Han pasado alrededor de tres semanas desde quedó consolidado el traslado del Hospital General de Tlaxcala al municipio de Apetatitlán, y la zona del antiguo nosocomio luce desangelada.
Las calles aledañas que durante muchos años fueron de las más concurridas en el municipio capitalino lucen vacías, son pocos los peatones y vehículos los que transitan por ellas, las orillas de las vialidades dejaron de ser el estacionamiento diario de decenas de carros y el sonido de las ambulancias también dejó de sonar.
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El inmueble donde más de 70 años estuvo el Hospital General de Tlaxcala Dr. Miguel Lima Ramírez, cerró todas sus puertas: el acceso principal al edifico, las dos entradas a los estacionamientos que usó el personal y aquella por donde ingresaban los automóviles y las personas al área de urgencias.
La mayoría de los comercios también cerró definitivamente, sobre todo aquellos que estaban en el sitio de forma semifija o ambulante ya que se quedaron sin clientes que en su mayoría fueron trabajadores del hospital de los distintos turnos y familiares y amigos de los pacientes que ahí eran atendidos.
En las inmediaciones de la cuadra donde está el edificio solo subsisten aquellos negocios instalados en viviendas, quienes no tienen que pagar ningún tipo de renta y que esperan que el nuevo uso del inmueble reactive la economía de esa zona.
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“ESPERAMOS QUE LAS COSAS MEJOREN”
Al respecto, Maricruz Zempoaltecatl, quien tiene un negocio de venta de tortas llamado El Divino Niño, informó que desde que el hospital cambió de sede sus ventas, al igual que las de la mayoría de los comercios, cayeron significativamente.
Contó que desde hace varios días las personas fueron cerrando sus negocios y que el pasado viernes un señor que vendía dulces en un estanquillo, frente al negocio de ella, fue el último en abandonar ese sitio.
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Pero no se desanima ya que en su caso el negocio familiar está instalado en su propia casa y confía en que mientras el inmueble tiene un nuevo uso sus ventas serán entre vecinos y personas que por cualquier motivo pasen por ahí.
Y aunque a unos metros están las instalaciones de la Secretaría del Bienestar de Tlaxcala, mencionó que las ventas no se comparan en nada con las que eran generadas por el hospital general.
Finalmente, refirió que en algún momento acudieron personas para ofrecer a los comerciantes algún lote ubicado en la zona de hospitales, en Apetatitlán, pero que en su caso descartó esa idea.
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En las dos entradas principales del antiguo hospital fueron colocadas lonas para informar a la población sobre el cambio de sede y la nueva ubicación de esa importante unidad de salud.