Visión Empresarial | 100 días de gobierno en Tlaxcala

Se cumplen 100 días de gobierno de la gobernadora Lorena Cuellar Cisneros. Se ha estilado últimamente que cada seis años, estos primeros días del inicio de una administración sirvan para echar a andar los programas y acciones más emblemáticos; este periodo es propicio, además, para establecer directrices y marcar el rumbo que nuestro estado tomará para el resto del sexenio.

Existen muchos rubros que no sólo son prioritarios sino transcendentales para el futuro que nos espera como tlaxcaltecas, ya sea salud, económico, seguridad, empleo, educación, innovación y tecnología, campo, infraestructura, etcétera, todos forman parte para que el desarrollo y bienestar social sea mucho mejor. Aunque, cada uno enfrenta sus propias necesidades, desafíos y realidades.

Si bien es cierto, que los primeros 100 días de gobierno denotan prioridades, también debe destacarse que no necesariamente se pueden evaluar resultados tangibles. En este sentido, es importante que las acciones emprendidas detonen, durante la administración, resultados e impacten positivamente en los principales indicadores del estado.

La seguridad pública, por ejemplo, es un derecho inalienable de los ciudadanos y las acciones emprendidas deben reflejarse en que Tlaxcala sea una entidad con la menor cantidad de incidencia delictiva. Para ello, la cifra negra debe disminuirse y las autoridades deben dar confianza y seguridad para que el ciudadano denuncie. Por lo tanto, los hechos son importantes y deben reflejarse en una mayor cantidad de carpetas de investigación iniciadas, imputados asegurados, vinculaciones a proceso, ordenes de aprehensión ejecutadas, etc. Debe combatirse de frente la impunidad.

Queremos un estado en paz, donde los ciudadanos puedan sentirse seguros junto con sus familias. No basta que Tlaxcala se una entidad segura en comparación con el resto del país. Queremos que no existan homicidios dolosos, secuestros, robo a vehículos, extorsiones, trata de personas, robo a casa habitación, robo en transporte, robo a negocios, narcomenudeo, lesiones dolosas, ni mucho menos feminicidios, violencia familiar y violaciones.

En cuanto a lo económico, Tlaxcala puede ser uno de los estados con mayor atractivo para las inversiones, por lo que se requiere mandar señales correctas a quienes invierten, ya sean micro, pequeños, medianos o grandes empresarios. Si bien es positivo no aumentar los impuestos locales, es crucial que la instancia local de fiscalización no se convierta en un depredador fiscal de las empresas y se apegue al marco jurídico federal y local, es decir, debe existir prevalencia del Estado de Derecho en éste y todos los ámbitos.

Asimismo, se requieren incentivos y certidumbre jurídica para que llegue más inversión a Tlaxcala. Nos pronunciamos para que se evite el exceso de regulaciones y trámites gubernamentales, los cuales repercuten en la productividad y competitividad de las empresas. Un marco regulatorio abigarrado es un inhibidor de inversión y, por lo tanto, de desarrollo. En perjuicio de la generación de empleo. Y un ejemplo puntual son las licencias municipales de funcionamiento que tienen diversas variaciones –a discreción de cada municipio- entre los requisitos pero sobre todo en los costos.

Se debe apostar para que las empresas generen la mayor cantidad de empleos formales, son estos empleos los que le convienen a los tlaxcaltecas. Hoy en día Tlaxcala es una de las entidades con un nivel alto de informalidad, por eso es menester apoyar al empresariado y a todo emprendedor a que sean formales y no incentivar la informalidad.

En este sentido, desde el sector empresarial confiamos en este gobierno local y en que existen soluciones para los problemas que se presentan en la entidad y que, por medio del diálogo, la participación con la ciudadanía y la voluntad política, no sólo se pueden enfrentar con firmeza, sino que los resultados pueden ser positivos. Reiteramos, el sector patronal está dispuesto a coadyuvar para mejorar la calidad de vida de los tlaxcaltecas.

Sin duda, ha terminado la época de las promesas, ahora toca ser testigos y darle paso a la época de los hechos y vigilar que se cumplan aquellas palabras empeñadas, por lo que será imperante que todos los ciudadanos seamos participes activos en el seguimiento de aquellas autoridades federales, estatales y municipales, así como de los integrantes de los Poderes Judicial y Legislativo, todos a rendir cuentas.