/ lunes 14 de junio de 2021

Tiempos de Democracia | Reflexiones para después de la elección -Parte 2-

El PRI aceleró su paso a la intrascendencia, el PRD hace tiempo que está en ella, el PAN salvó por poco los papeles y MC se confirmó como alternativa de futuro. Y si bien el elector frenó la marcha al absolutismo de López Obrador, el riesgo subsiste

Conforme pasa el tiempo y las aguas se aquietan, la frialdad de los números tiende a prevalecer por encima de las emociones y obliga a cada protagonista a transitar del mundo de los deseos al de las realidades. Los vencidos acaban por admitir, así sea de mal grado, el sitio en que los ubicó el voto, en tanto que los vencedores se alistan a celebrar la victoria. Al inconforme le queda pedir al organismo electoral un recuento de boletas, siempre y cuando el rango de la diferencia reclamada esté dentro de los supuestos de la ley electoral. Y, en última instancia, el quejoso convencido de haber sido víctima de alguna operación fraudulenta puede emprender la laberíntica vía de los tribunales, con todo el desgaste económico, político y personal que supone. Lo que no se vale es hacer alharaca sin tener bases ciertas.

Lorena, triunfadora por amplio margen

En Tlaxcala, la participación ciudadana superó la registrada a nivel nacional. No es raro que lo sea pero, en esta ocasión, rebasó todas las expectativas al llegar al 66 %, catorce puntos arriba del promedio del resto de las entidades federativas. El voto popular llevó a Lorena a la gubernatura con la legitimidad indiscutible que le dan sus diez puntos de ventaja sobre la más cercana competidora. Tendrá además un congreso afín, lo que le facilitará tomar el camino que convenga a sus intereses y a los de la Cuarta Transformación. Su reto es demostrar que tiene capacidad para ejercer el cargo. Por su parte, el elector tlaxcalteca ratificó su inclinación a dar su voto, en cada demarcación municipal, a personas o grupos de filiación partidista mutable. Así, el mapa político de la entidad reforzó su tonalidad multicolor.

Verde… que te quiero Verde

Fue en la votación federal donde las tendencias, sin llegar a cambiar de signo, sí cobraron proporciones y matices distintos que demandarán planteamientos políticos diferentes a los conocidos el trienio pasado. Pongo un ejemplo: para que se apruebe el presupuesto que el presidente enviara en unas cuantas semanas a la Cámara de Diputados será condición indispensable que Morena cuente con el apoyo del Verde Ecologista o, en su defecto, con el de las bancadas íntegras de dos partidos más, v. gr. la del PT… ¿y quizá la del PRI? Trátase de un escenario por completo diverso al que derivó del tsunami del 2018. ¿Y qué tal si el Verde, en sintonía con su habitual proclividad mercantilista, cambia de bando y se asocia a la alianza opositora? ¡Podría hasta invertirse la mayoría absoluta! Ni más ni menos.

Ante el nuevo panorama…

El presidente tendrá que optar entre aplicar el freno a su afán transformador o entrar en negociaciones complejas y muy costosas con sus opositores. López Obrador sabía de ese riesgo mas, lo que nunca imaginó, es que para que su propuesta económica sea aceptada “sin moverle ni una coma”, deberá ofrecer nuevas y mejores condiciones a sus actuales socios o bien, de plano decidirse a cambiarlos por otros, hurgando en el mercado hasta hallar a los que se vendan a precios asequibles. Objetivo logrado… dirán con razón los líderes de los partidos que, a cambio de perder identidad y otros valores, se coaligaron para evitar la deriva del país hacia la nada. La verdad es que consiguieron limitar las imposiciones del huésped de Palacio y, de paso, dejar sin sustancia su ironía hiriente y sus socarronerías.

Cooptar voluntades, estrategia presidencial para neutralizar las pérdidas

La abismal diferencia que en el 2018 separó a Morena de los demás partidos, ahora agrupados en el 2021 en una alianza “opositora”, se redujo hasta casi emparejarse con la coalición “oficialista” que se integró en torno al presidente. Y aunque en la Cámara de Diputados sigue teniendo una holgada mayoría, el hecho es que perdió 57 legisladores, con lo que su capacidad de gestión se verá restringida, máxime considerando que los partidos destinados a ser sus comparsas -Redes Sociales Progresistas, Fuerza por México y Encuentro Social- perdieron el registro. Pese a esas mermas, es mas que probable que López Obrador continúe mangoneando al país, merced a la ob$ecuencia de no pocos futuros diputados que tienen prisa por sentarse en sus curules para ofrendarle sus votos al mandatario.

De triunfadores y derrotados

En lo territorial la victoria de Morena fue redonda. Además de ser mayoría en veinte congresos estatales, de las quince gubernaturas en juego ganó once. Cedió Nuevo León y quizá Campeche, ambas a Movimiento Ciudadano, en tanto que Querétaro lo conservó el PAN, San Luis Potosí lo ganó el Verde y el PAN-PRD Chihuahua. El partido masacrado fue el PRI que, de las ocho gubernaturas que tenía... ¡perdió las ocho! Mas no todo son penas para el tricolor: su líder, el invicto y afamado “Alito” se dijo dispuesto a ser candidato el 2024, pese a los trastupijes que presuntamente cometió en su tierra y cuyo olvido podría negociar a cambio de entregar su futura bancada parlamentaria a López Obrador.

¡Aviso a tiempo!

Donde Morena sí sufrió una zarandeada de pronóstico fue en la capital de la República y se la propinaron unas clases medias pensantes que no soportan más mentiras, ineficiencias ni ideas obsesivas. Simplemente se hartaron de que se les hable como a retrasados mentales, vendiéndoles falsas encuestas, consultas falaces y sandeces como la de la rifa del avión presidencial. Cuidado, señor presidente, porque en esos estratos intermedios de la pirámide social que usted injuria y menosprecia es donde germinan las inconformidades que luego se esparcen por toda la República.

El PRI aceleró su paso a la intrascendencia, el PRD hace tiempo que está en ella, el PAN salvó por poco los papeles y MC se confirmó como alternativa de futuro. Y si bien el elector frenó la marcha al absolutismo de López Obrador, el riesgo subsiste

Conforme pasa el tiempo y las aguas se aquietan, la frialdad de los números tiende a prevalecer por encima de las emociones y obliga a cada protagonista a transitar del mundo de los deseos al de las realidades. Los vencidos acaban por admitir, así sea de mal grado, el sitio en que los ubicó el voto, en tanto que los vencedores se alistan a celebrar la victoria. Al inconforme le queda pedir al organismo electoral un recuento de boletas, siempre y cuando el rango de la diferencia reclamada esté dentro de los supuestos de la ley electoral. Y, en última instancia, el quejoso convencido de haber sido víctima de alguna operación fraudulenta puede emprender la laberíntica vía de los tribunales, con todo el desgaste económico, político y personal que supone. Lo que no se vale es hacer alharaca sin tener bases ciertas.

Lorena, triunfadora por amplio margen

En Tlaxcala, la participación ciudadana superó la registrada a nivel nacional. No es raro que lo sea pero, en esta ocasión, rebasó todas las expectativas al llegar al 66 %, catorce puntos arriba del promedio del resto de las entidades federativas. El voto popular llevó a Lorena a la gubernatura con la legitimidad indiscutible que le dan sus diez puntos de ventaja sobre la más cercana competidora. Tendrá además un congreso afín, lo que le facilitará tomar el camino que convenga a sus intereses y a los de la Cuarta Transformación. Su reto es demostrar que tiene capacidad para ejercer el cargo. Por su parte, el elector tlaxcalteca ratificó su inclinación a dar su voto, en cada demarcación municipal, a personas o grupos de filiación partidista mutable. Así, el mapa político de la entidad reforzó su tonalidad multicolor.

Verde… que te quiero Verde

Fue en la votación federal donde las tendencias, sin llegar a cambiar de signo, sí cobraron proporciones y matices distintos que demandarán planteamientos políticos diferentes a los conocidos el trienio pasado. Pongo un ejemplo: para que se apruebe el presupuesto que el presidente enviara en unas cuantas semanas a la Cámara de Diputados será condición indispensable que Morena cuente con el apoyo del Verde Ecologista o, en su defecto, con el de las bancadas íntegras de dos partidos más, v. gr. la del PT… ¿y quizá la del PRI? Trátase de un escenario por completo diverso al que derivó del tsunami del 2018. ¿Y qué tal si el Verde, en sintonía con su habitual proclividad mercantilista, cambia de bando y se asocia a la alianza opositora? ¡Podría hasta invertirse la mayoría absoluta! Ni más ni menos.

Ante el nuevo panorama…

El presidente tendrá que optar entre aplicar el freno a su afán transformador o entrar en negociaciones complejas y muy costosas con sus opositores. López Obrador sabía de ese riesgo mas, lo que nunca imaginó, es que para que su propuesta económica sea aceptada “sin moverle ni una coma”, deberá ofrecer nuevas y mejores condiciones a sus actuales socios o bien, de plano decidirse a cambiarlos por otros, hurgando en el mercado hasta hallar a los que se vendan a precios asequibles. Objetivo logrado… dirán con razón los líderes de los partidos que, a cambio de perder identidad y otros valores, se coaligaron para evitar la deriva del país hacia la nada. La verdad es que consiguieron limitar las imposiciones del huésped de Palacio y, de paso, dejar sin sustancia su ironía hiriente y sus socarronerías.

Cooptar voluntades, estrategia presidencial para neutralizar las pérdidas

La abismal diferencia que en el 2018 separó a Morena de los demás partidos, ahora agrupados en el 2021 en una alianza “opositora”, se redujo hasta casi emparejarse con la coalición “oficialista” que se integró en torno al presidente. Y aunque en la Cámara de Diputados sigue teniendo una holgada mayoría, el hecho es que perdió 57 legisladores, con lo que su capacidad de gestión se verá restringida, máxime considerando que los partidos destinados a ser sus comparsas -Redes Sociales Progresistas, Fuerza por México y Encuentro Social- perdieron el registro. Pese a esas mermas, es mas que probable que López Obrador continúe mangoneando al país, merced a la ob$ecuencia de no pocos futuros diputados que tienen prisa por sentarse en sus curules para ofrendarle sus votos al mandatario.

De triunfadores y derrotados

En lo territorial la victoria de Morena fue redonda. Además de ser mayoría en veinte congresos estatales, de las quince gubernaturas en juego ganó once. Cedió Nuevo León y quizá Campeche, ambas a Movimiento Ciudadano, en tanto que Querétaro lo conservó el PAN, San Luis Potosí lo ganó el Verde y el PAN-PRD Chihuahua. El partido masacrado fue el PRI que, de las ocho gubernaturas que tenía... ¡perdió las ocho! Mas no todo son penas para el tricolor: su líder, el invicto y afamado “Alito” se dijo dispuesto a ser candidato el 2024, pese a los trastupijes que presuntamente cometió en su tierra y cuyo olvido podría negociar a cambio de entregar su futura bancada parlamentaria a López Obrador.

¡Aviso a tiempo!

Donde Morena sí sufrió una zarandeada de pronóstico fue en la capital de la República y se la propinaron unas clases medias pensantes que no soportan más mentiras, ineficiencias ni ideas obsesivas. Simplemente se hartaron de que se les hable como a retrasados mentales, vendiéndoles falsas encuestas, consultas falaces y sandeces como la de la rifa del avión presidencial. Cuidado, señor presidente, porque en esos estratos intermedios de la pirámide social que usted injuria y menosprecia es donde germinan las inconformidades que luego se esparcen por toda la República.