/ viernes 24 de abril de 2020

Caras y Máscaras | Contradicciones

Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda.Martin Luther King


A pesar de la intensidad mediática sobre la pandemia provocada por el Covid-19, las evidencias, según se observa en el comportamiento de las personas, no han logrado el objetivo esperado, la ligereza de muchos trastoca la seriedad de otros sobre el cuidado que debe dársele a este problema de salud pública; desafortunadamente, la balanza parece inclinarse sobre los primeros, a pesar de que ya nos encontramos en la fase 3 de la contingencia sobre el Covid-19. En este sentido, pudiera decirse que las contradicciones para entender la posibilidad de entrar a una situación de alto riesgo estarán vigentes en cuanto no se tomen con seriedad las posibilidades de contagiarse recíprocamente, aumentando con ello las estadísticas de mortandad provocadas por la pandemia. Más allá del origen, en cuanto a lugares y tiempo, de la evolución de este virus Covid-19, lo cierto es el aumento en la propagación del mismo, sin excluir, desde luego, a México y por supuesto a Tlaxcala; notable en el crecimiento de los casos, esto tampoco incide en el ánimo de las personas, muchos siguen en la actuación natural de la vida cotidiana, haciendo caso omiso a la invitación de las autoridades de salud, desatendiendo las estrategias diseñadas para evitar o reducir las posibilidades del contagio.

Sin duda, de las estrategias más divulgada entre la población, a través de los medios de comunicación, es la que se refiere a guardar una "Sana Distancia", es decir, mantener un espacio específico -un metro, metro y medio- para evitar el contacto directo con otras personas, sin embargo, aunque en algunos lugares se esfuerzan por conseguirlo -dígase instituciones- al limitar los accesos, en el exterior las personas se amontonan y, por consecuencia, las posibilidades de un contagio aumentan de manera considerable.

Poco éxito también, ha podido lograr la invitación de "Quédate en Casa" reiterado hasta tres veces por el flamante subsecretario de salud, su arenga, solo ha logrado una muy reducida participación, quizá por las condiciones económicas de las personas, pues, en efecto, no todos tienen las mismas posibilidades, quienes las tienen, como se ha hecho en otras partes del mundo, se solazan exhibiendo su algarabía, realizando actividades que, los jodidos, no pueden hacer; en esta parte también se notan las contradicciones, los pobres, aquellos que señala un gobernador del estado vecino, no se contagian, obvio, salen, por obligación y necesidad de conseguir el sustento cotidiano, ni siquiera, con la posibilidad de comprarse un cubre bocas, o bien el gel antibacterial, si acaso, solo lavarse las manos en cuanto su tiempo y posibilidades se los permitan; esta referencia es sobre aquellas personas cuyas actividades informales, en particular la relacionada a la venta de productos, que les posibilita el sustento diario.

Contradictoria, como ya se comentó en otro momento, las decisiones tomadas por las autoridades gubernamentales, al autorizar la realización de actividades denominadas esenciales, donde, la concurrencia de las personas es inminente: por ejemplo, entre muchos otros, los sistemas de transporte público, los supermercados, tiendas de conveniencia, talleres de reparación de autos, ferreterías, gasolineras, bancos, servicios de recolección de basura etc. sin soslayar los hospitales, clínicas, centros médicos y de salud; en este sentido y con esta base, la circulación y actividades de la gente, ahí se circunscriben; razonablemente, esta es la justificación para que los comunes, se dediquen a sus actividades, bajo el argumento de porque unos sí y otros no.

Realidad, escepticismo, mitos, remedios caseros, todo parece provocar una sinergia invertida, donde cada concepto tira para donde le conviene, sin reconocer que, de alguna manera, el virus existe, así como la posibilidad de contagiarse, más aún en la fase 3; por lo tanto, a pesar de tanta contradicción, se debe hacer conciencia de qué para enfrentar y salir del problema, se requiere el esfuerzo y la colaboración de toda la sociedad en su conjunto.

Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda.Martin Luther King


A pesar de la intensidad mediática sobre la pandemia provocada por el Covid-19, las evidencias, según se observa en el comportamiento de las personas, no han logrado el objetivo esperado, la ligereza de muchos trastoca la seriedad de otros sobre el cuidado que debe dársele a este problema de salud pública; desafortunadamente, la balanza parece inclinarse sobre los primeros, a pesar de que ya nos encontramos en la fase 3 de la contingencia sobre el Covid-19. En este sentido, pudiera decirse que las contradicciones para entender la posibilidad de entrar a una situación de alto riesgo estarán vigentes en cuanto no se tomen con seriedad las posibilidades de contagiarse recíprocamente, aumentando con ello las estadísticas de mortandad provocadas por la pandemia. Más allá del origen, en cuanto a lugares y tiempo, de la evolución de este virus Covid-19, lo cierto es el aumento en la propagación del mismo, sin excluir, desde luego, a México y por supuesto a Tlaxcala; notable en el crecimiento de los casos, esto tampoco incide en el ánimo de las personas, muchos siguen en la actuación natural de la vida cotidiana, haciendo caso omiso a la invitación de las autoridades de salud, desatendiendo las estrategias diseñadas para evitar o reducir las posibilidades del contagio.

Sin duda, de las estrategias más divulgada entre la población, a través de los medios de comunicación, es la que se refiere a guardar una "Sana Distancia", es decir, mantener un espacio específico -un metro, metro y medio- para evitar el contacto directo con otras personas, sin embargo, aunque en algunos lugares se esfuerzan por conseguirlo -dígase instituciones- al limitar los accesos, en el exterior las personas se amontonan y, por consecuencia, las posibilidades de un contagio aumentan de manera considerable.

Poco éxito también, ha podido lograr la invitación de "Quédate en Casa" reiterado hasta tres veces por el flamante subsecretario de salud, su arenga, solo ha logrado una muy reducida participación, quizá por las condiciones económicas de las personas, pues, en efecto, no todos tienen las mismas posibilidades, quienes las tienen, como se ha hecho en otras partes del mundo, se solazan exhibiendo su algarabía, realizando actividades que, los jodidos, no pueden hacer; en esta parte también se notan las contradicciones, los pobres, aquellos que señala un gobernador del estado vecino, no se contagian, obvio, salen, por obligación y necesidad de conseguir el sustento cotidiano, ni siquiera, con la posibilidad de comprarse un cubre bocas, o bien el gel antibacterial, si acaso, solo lavarse las manos en cuanto su tiempo y posibilidades se los permitan; esta referencia es sobre aquellas personas cuyas actividades informales, en particular la relacionada a la venta de productos, que les posibilita el sustento diario.

Contradictoria, como ya se comentó en otro momento, las decisiones tomadas por las autoridades gubernamentales, al autorizar la realización de actividades denominadas esenciales, donde, la concurrencia de las personas es inminente: por ejemplo, entre muchos otros, los sistemas de transporte público, los supermercados, tiendas de conveniencia, talleres de reparación de autos, ferreterías, gasolineras, bancos, servicios de recolección de basura etc. sin soslayar los hospitales, clínicas, centros médicos y de salud; en este sentido y con esta base, la circulación y actividades de la gente, ahí se circunscriben; razonablemente, esta es la justificación para que los comunes, se dediquen a sus actividades, bajo el argumento de porque unos sí y otros no.

Realidad, escepticismo, mitos, remedios caseros, todo parece provocar una sinergia invertida, donde cada concepto tira para donde le conviene, sin reconocer que, de alguna manera, el virus existe, así como la posibilidad de contagiarse, más aún en la fase 3; por lo tanto, a pesar de tanta contradicción, se debe hacer conciencia de qué para enfrentar y salir del problema, se requiere el esfuerzo y la colaboración de toda la sociedad en su conjunto.