Tlaxcala registra un caso activo de rabia en humanos. Se trata de un hombre originario de Vicente Guerrero, Españita, que fue mordido en el abdomen por un murciélago, cuando limpiaba una bodega.
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La Secretaría de Salud del estado informó que la semana pasada el hombre ingresó al Hospital IMSS-Bienestar de Calpulalpan, en donde de manera inmediata recibió el biológico antirrábico y actualmente se encuentra estable y bajo vigilancia médica.
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El Laboratorio Estatal de Salud Pública realizó las pruebas correspondientes al animal que fue capturado, y el resultado fue positivo a rabia.
Información oficial señala que en la entidad la rabia había sido erradicada, y que los últimos casos en humanos ocurrieron en 1995, con mayores afectaciones en las jurisdicciones uno y tres. En perros la documentación es de 2005.
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En 1990 en Tlaxcala hubo 130 casos de rabia canina y cuatro en humanos, lo que ubicó al estado en los primeros lugares con incidencias en el país y en Latinoamérica.
A finales de diciembre del año pasado en Oaxaca fueron registrados tres casos de rabia humana en el mismo número de niños (hermanos) que fueron mordidos por un murciélago. Días después perdió la vida un menor de siete años y a inicios de enero de este 2023 falleció una niña de ochos años de edad.
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LA RABIA Y SUS SÍNTOMAS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que la rabia es una virosis zoonótica que afecta al sistema nervioso y, una vez que aparecen los síntomas clínicos, es mortal en prácticamente todos los casos. Se puede prevenir administrando una vacuna.
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Aunque en el 99 % de los casos humanos el virus es transmitido por perros domésticos, también existe el registro del contagio por animales salvajes ya que la vía de propagación a personas y animales es la saliva, a través de mordeduras, arañazos o el contacto directo con las mucosas (de los ojos, la boca o heridas abiertas).
El periodo de incubación de la rabia suele es de 2 a 3 meses, pero puede oscilar entre una semana y un año, y los primeros signos son: fiebre, dolor y sensaciones de hormigueo, picor o quemazón en la herida inusuales.
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La OMS dice que conforme el virus se desplaza al sistema nervioso central, aparece una inflamación progresiva del cerebro y la médula espinal, lo que produce la muerte. El tratamiento alivia los síntomas pero en pocos casos hay curación, y cuando eso sucede los supervivientes sufren graves déficits neurológicos.
ETAPAS DE LA RABIA
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La OMS señala que la enfermedad puede adoptar dos formas. En la primera (la rabia furiosa) los enfermos presentan signos de hiperactividad, excitación, alucinaciones, falta de coordinación, hidrofobia (miedo al agua) y aerofobia (miedo a las corrientes de aire o al aire libre), y la muerte se produce a los pocos días por paro cardiorrespiratorio.
Y detalla que en la segunda forma (la rabia paralítica), que es menos grave pero más prolongada, los músculos se van paralizando gradualmente, empezando por los más cercanos a la herida, poco a poco el paciente entra en coma después muere.
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