/ viernes 10 de mayo de 2019

ANATOMÍA DE LO SOCIAL

De conmemoraciones a las celebraciones

Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva manera de ver las cosas

Henry Miller

El mes corriente aporta para la colectividad, en especial para la mexicana, de acuerdo con calendarios oficialistas, fechas definidas, basadas en la historia o en la cultura del consumismo, para realizar una serie de eventos, donde la superficialidad rebasa, muchas veces, el sentido común, obliga a gastar dinero, en ese afán de responder a los criterios generales de las festividades; por ello, se estima conveniente mencionar, de alguna manera, un proceso sutil de transición entre las conmemoraciones y las celebraciones.

Desde una perspectiva conservadora, las conmemoraciones reflejan esa parte importante de la historia, donde implícitamente se destacan los acontecimientos que le dieron forma a la estructura social, fincada en el derramamiento de sangre de quienes aspiraban a vivir de una manera diferente, enfrentando el yugo de los opresores.

Sin entrar en complicaciones históricas, su sola referencia ha dejado guardada en la memoria algunos de los movimientos realizados en el país donde las manifestaciones pretendían mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, en relación a los horarios y salarios; en la actualidad, las conquistas laborales constitucionalmente reconocidas se van diluyendo por la misma permisibilidad de los trabajadores, hoy, la sumisión y el entreguismo son las banderas de muchos, bajo el auspicio de liderazgos corruptos y ambiciosos de poder; por eso se han acabado los desfiles con principios perfectamente definidos, la solicitud al gobierno de aumentos salariales se han apagado, bajo el influjo de la fiesta y la bebida; por lo tanto, el uno de mayo dejó de ser el día del trabajo, para ser un día más de descanso para los trabajadores.

En ese mismo orden de temporalidad, debe mencionarse también la victoria de los mexicanos sobre las huestes francesas, del hecho, pareciera, solo queda como un vago recuerdo, así como en el calendario de las conmemoraciones, ese acontecimiento victorioso que reconocía el valor de los mexicanos, considerando entre ellos a un grupo de indígenas zacapoaxtlas que enfrentaron a uno de los ejércitos más poderosos del mundo; aunque esto pueda sujetarse a un estudio más profundo de la historia. El punto importante es el merecido homenaje conmemorativo a los combatientes; en la actualidad, la fecha se ha convertido en descanso obligatorio, dejando de lado la esencia de la victoria, de tal forma que solo el estado vecino realiza un desfile de honores a los participantes, obvio, nacionales, para recordar la batalla del cinco de mayo de 1862.

Dentro de este contexto vinculado con la batalla de Puebla, debe destacarse una de las decisiones más importantes tomadas por un presidente de la República: la supresión de la deuda, entendida como el no pago a los países: Inglaterra, España y Francia. Esta parte de la historia se va diluyendo lenta e inexorablemente, en consecuencia, las conmemoraciones le dejan el paso a las celebraciones.

Este día se celebra una de las fechas con mayor significancia para la economía, el Día de la Madre, convertido también por un proceso sutil, en un complejo festejo a las mujeres, en algunos casos puede considerarse para bien, pues se olvidaron las compras de enseres domésticos por otros objetos de mayor utilidad particular, bien visto por las mamás. De alguna manera, los cambios pueden observarse en la forma del festejo, los regalos y las flores, son los productos mayormente adquiridos, mejor dicho, eran, hoy la tecnología también permea este festejo; los celulares, las pantallas, las alhajas, los paseos, constituyen, para quien puede el homenaje a la autora de los días. Aunque también hay otras modalidades, las mamás modernas, se festejan con un brindis, acompañadas de los hijos, hoy es común ver en los “antros” esa comunión malsana, entre una mamá, o el papá, con los hijos. Aunque pareciera un desacuerdo, se aclara, también merece el respeto por la forma del festejo, cuando lo hacen cada quien a su manera; entendiéndose, este enfoque, como una parte del proceso de transición entre las conmemoraciones y las celebraciones.

Aunque pareciera adelantado, merece especial comentario la conmemoración del día del maestro; como cualquier otra, pues en su transición festiva, también han ocurrido cambios significativos, dejando atrás, inclusive, el prestigioso papel que desempeñaba -el profesor-en los lugares donde enseñaba; el maestro recibía, como un buen homenaje, el reconocimiento por su labor magisterial de transformar el pensamiento de los niños, influir para construir proyectos de vida diferentes a los que se tenían antes de cruzar los salones escolares; dicho de otra manera, el maestro-profesor, tenía uno de los papeles más importantes en las comunidades, los padres los empoderaban concediéndoles autoridad merecida por el tiempo de atención dedicado a sus hijos, luego entonces, al maestro, se le ubicaba en un lugar muy importante dentro de la sociedad, al ser promotor del cambio social, desde lo individual a lo general.

De conmemoraciones a las celebraciones

Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva manera de ver las cosas

Henry Miller

El mes corriente aporta para la colectividad, en especial para la mexicana, de acuerdo con calendarios oficialistas, fechas definidas, basadas en la historia o en la cultura del consumismo, para realizar una serie de eventos, donde la superficialidad rebasa, muchas veces, el sentido común, obliga a gastar dinero, en ese afán de responder a los criterios generales de las festividades; por ello, se estima conveniente mencionar, de alguna manera, un proceso sutil de transición entre las conmemoraciones y las celebraciones.

Desde una perspectiva conservadora, las conmemoraciones reflejan esa parte importante de la historia, donde implícitamente se destacan los acontecimientos que le dieron forma a la estructura social, fincada en el derramamiento de sangre de quienes aspiraban a vivir de una manera diferente, enfrentando el yugo de los opresores.

Sin entrar en complicaciones históricas, su sola referencia ha dejado guardada en la memoria algunos de los movimientos realizados en el país donde las manifestaciones pretendían mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, en relación a los horarios y salarios; en la actualidad, las conquistas laborales constitucionalmente reconocidas se van diluyendo por la misma permisibilidad de los trabajadores, hoy, la sumisión y el entreguismo son las banderas de muchos, bajo el auspicio de liderazgos corruptos y ambiciosos de poder; por eso se han acabado los desfiles con principios perfectamente definidos, la solicitud al gobierno de aumentos salariales se han apagado, bajo el influjo de la fiesta y la bebida; por lo tanto, el uno de mayo dejó de ser el día del trabajo, para ser un día más de descanso para los trabajadores.

En ese mismo orden de temporalidad, debe mencionarse también la victoria de los mexicanos sobre las huestes francesas, del hecho, pareciera, solo queda como un vago recuerdo, así como en el calendario de las conmemoraciones, ese acontecimiento victorioso que reconocía el valor de los mexicanos, considerando entre ellos a un grupo de indígenas zacapoaxtlas que enfrentaron a uno de los ejércitos más poderosos del mundo; aunque esto pueda sujetarse a un estudio más profundo de la historia. El punto importante es el merecido homenaje conmemorativo a los combatientes; en la actualidad, la fecha se ha convertido en descanso obligatorio, dejando de lado la esencia de la victoria, de tal forma que solo el estado vecino realiza un desfile de honores a los participantes, obvio, nacionales, para recordar la batalla del cinco de mayo de 1862.

Dentro de este contexto vinculado con la batalla de Puebla, debe destacarse una de las decisiones más importantes tomadas por un presidente de la República: la supresión de la deuda, entendida como el no pago a los países: Inglaterra, España y Francia. Esta parte de la historia se va diluyendo lenta e inexorablemente, en consecuencia, las conmemoraciones le dejan el paso a las celebraciones.

Este día se celebra una de las fechas con mayor significancia para la economía, el Día de la Madre, convertido también por un proceso sutil, en un complejo festejo a las mujeres, en algunos casos puede considerarse para bien, pues se olvidaron las compras de enseres domésticos por otros objetos de mayor utilidad particular, bien visto por las mamás. De alguna manera, los cambios pueden observarse en la forma del festejo, los regalos y las flores, son los productos mayormente adquiridos, mejor dicho, eran, hoy la tecnología también permea este festejo; los celulares, las pantallas, las alhajas, los paseos, constituyen, para quien puede el homenaje a la autora de los días. Aunque también hay otras modalidades, las mamás modernas, se festejan con un brindis, acompañadas de los hijos, hoy es común ver en los “antros” esa comunión malsana, entre una mamá, o el papá, con los hijos. Aunque pareciera un desacuerdo, se aclara, también merece el respeto por la forma del festejo, cuando lo hacen cada quien a su manera; entendiéndose, este enfoque, como una parte del proceso de transición entre las conmemoraciones y las celebraciones.

Aunque pareciera adelantado, merece especial comentario la conmemoración del día del maestro; como cualquier otra, pues en su transición festiva, también han ocurrido cambios significativos, dejando atrás, inclusive, el prestigioso papel que desempeñaba -el profesor-en los lugares donde enseñaba; el maestro recibía, como un buen homenaje, el reconocimiento por su labor magisterial de transformar el pensamiento de los niños, influir para construir proyectos de vida diferentes a los que se tenían antes de cruzar los salones escolares; dicho de otra manera, el maestro-profesor, tenía uno de los papeles más importantes en las comunidades, los padres los empoderaban concediéndoles autoridad merecida por el tiempo de atención dedicado a sus hijos, luego entonces, al maestro, se le ubicaba en un lugar muy importante dentro de la sociedad, al ser promotor del cambio social, desde lo individual a lo general.