/ martes 28 de agosto de 2018

EL TINTERO

RÉQUIEM PARA LA LXII LEGISLATURA LOCAL


Las diputadas y diputados de la LXII Legislatura local pasarán a la historia de Tlaxcala con más pena que gloria. Nada nuevo. A cada Congreso que termina la sociedad lo tilda como uno de los peores. Eso sí, el ambiente que permea en torno al trabajo de los actuales congresistas permite calificarlos con un trabajo de poca visión política para sacar adelante un trabajo serio y comprometido a favor de la sociedad tlaxcalteca.

Su periodo corto, y qué bueno, (un año y ocho meses) en el Poder Legislativo permitió conocer su falta de ética y profesionalismo político. Su llegada, marcada por personajes con experiencia política y legislativa, vislumbraba un equilibrio profesional, pero simplemente no fue así.

En esta Legislatura que fenece, personajes como Héctor Israel Ortiz Ortiz (exgobernador), Guadalupe Sánchez Santiago, Alberto Amaro Corona, Enrique Padilla Sánchez y Eréndira Cova Brindis todos exdiputados locales e incluso federales, permitían deducir que aportarían experiencia y prudencia al trabajo legislativo. El asunto es que fue todo lo contrario y se dejaron seducir por la miopía e hicieron oídos sordos para escuchar los reclamos de la gente.

Mientras tanto, quienes se vendían como la nueva generación que no estaba contagiada por los viejos vicios, creaban un ambiente de renovación. Empero esto solo fue visto en teoría: el joven junior Mariano González Aguirre demostró a cabalidad que le falta experiencia en la política.

A su vez, Ignacio Ramírez Sánchez, Juan Carlos Sánchez García, José Martín Rivera Barrios y Sandra Corona Padilla se perdieron por las mieles y la arrogancia que da el poder político y económico y no encontraron la forma de inyectarle ese brío de juventud al trabajo legislativo.

Y a los políticos de viejo cuño como J. Carmen Corona Pérez y Arnulfo Arévalo Lara, la vida les demostró que las componendas del pasado ya son obsoletas. De los demás integrantes no hay nada de qué hablar pues, incluso, sus nombres desaparecieron de la opinión pública. Eso sí, fueron buenos para cobrar –cada quincena- por su poco trabajo.

Lo cierto es que el Congreso local solo sirvió para dar trámite a las iniciativas que desde el Poder Ejecutivo les enviaban. Sus integrantes serán recordados por ser una Legislatura discriminadora tras tachar a los tlaxcaltecas como de primera y segunda con la restricción de accesos a la llamada “casa del pueblo”.

O de qué otra forma se interpreta la burla a la que sometieron a los congresistas suplentes al tomarles protesta para que fungieran –como titulares- por alrededor de 90 minutos, solo para que los reeleccionistas perdedores siguieran devengando sus emolumentos. O la tomada de pelo que hicieron a los presidentes de comunidad al devolverles el voto en el Cabildo pero no aplicarlo de forma inmediata sino hasta 2021, cuando eso de su teoría de la irretroactividad de la ley solo fue un argumento pueril pues, en este caso, no aplica.

Peor aún, dejarán un Sistema Estatal Anticorrupción que en nada abonará a combatir la corrupción, lo único que fomenta es el conflicto de interés pues muchos de los que ahora son integrantes fueron electos por amiguismo. Pero tampoco destrabaron el conflicto que mantiene paralizado al Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales. Nunca privilegiaron los conocimientos en cargos de relevancia.

Sus malas decisiones en nada abonaron al desarrollo de Tlaxcala. Lo bueno es que ya se van y, ojalá, la nueva legislatura que tomará protesta en breve se vea en este espejo y no cometa los mismos errores. Al tiempo.

***************

EPÍLOGO…

1.- VERDUGO EN ACCIÓN…A la delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social llegó la guillotina. TINTERO tuvo conocimiento de que la Secretaría de la Función Pública destituyó a Javier Guevara Dávila de la Coordinación de Abasto, por supuestas irregularidades financieras y administrativas cometidas en el ejercicio de su función. Pero no solo eso, fue inhabilitado para no ocupar cargos públicos por cinco años y multado por casi medio millón de pesos.

El asunto es que, el señor, según confirman los propios trabajadores, sigue desempeñando el cargo tan campante y presume a los cuatro vientos que tiene el apoyo total del responsable de la institución, Gibran Alejandro de la Torre González. De ser cierto, este funcionario se está arriesgando a ser parte del castigo. La situación en la delegación del IMSS está “caliente”, habrá sanciones para más funcionarios y el tema, comentan, llegará hasta las procuradurías General de Justicia del Estado y General de la República.

2.-REBASADO… Cuando lo que debería ser privado pasa a ser público los comentarios dejan de ser personales. En Huamantla para nadie es desconocido que el alcalde Jorge Sánchez Jasso ha sido regañado por su cónyuge en eventos públicos oficiales con palabras altisonantes, al grado de que la gente y los propios empleados de la comuna lo consideran una persona sin carácter. Comento esto porque si el señor no es capaz de mantener sus problemas de pareja alejados de las decisiones del ayuntamiento que preside, entonces es evidente que carece de toda autoridad y capacidad para meter en orden al llamado Pueblo Mágico.

En Huamantla priva la anarquía, es territorio de pandillas y la policía, comandada por una persona que no aprobó los exámenes de control y confianza, simplemente está rebasada. A la larga lista de problemas se suma que el munícipe y sus huestes, según el Congreso local, desviaron algo así como 87 millones de pesos y, si no comprueban el dinero, tendrán que enfrentar a la justicia.

Sánchez Jasso tiene dos opciones: ponerse las pilas y tomar las riendas de Huamantla o solicitar licencia al cargo para que asuma una persona dispuesta a trabajar por la comuna y que, frente a los problemas, no aplique la “política del avestruz” y se esconda de la opinión pública.

¡Hasta el próximo martes!

RÉQUIEM PARA LA LXII LEGISLATURA LOCAL


Las diputadas y diputados de la LXII Legislatura local pasarán a la historia de Tlaxcala con más pena que gloria. Nada nuevo. A cada Congreso que termina la sociedad lo tilda como uno de los peores. Eso sí, el ambiente que permea en torno al trabajo de los actuales congresistas permite calificarlos con un trabajo de poca visión política para sacar adelante un trabajo serio y comprometido a favor de la sociedad tlaxcalteca.

Su periodo corto, y qué bueno, (un año y ocho meses) en el Poder Legislativo permitió conocer su falta de ética y profesionalismo político. Su llegada, marcada por personajes con experiencia política y legislativa, vislumbraba un equilibrio profesional, pero simplemente no fue así.

En esta Legislatura que fenece, personajes como Héctor Israel Ortiz Ortiz (exgobernador), Guadalupe Sánchez Santiago, Alberto Amaro Corona, Enrique Padilla Sánchez y Eréndira Cova Brindis todos exdiputados locales e incluso federales, permitían deducir que aportarían experiencia y prudencia al trabajo legislativo. El asunto es que fue todo lo contrario y se dejaron seducir por la miopía e hicieron oídos sordos para escuchar los reclamos de la gente.

Mientras tanto, quienes se vendían como la nueva generación que no estaba contagiada por los viejos vicios, creaban un ambiente de renovación. Empero esto solo fue visto en teoría: el joven junior Mariano González Aguirre demostró a cabalidad que le falta experiencia en la política.

A su vez, Ignacio Ramírez Sánchez, Juan Carlos Sánchez García, José Martín Rivera Barrios y Sandra Corona Padilla se perdieron por las mieles y la arrogancia que da el poder político y económico y no encontraron la forma de inyectarle ese brío de juventud al trabajo legislativo.

Y a los políticos de viejo cuño como J. Carmen Corona Pérez y Arnulfo Arévalo Lara, la vida les demostró que las componendas del pasado ya son obsoletas. De los demás integrantes no hay nada de qué hablar pues, incluso, sus nombres desaparecieron de la opinión pública. Eso sí, fueron buenos para cobrar –cada quincena- por su poco trabajo.

Lo cierto es que el Congreso local solo sirvió para dar trámite a las iniciativas que desde el Poder Ejecutivo les enviaban. Sus integrantes serán recordados por ser una Legislatura discriminadora tras tachar a los tlaxcaltecas como de primera y segunda con la restricción de accesos a la llamada “casa del pueblo”.

O de qué otra forma se interpreta la burla a la que sometieron a los congresistas suplentes al tomarles protesta para que fungieran –como titulares- por alrededor de 90 minutos, solo para que los reeleccionistas perdedores siguieran devengando sus emolumentos. O la tomada de pelo que hicieron a los presidentes de comunidad al devolverles el voto en el Cabildo pero no aplicarlo de forma inmediata sino hasta 2021, cuando eso de su teoría de la irretroactividad de la ley solo fue un argumento pueril pues, en este caso, no aplica.

Peor aún, dejarán un Sistema Estatal Anticorrupción que en nada abonará a combatir la corrupción, lo único que fomenta es el conflicto de interés pues muchos de los que ahora son integrantes fueron electos por amiguismo. Pero tampoco destrabaron el conflicto que mantiene paralizado al Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales. Nunca privilegiaron los conocimientos en cargos de relevancia.

Sus malas decisiones en nada abonaron al desarrollo de Tlaxcala. Lo bueno es que ya se van y, ojalá, la nueva legislatura que tomará protesta en breve se vea en este espejo y no cometa los mismos errores. Al tiempo.

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EPÍLOGO…

1.- VERDUGO EN ACCIÓN…A la delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social llegó la guillotina. TINTERO tuvo conocimiento de que la Secretaría de la Función Pública destituyó a Javier Guevara Dávila de la Coordinación de Abasto, por supuestas irregularidades financieras y administrativas cometidas en el ejercicio de su función. Pero no solo eso, fue inhabilitado para no ocupar cargos públicos por cinco años y multado por casi medio millón de pesos.

El asunto es que, el señor, según confirman los propios trabajadores, sigue desempeñando el cargo tan campante y presume a los cuatro vientos que tiene el apoyo total del responsable de la institución, Gibran Alejandro de la Torre González. De ser cierto, este funcionario se está arriesgando a ser parte del castigo. La situación en la delegación del IMSS está “caliente”, habrá sanciones para más funcionarios y el tema, comentan, llegará hasta las procuradurías General de Justicia del Estado y General de la República.

2.-REBASADO… Cuando lo que debería ser privado pasa a ser público los comentarios dejan de ser personales. En Huamantla para nadie es desconocido que el alcalde Jorge Sánchez Jasso ha sido regañado por su cónyuge en eventos públicos oficiales con palabras altisonantes, al grado de que la gente y los propios empleados de la comuna lo consideran una persona sin carácter. Comento esto porque si el señor no es capaz de mantener sus problemas de pareja alejados de las decisiones del ayuntamiento que preside, entonces es evidente que carece de toda autoridad y capacidad para meter en orden al llamado Pueblo Mágico.

En Huamantla priva la anarquía, es territorio de pandillas y la policía, comandada por una persona que no aprobó los exámenes de control y confianza, simplemente está rebasada. A la larga lista de problemas se suma que el munícipe y sus huestes, según el Congreso local, desviaron algo así como 87 millones de pesos y, si no comprueban el dinero, tendrán que enfrentar a la justicia.

Sánchez Jasso tiene dos opciones: ponerse las pilas y tomar las riendas de Huamantla o solicitar licencia al cargo para que asuma una persona dispuesta a trabajar por la comuna y que, frente a los problemas, no aplique la “política del avestruz” y se esconda de la opinión pública.

¡Hasta el próximo martes!