/ jueves 27 de junio de 2019

El abstencionismo electoral

César Lara Cano*

En términos generales, al abstencionismo electoral se define como la no participación de la ciudadanía en los diferentes eventos de la vida política de un país; se puede manifestar de manera muy concreta cuando aquellos no ejercen su derecho ni cumplen con la obligación cívica de votar en los procesos electorales, o bien mediante una actitud pasiva y apática ante los diferentes actos y actividades políticas; a lo anterior hay que agregar que algunos autores han denominado a la “abstención activa” que se expresaría en los votos en blanco y aún en los votos nulos, esto es, en la votación que producida en las urnas, se separa de las opciones partidarias o individuales abiertas al electorado, (Hernández Bravo 2004).

En el concepto anterior, la no concurrencia a la casilla electoral, el ausentismo electoral, se uniría a la votación expresada en las boletas en blanco o anuladas intencionalmente en la conformación de la categoría mayor del abstencionismo, tal conducta de la ciudadanía se le conoce también como el abstencionismo “cívico”.

Otro aspecto que se tiene con relación al abstencionismo, es el que se produce por factores objetivamente ajenos a la voluntad del elector, entre ellos lo que el autor Alcubilla 200, llama abstención estructural, que es el resultado de la estructura misma del proceso electoral, como puede ser un listado nominal de electores deficiente o en la ubicación de las mesas directivas de casilla que, por tal motivo, al elector se le dificulte su acceso.

En algunos países de Latinoamérica en que el abstencionismo tiene bajos niveles, se le considera al voto como un deber y una obligación cívica y asignan a su no ejercicio consecuencias negativas a modo de sanción denominándose a esta institución como la del “voto obligatorio”.

El abstencionismo no es igual en todos los procesos electorales, en algunos países como en el nuestro, en las elecciones presidenciales acude un mayor número de votantes, lo cual se explica por su mayor difusión en los medios masivos. El nivel de las elecciones es un factor que determina el mayor índice de abstención; además incluye el grado de competitividad de los comicios y la confianza en sus resultados; así como el interés que hayan despertado las campañas presidenciales, puesto que los aspectos principales son las propuestas y las imágenes atractivas de los candidatos.

Una primera fuente del abstencionismo radica en el hecho de que en la agenda de la elección la ciudadanía no es tomada en cuenta, que el elector en muchas ocasiones no participa en la elección de los candidatos, ni en sus propuestas que plantean, aunado a los anteriores está el rechazo de la política gubernamental, campañas poco interesantes, entre otras.

La abstención electoral es motivo de preocupación entre los actores políticos, ya que la democracia se alimenta de la participación ciudadana, puesto que, al no ejercerse el derecho de voto, éste pierde validez, provocando la concentración del poder en una minoría lo que traería como consecuencia la decadencia de una sociedad democrática, pues la ciudadanía perdería la fe en la democracia como sistema.

Para abatir el abstencionismo, entre otras medidas, se debe actualizar de manera permanente insumos electorales como son: la credencial para votar, cartografía electoral; en lo que se refiere al aspecto cultural y político, se deben propiciar estrategias como son campañas de motivación ciudadana de la valoración del voto, para un proceso electoral determinado o bien en la utilización de la educación formal e informal, para la conformación de valores afines a la participación que posteriormente se transformen en actitudes distantes del ausentismo electoral voluntario.

El problema del abstencionismo tiene diversos matices que lo hacen un tema complicado, por lo tanto, todos los actores políticos deben de coadyuvar en la construcción de acciones a fin de que la sociedad votante tenga la confianza y certeza en las instituciones encargadas de que su voto sea respetado y además de que el régimen político cumpla con su encomienda con el bienestar social.

*Vocal Ejecutivo de la Junta Distrital 02

Instituto Nacional Electoral en Tlaxcala

César Lara Cano*

En términos generales, al abstencionismo electoral se define como la no participación de la ciudadanía en los diferentes eventos de la vida política de un país; se puede manifestar de manera muy concreta cuando aquellos no ejercen su derecho ni cumplen con la obligación cívica de votar en los procesos electorales, o bien mediante una actitud pasiva y apática ante los diferentes actos y actividades políticas; a lo anterior hay que agregar que algunos autores han denominado a la “abstención activa” que se expresaría en los votos en blanco y aún en los votos nulos, esto es, en la votación que producida en las urnas, se separa de las opciones partidarias o individuales abiertas al electorado, (Hernández Bravo 2004).

En el concepto anterior, la no concurrencia a la casilla electoral, el ausentismo electoral, se uniría a la votación expresada en las boletas en blanco o anuladas intencionalmente en la conformación de la categoría mayor del abstencionismo, tal conducta de la ciudadanía se le conoce también como el abstencionismo “cívico”.

Otro aspecto que se tiene con relación al abstencionismo, es el que se produce por factores objetivamente ajenos a la voluntad del elector, entre ellos lo que el autor Alcubilla 200, llama abstención estructural, que es el resultado de la estructura misma del proceso electoral, como puede ser un listado nominal de electores deficiente o en la ubicación de las mesas directivas de casilla que, por tal motivo, al elector se le dificulte su acceso.

En algunos países de Latinoamérica en que el abstencionismo tiene bajos niveles, se le considera al voto como un deber y una obligación cívica y asignan a su no ejercicio consecuencias negativas a modo de sanción denominándose a esta institución como la del “voto obligatorio”.

El abstencionismo no es igual en todos los procesos electorales, en algunos países como en el nuestro, en las elecciones presidenciales acude un mayor número de votantes, lo cual se explica por su mayor difusión en los medios masivos. El nivel de las elecciones es un factor que determina el mayor índice de abstención; además incluye el grado de competitividad de los comicios y la confianza en sus resultados; así como el interés que hayan despertado las campañas presidenciales, puesto que los aspectos principales son las propuestas y las imágenes atractivas de los candidatos.

Una primera fuente del abstencionismo radica en el hecho de que en la agenda de la elección la ciudadanía no es tomada en cuenta, que el elector en muchas ocasiones no participa en la elección de los candidatos, ni en sus propuestas que plantean, aunado a los anteriores está el rechazo de la política gubernamental, campañas poco interesantes, entre otras.

La abstención electoral es motivo de preocupación entre los actores políticos, ya que la democracia se alimenta de la participación ciudadana, puesto que, al no ejercerse el derecho de voto, éste pierde validez, provocando la concentración del poder en una minoría lo que traería como consecuencia la decadencia de una sociedad democrática, pues la ciudadanía perdería la fe en la democracia como sistema.

Para abatir el abstencionismo, entre otras medidas, se debe actualizar de manera permanente insumos electorales como son: la credencial para votar, cartografía electoral; en lo que se refiere al aspecto cultural y político, se deben propiciar estrategias como son campañas de motivación ciudadana de la valoración del voto, para un proceso electoral determinado o bien en la utilización de la educación formal e informal, para la conformación de valores afines a la participación que posteriormente se transformen en actitudes distantes del ausentismo electoral voluntario.

El problema del abstencionismo tiene diversos matices que lo hacen un tema complicado, por lo tanto, todos los actores políticos deben de coadyuvar en la construcción de acciones a fin de que la sociedad votante tenga la confianza y certeza en las instituciones encargadas de que su voto sea respetado y además de que el régimen político cumpla con su encomienda con el bienestar social.

*Vocal Ejecutivo de la Junta Distrital 02

Instituto Nacional Electoral en Tlaxcala