la zona baja, en el arroyo Tlacaxolo, bolas de fuego saltaron hasta el ejido de Toluca de Guadalupe.
Al oscurecer, desde la carretera Apizaco-Huamantla se pudo observar el siniestro durante casi una semana.
De hecho, los más de 200 combatientes (entre pobladores, militares y de los gobiernos estatal y federal), por horas fueron simples espectadores ante la fuerza y peligro del fuego.
Hacia Toluca de Guadalupe las llamas se apagaron en las parcelas de maíz y en la tierra erosionada, ahora zona de tepetate.
Autoridades ejidales de Emiliano Zapata, Lázaro Cárdenas y Terrenate estimaron un desastre en unas 500 hectáreas de pinos y oyameles.
Felipe N., quien conoce la región boscosa que linda con pinabetes de San José Villarreal, la vida no será igual.
“Nos pidieron ayuda y fuimos, andaba un helicóptero y algunos combatientes salieron lesionados, se los llevaron… estuvo horrible”, expresó.
CONAFOR SIN CIFRAS
Y mientras las autoridades ejidales estiman las hectáreas consumidas en su bosque, la Comisión Nacional Forestal (Conafor) no ha reportado las estadísticas del incendio.
Julián Pérez Flores, encargado del despacho de la Conafor (desde la administración de Enrique Peña Nieto), omite la información.
Pasa lo mismo, en el manejo del saneamiento del descortezador en el Parque Nacional Malinche, a pesar de las críticas de grupos ecologistas.
Así, Tlaxcala ya se ubica en el cuarto sitio con más incendios forestales a nivel nacional en lo que va del estiaje.
EL APUNTE
El cerro Tlacaxolo hace honor a su significado: “Tlaco” mitad y “Xolo” monstruo.
HISTÓRICOS
- El 16 de abril de 2001 en Calpulalpan, dos mil hectáreas de bosque calcinadas; bosques Huilo Chico y Grande.
- El 11 de enero de 2006 en Santa María las Cuevas, Altlzayanca, 15 hectáreas en las Piñoneras.
- El seis de abril de 2016 en Terrenate, 500 hectáreas de Rancho Viejo, y el 23 de marzo 2021 en Terrenate, 500 hectáreas en el cerro Tlaxacocolo.
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